"En Europa, por ejemplo, Italia, Francia y España generan productos diferenciados en lo que es queso de cabra y, sobre todo, de oveja. La gente los prefiere y paga precios más altos si tienen el sello de ‘más saludables’. También es cierto que allí los productores están mucho más cerca de los investigadores, quizás porque la ciencia encontró la forma para llegar mejor", reflexionó.

"En nuestro país, a nivel experimental se trabaja haciendo una cantidad de análisis que demoran mucho hasta que se implementan en los tambos comerciales. Sin embargo, en algunos ya se están probando diferentes dietas y suplementos apuntando a evaluar la calidad de leche, con énfasis en propiedades nutracéuticas. Trabajan con nutricionistas que van cambiando los suplementos y estudiando las distintas calidades de leche, sobre todo la composición de ácidos grasos".