El estudio se centró en los efectos de cuatro bebidas psicoestimulantes que contienen cafeína: gaseosas, té, café y mate. La hipótesis inicial era que al tener componentes que estimulan el sistema nervioso central debían regularse durante el embarazo y luego del parto. El trabajo se realizó en base a una serie de encuestas e indagaron, además, cuestiones socioeconómicas y aspectos vinculados a la salud mental de las embarazadas.

De esta manera, las conclusiones del estudio indicaron que no podrían prohibir el consumo de todas esas bebidas y que el mate, por ejemplo, es una de las principales fuentes de agua y de antioxidantes en la población.

Además, mejoró todos los puntajes para la depresión y promovió la lactancia.

En el caso del café, señalaron que tiene efectos negativos, ya que posee un potencial para aumentar el estrés, el insomnio y los problemas de memoria y que, si bien hay estudios que destacan las cualidades del mismo, estos beneficios no son durante la gestación y la lactancia. 

 Por último, el equipo de profesionales aclaró que la intención del estudio no es demonizar algunas infusiones o alentar el consumo abusivo de otras. Asimismo, dstacó que lo fundamental para sostener la efectividad en la lactancia es el bienestar de la mujer por lo que alentaron a que se realicen nuevos estudios que pongan el foco en la salud mental durante el post-parto.