Guerra en Medio Oriente golpea la economía boliviana: el análisis de Gonzalo Chávez sobre el impacto del petróleo y el modelo energético
El alza del crudo, los subsidios insostenibles y el agotamiento de las reservas configuran un escenario de alto riesgo fiscal para Bolivia, advierte el economista.
La escalada bélica entre Irán, Israel y Estados Unidos ya comenzó a sentirse en los mercados internacionales, y Bolivia no está exenta de sus efectos. El economista Gonzalo Chávez alertó este lunes que el incremento del precio del petróleo representa una amenaza directa para la estabilidad fiscal del país, debido a la fuerte dependencia de los combustibles importados y al modelo de subsidios que sostiene el precio interno de la gasolina y el diésel.
En un análisis, Chávez explicó que el barril de petróleo en el mercado internacional ronda actualmente los 73 dólares, mientras que en Bolivia el Estado reconoce solo 26 dólares por barril para mantener el precio interno. La diferencia de 47 dólares es cubierta mediante subsidios estatales.
“Eso significa que el Estado boliviano subsidia 47 dólares por cada barril que se vende en el mercado interno. Y como importamos muchísimo, eso representa una carga gigantesca”, señaló.
Durante 2024, Bolivia habría importado cerca de 3.000 millones de dólares en combustibles, y en 2025 la cifra podría ser incluso mayor si el conflicto en Medio Oriente se intensifica y el crudo sigue encareciéndose.
Chávez advierte que este modelo de subsidios es cada vez más insostenible. “¿De dónde sale la plata? Hemos perdido nuestras reservas internacionales, y el gobierno está raspando la olla. Cada barril importado nos deja más endeudados y con menos espacio fiscal”, afirmó.
El gas ya no compensa
Una parte fundamental del modelo energético boliviano se basaba en los ingresos por exportación de gas natural. Sin embargo, según Chávez, esta fuente se ha reducido drásticamente. Bolivia ya no exporta gas a la Argentina y ha disminuido sus envíos a Brasil. El mercado interno ha absorbido gran parte de la producción.
“Eso nos deja con ingresos anuales por gas de unos 1.600 millones de dólares, es decir, menos de la mitad de lo que gastamos en importar combustibles”, explicó.
Esta situación configura un déficit energético estructural: Bolivia gasta más en importar combustibles que lo que gana por exportar gas.
Riesgos múltiples: inflación, devaluación y recorte de inversión pública
El análisis de Gonzalo Chávez concluye que, si el precio del petróleo continúa en ascenso debido al conflicto internacional, Bolivia enfrentará un aumento del subsidio, más presión sobre el tipo de cambio, mayor uso de reservas, riesgo de inflación y recorte en áreas clave como salud, educación e inversión pública.
“Esto ya no es teoría: es una realidad. Si no cambiamos las reglas de juego, vamos a terminar pagando una factura que no podemos cubrir con nuestros ingresos”, advirtió.
Chávez también hizo un llamado a la ciudadanía a no ver el conflicto de Medio Oriente como algo lejano. “Está llegando directamente a tu bolsillo, a tu economía, a tu empresa, a tu campo. A todos los sectores de la economía boliviana”, concluyó.