El economista y exdirector del Banco Central de Bolivia, José Gabriel Espinoza, advirtió que la crisis de dólares y el mal manejo económico del gobierno de Luis Arce han provocado una aceleración de la inflación de alimentos, que alcanzó un 21,47% interanual en febrero de 2025.

Espinoza desestimó la narrativa oficial que atribuye la escasez de combustibles a conflictos políticos y una supuesta crisis energética internacional, argumentando que los problemas estructurales de la economía son los verdaderos causantes de la situación actual.

Cuatro factores clave detrás del alza en los alimentos

1. Falta de dólares y crisis en la producción interna

La escasez de divisas ha generado dificultades en la importación de insumos agrícolas como agroquímicos y semillas, encareciendo la producción de alimentos. Además, la falta de combustibles afecta la logística y el transporte de productos en el país.

2. Aumento del contrabando y distorsiones en el mercado

El tipo de cambio informal ha elevado el costo de productos importados, impulsando el contrabando de alimentos básicos, lo que genera distorsiones en el mercado y afecta tanto a productores como consumidores.

3. Política monetaria expansiva y financiamiento del Gobierno

El Banco Central de Bolivia ha sostenido el gasto del gobierno con una expansión de liquidez sin respaldo en reservas internacionales, lo que ha provocado un aumento de la inflación y un debilitamiento del sistema financiero.

4. Intervención del Estado en mercados estratégicos

El gobierno ha intervenido en sectores como el de granos, estaño y oro, utilizando estos productos en el mercado interno o exportándolos para obtener divisas. Sin embargo, esta estrategia ha reducido la oferta exportable y disminuido la llegada de dólares al país.

Un círculo vicioso sin solución a la vista

Espinoza concluye que la falta de dólares encarece la producción y los bienes básicos, mientras que la expansión monetaria del gobierno sigue alimentando la inflación. Esta combinación ha generado un círculo vicioso en el que los alimentos, un componente esencial de la canasta familiar, son los más afectados, golpeando directamente el poder adquisitivo de los bolivianos.

El análisis refuerza la preocupación sobre la sostenibilidad del modelo económico actual, en un contexto donde los precios continúan en aumento y la incertidumbre financiera sigue creciendo.