"Nicolás tiene una cardiopatía congénita severa. Se le puso un stent a los 11 días y le duró hasta el año y medio. Después le colocaron uno más grande que es el que tiene actualmente ahora", explica el papá. Se trata de un procedimiento basado en un cateterismo en el cual un stent, que es un pequeño tubo de malla de alambre de acero inoxidable expandible, se inserta en la arteria enferma para mantenerla abierta. Ahora, Nicolás, está a semanas de resolver su problema de base.

"Le van a sacar ese aparatito y van a unirle las arterias más desarrolladas que tenga", indica Francisco Lavín, consciente de estar frente a las puertas de uno de los momentos más importantes en la vida de Nicolás. "Es una de las cirugías más complicadas. Ya tiene dos, le hicieron un cateterismo y se detectó que tenía la aorta desarrollada", plantea el papá, consciente de que habrá un antes y un después de esa intervención.

La operación había sido agendada para el lunes 2 de noviembre pero "se suspendió por los problemas que hay en el servicio cardiovascular, donde están de paro" en demanda de mayor presupuesto sanitario, mejoras salariales y laborales. Nicolás será intervenido en el Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata y a nivel local es paciente de la pediatra Vivian Cazabet y la cardióloga infantil Nora Zeberio.

"Sabe pero no dice nada y a la vez tiene miedo", admite Francisco Lavín, con un dolor intransferible. "El problema es que los demás nenes hacen gimnasia y él no puede, está limitado", añade, tratando de explicar lo que significa para un nene de 8 años no poder saltar, correr o jugar a la par de sus amigos y compañeros del colegio. Va a primer año de la Escuela Nº 59 pero no cumple la jornada completa sino que asiste de 13.15 a 15.30 aunque "la hermana sí va de 1 a 5 y él ve todo eso", cuenta Francisco. Junto con Milagros, su compañera y mamá de Nicolás, intentan hacerle los días más fáciles, menos pesados. Y por eso es "sabemos que es muy mañoso", reconoce, sin culpas. Las comidas son sin sal y ahora los médicos le pusieron pausa a la medicación.

"Tomaba una aspirina todos los días y ahora no pero no se puede agarrar nada. Si hace frío tiene que adentro, al lado de la salamandra. Y no puede ponerse nervioso ni tener disgustos. Nada. Tienen que estar como en una cajita de cristal". Así fue su historia y así sigue siendo su historia.

"Esta operación realmente puede cambiar su calidad de vida", dice Francisco, con enormes expectativas, imaginando que los días de Nico pueden ser idénticos a los de sus dos hermanas, de 7 y 2 años.

Los días de los Lavín no son sencillos, básicamente porque a la enfermedad de Nicolás se le suman las dificultades económicas. "No tengo trabajo. Hago algo de siembra directa, trabajo en la calle vendiendo planes, soy un buscavidas", se autodefine Francisco. Es miércoles y está en Sierras Bayas, a la espera de que una de las plantas fabriles del pueblo le abra sus puertas y pueda llevar algo de alivio a su hogar.

¿Qué necesita su familia, puntualmente? El 10 de noviembre Nicolás concurrirá a una nueva consulta con los cirujanos para ponerle fecha a su tercer ingreso al quirófano.

"Los médicos dicen que la operación tiene que ser antes de fin de año, sí o sí", plantea Francisco. Ya apeló a algunos canales institucionales en busca de auxilio. En la Municipalidad "nos dieron un pasaje de ida" cuando generalmente intentan viajar ambos papás, "siempre que se pueda". Y rescatan la actitud de los empleados de una empresa de micros de larga distancia que "ya nos conocen porque viajamos siempre a La Plata para los controles y nos ayudan con los pasajes".

El alojamiento también fue una complicación pero, a partir de la nota realizada en Canal Local, "nos ofrecieron un departamento en La Plata", aclara Francisco Lavín, con enorme gratitud. Justamente por eso rescata la solidaridad de los olavarrienses. "Mucha gente nos llamó y nos han ayudado económicamente. Lo hacen actualmente", valora.

"Conseguir un empleo sería bárbaro. Todo es bienvenido", añade Francisco, con enorme pesar. Es que "no es fácil salir a pedir plata pero eso es lo que nos falta. Dinero. Estamos re mal. Y ahora estoy en Sierras Bayas, esperando en una empresa, a ver si me dan una mano".

Quienes deseen sumarse y brindar su apoyo o colaborar económicamente pueden acercarse al domicilio de la familia Lavín, ubicado en el corazón del barrio El Progreso, en Mitre 360, o comunicarse con el celular 15-632902.