Egidio llegó desde Italia y se puso a trabajar, aprendió el oficio y lo que era amasar y creó su propia fábrica de pastas, que primeramente se llamó La Bella Italia, obviamente. Las raíces hicieron que el nombre tuviera esa influencia. Y fueron trabajando los distintos integrantes de su familia, es decir su esposa, sus siete hijos, hermanos y sobrinos.

Hoy día Aitala Hermanos está a cargo de Aldo Lantieri Aitala como presidente del directorio, que también integran Alberto Aitala como vicepresidente y los directores Fernando Pacín y Ercilia Aitala. En tanto que César Aitala, primo de Alberto, estuvo en la firma como presidente hasta el año anterior.

En esa esquina de Alsina y Coronel Suárez se fue montando una fábrica que con los años se fue transformando en una de las más importantes, y es la más emblemática, sin dudas. Una marca registrada que superó la frontera olavarriense para desparramarse en distintas ciudades de la provincia de Buenos Aires.

Respecto del secreto para lograr unos fideos tan ricos, Alberto Aitala señaló que "la fórmula la trajo mi abuelo desde Italia". Y a partir de ahí fue creciendo, pese a que debió afrontar dos momentos durísimos: la inundación de 1980, que tiró por tierra todos los sueños y una trayectoria que siempre fue intachable, y seis años más tarde un incendio destruyó casi todo, en cuanto a infraestructura y maquinaria.

Pero la familia, junto con sus empleados, el apoyo de otras empresas del rubro, también proveedores de Capital Federal, se pusieron firmes y Aitala Hermanos se levantó.

Otra vez de pie, para continuar con una historia familiar (que ya va por su cuarta generación) y de trabajo, con un estilo definido que siempre le dio satisfacciones, y que hoy cumple nada menos que cien años.