Los doctores Sergio Volante (Presidente de la Asociación de Abogados y secretario del Colegio de Abogados), Daniela Tiseira (prosecretaria de la Asociación), Mercedes Landívar (Secretaria de la Asociación y consejera del Colegio), María José González (vicepresidente de la Asociación y consejera del Colegio) y Juan Alberto Lucas (tesorero de la Asociación) sintieron la necesidad de "dirigirnos a la gente para que tome conciencia, para que sepa que se la está engañando y pueda prevenirlo; y si no se da cuenta y lo sabe después, que lo denuncie. Es la única manera de poder cambiar esta situación". Pero también quieren dejar en claro que "se trata del accionar de unos pocos que hacen quedar mal a la profesión". Son conscientes de que la actividad reñida con la ética y muchas veces con la ley de "cinco o seis abogados" determina que la sociedad generalice y los mire a todos con aire de sospecha.

La idea: ser lo más didácticos posible. Aclarar que "desde el día en que ocurre un accidente hay un año de plazo para hacer el trámite con la aseguradora y dos para iniciar acciones judiciales", es decir que "nadie tiene por qué apurarse ni ser apurado". Sucede que "se juega con la necesidad de la gente; estos colegas aparecen en momentos críticos, cuando uno está en el ojo de la tormenta, con pocos recursos; en esos momentos la gente se ve tentada a resolver lo inmediato". Y ése es el error.

Insistieron en que "hay dos perjudicados: la comunidad y los colegas" porque "esta manera de actuar, a través de terceras personas, de punteros, está específicamente prohibida en el Código de Etica". Entonces "a nosotros nos rige el Colegio de Abogados a través del Tribunal de Disciplina, que puede suspender o retirar la matrícula".

Cómo actúan, cómo se actúa

Los profesionales enumeraron uno por uno los modos de operar de estos abogados carentes de escrúpulos, de qué forma se puede prevenir cada uno para no caer y cómo salir en caso de haber confiado.

Primer caso. "El que crea la lesión", es decir, el rompehuesos que existe en el conurbano pero a Olavarría la metodología aún no llegó. "Esto es directamente un delito" aunque "no es directo a la gente sino a la compañía de seguros porque el siniestro es inventado". La estafa, en estos casos es a la gente de escasos recursos a la que se "contrata" para quebrarlos a propósito, después hacerlos atropellar y cobrar el seguro.

Segundo caso. "Es el que obtiene el poder del cliente y tramita el juicio o hace el arreglo con la compañía aseguradora; después cobra 100 y entrega 20. Esta es una estafa al cliente. Es un delito". Como método de defensa, "el abogado tiene que rendir cuentas y el cliente debe exigírselo, con la acreditación de los documentos necesarios". Los porcentajes "se pactan con el cliente; en Provincia son del 30% pero generalmente se cobra el 20%". Cuando se determina el acuerdo "hay que hacerlo con doble ejemplar: el cliente tiene que quedarse con una copia y no debe firmar nada con lo que no se queden".

Nunca deben dejarse llevar por el apuro "porque esa solución del momento finalmente les sale más cara y terminan perdiendo".

En estos casos, cuando se pide la rendición de cuentas, "se puede obligar al abogado a devolver el dinero que no le correspondía". Pero se aconseja, fundamentalmente, "no dar poder; no es obligatorio hacerlo. La ley requiere que la persona esté asistida por un abogado que puede actuar por poder o por patrocinio. En caso de dar un poder, se le puede dar para gestionar pero no para cobrar".

Tercer caso. "La cesión de derechos litigiosos, que es como la compra del juicio. Se le paga una cifra por esa cesión de derechos que es lo que salva a la gente en ese momento, le dan un dinero para lo que necesite, 15 ó 20 mil pesos. Después inician el juicio y pueden ganar 200 mil o 300 mil". Aclararon que "esta cesión es legítima pero deja de serlo cuando se oculta información", por ejemplo, el dinero que se conseguirá después del juicio. La Asociación y el Colegio aconsejan "no hacer una cesión de derechos" porque "si alguien tiene una necesidad el abogado puede aprovecharse de esa necesidad". Aclararon que, en el caso de recibir dinero, siempre tiene que ser "a cuenta de reclamo".

Si el cliente está disconforme con el profesional, "se puede iniciar un juicio para pedir la nulidad de esa cesión porque el abogado se aprovechó de la necesidad, ligereza e inexperiencia" de su representado. "Si valía cien y me dieron cinco, es precio vil". Reiteraron entonces que el poder que se le dé a un abogado "por naturaleza es revocable" e insistieron en que "no es necesario dar un poder general".

"Negocio de unos pocos"

Los abogados caranchos se presentan en los accidentes antes que la ambulancia, tarjetean en los velatorios, acosan a los potenciales clientes en sus casas o por teléfono. "Eso es horrible", dice el presidente de la Asociación. "Si a mí me pasa no sé qué hago". Entonces invitan "a hacer la denuncia en la Asociación de Abogados y no sólo en la Justicia, porque si no ese abogado puede seguir trabajando tranquilamente". La Asociación está ubicada en Moreno 4169, de 8 a 14. "Van a tener todo nuestro apoyo y nosotros los vamos a acompañar en la denuncia disciplinaria".

Los profesionales pidieron "vencer los temores porque sólo así podrá cambiar algo; si no se seguirá favoreciendo el statu quo".

Obviamente, este modo de operar no podría concretarse "sin la complicidad de la gente de la salud porque este tipo de abogados también están observándolos todo el tiempo para captar casos de mala praxis".

Aclararon también que estos "colegas" sólo "aparecen cuando hay una aseguradora detrás, si no ni se molestan porque lo que buscan es dinero". De paso, dejaron en claro que "un abogado sólo puede publicar un aviso con el nombre, domicilio y teléfono. Hasta la especialización se puede anunciar, pero no promesas".

Finalmente, recalcaron que "nadie tiene derecho a imponer a un abogado" y concluyeron en que "éste es el negocio de unos pocos, que la gente lo sepa".