El sábado, al sacarse "la tierra delante de la segunda pared de cierre, se descubrieron (...) dos cariátides de excelente factura", indicó el ministerio en un comunicado.

En las fotos difundidas por el ministerio se ve salir de la tierra hasta la mitad del busto a dos figuras femeninas de mármol. Llevan una túnica con manchas y los bucles de su cabello les caen sobre los hombros.

"El brazo izquierdo de una de ellas y el derecho de la otra estaban levantados como para prohibir simbólicamente el ingreso a la tumba", afirma el comunicado.

Estas excavaciones arqueológicas en la región griega de Macedonia están suscitando gran expectativa, ante la posibilidad de que se descubran los restos de algún familiar cercano de Alejandro Magno, el gran conquistador oriundo de esta zona del norte de Grecia.

Las excavaciones en el impresionante túmulo, situado a unos 100 kilómetros al este de Tesalónica, llevan ya varios años, y llegaron a estar interrumpidas un tiempo por falta de dinero, a causa de la crisis económica que atraviesa el país.

El primer ministro Antonis Samaras está seguro de que el país está ante "un hallazgo muy importante", en una región que desde los años 70 ha sido pródiga en descubrimientos arqueológicos de gran interés.

La gran pregunta es qué personalidad podría estar enterrada desde hace 2.500 años bajo una colina de tres metros de altura protegida por un recinto de cerca de 500 metros, hecho con mármol traído de la cercana isla de Thasos.

Las hipótesis apuntan a Roxana, la esposa persa de Alejandro, pero también a su madre Olimpia, o a uno de sus compañeros y generales.

Según los arqueólogos, la posibilidad de que la tumba de Anfípolis sea de la Alejandro es casi nula. Después de su fallecimiento a los 32 años de edad en Babilonia, su cadáver habría sido inhumado en Alejandría, Egipto, sin que ninguna excavación haya llegado a confirmarlo nunca.

La presencia de las cariátides apoya la opinión de que éste es un "monumento excepcional de particular importancia". Una cariátide es una figura femenina esculpida para servir como un soporte arquitectónico tomando el lugar de una columna o un pilar que soporta un entablamiento sobre su cabeza.

El término "Karyatides" se traduce como "doncellas de Karyai", una antigua ciudad del Peloponeso. Karyai tenía un famoso templo dedicado a la diosa Artemisa en su aspecto de Artemis Karyatis. Las cariátides que se encuentran en Anfípolis, que están talladas en mármol de Tasos, visten una túnica de manga y pendientes, y cuentan con el pelo largo y rizado que cubre sus hombros. El brazo derecho de la cariátide occidental y el brazo izquierdo de la oriental están extendidos, como si quisieran detener simbólicamente a cualquiera que intente entrar en la tumba. La cara de una de las esculturas sobrevive casi intacta, mientras que el otro rostro está desaparecido.

En frente de las Cariátides hay un segundo muro de piedra sellado, de 4,5 metros de ancho, siguiendo la técnica de la pared de la entrada de la tumba. Esto demuestra que los constructores de la tumba hicieron un gran esfuerzo para evitar que cualquier persona entrara en el sepulcro.

Los arqueólogos también descubrieron un bloque rectangular de mármol perfectamente conservado, que mide 14 pies de largo y 3 metros de ancho, en la parte inferior de la bóveda. En la parte inferior del gran bloque se encontraron con rosetones pintados en azul, rojo y amarillo. Andrew Chugg, autor de "En busca de la tumba de Alejandro Magno", dijo que las rosetas son similares a las encontradas en el ataúd de la tumba de Filipo II, padre de Alejandro Magno, lo que sugiere que la tumba en Anfípolis puede también pertenecer a un pariente de Alejandro Magno.