Mario Morel, propietario de Río Paraná, planteó en "La mañana de 98Pop" de EL POPULAR Medios que la situación no es nueva. "Es de larga data para la mayoría de transporte de pasajeros y hay lugares clave como el acceso a La Plata, a Ezeiza y ahora en Tandil"

En algunos casos hay intencionalidad. "Se apedrean ventanillas para que vehículo detenga su marcha y así proceder al robo" o, como ocurrió en el ingreso a Tandil donde "el conductor divisó que eran menores de edad con gomeras tirando piedras a la unidad de transporte. En ese caso es picardía". Un hecho similar ocurrió hace unos días en Tres Arroyos, "después de un partido de fútbol, que rompieron 3 micros".

Para Morel está claro que la problemática es creciente pero que aún así no se toman las medidas de prevención suficientes como para evitar estos episodios.

"En el puente de la ruta 210 se cuelgan tuercas en los puentes y cuando pasan los micros se rompen los parabrisas", graficó. Asimismo, si hay rotura de ventanillas "el vidrio templado origina problemas a los pasajeros" entonces habría que "llamar la atención y que no suceda más".

La historia es de larga data y Mario Morel la califica como "un mal de toda la vida que no trasciende" pero que sí resulta "cotidiano". Es más, con tono dramático calificó de "francotiradores" a quienes se asoman en la ruta "con gomeras. Esto es en toda la Provincia y principalmente en la entrada a Buenos Aires".

El referente de la empresa de colectivos señaló que "normalmente en toda la Provincia suceden estos hechos incluso con ladrillos y a veces no trascienden. No sólo en Río sino en todas las empresas, y a veces lastiman a pasajeros".

El hecho de Tandil fue tipificado como "picardía porque eran muy pequeños, no hablamos de asalto ni intencionalidad sino picardía porque eran chicos de 7 años que hacen un daño tremendo y pueden lastimar un pasajero".

La modalidad es recurrente y se palpa en diferentes rutas bonaerenses. "Cuando hay intencionalidad no se hace en la ciudad sino en lugares más alejados para que el micro detenga su marcha y proceder a asaltarlo", con el agravante de que el micro "doble piso tiene la ventanilla a altura de una persona y es fácil esconderse y tirar".

Lo ocurrido en inmediaciones tandilenses rozó casi con la travesura. "Para el chico es como un trofeo romper uno o dos vidrios pero puede lastimar porque el vidrio templado se hace picadillo". Otra variante se da cuando "nos abren las bauleras con una barreta para robarnos los equipajes y el conductor no puede bajar porque no es uno el que opera", precisó Morel.

Uno de los puntos más críticos de "luchar con las piedras del camino más el robo es en el ingreso a Retiro. Es un caos porque no sabemos cómo manejar la situación. Disparan y se esconden en la villa y ahí se hace el recorrido a paso de hombre porque el asfalto no está en buenas condiciones y se cuelgan para robar las valijas".

Ahora, ¿la empresa recurre a la policía? En el caso de Tandil "hemos radicado una denuncia porque se dio 2 veces en ese mismo lugar" pero "normalmente no porque se busca la continuidad del viaje" para evitar que "los pasajeros estén molestos y tratamos de tapar el bache de la ventanilla rota y continuar el viaje. Es un problemón", concluyó Mario Morel.