Esta Agencia habló con los dos del campeonato y de todo el esfuerzo que no se ve, pero que se cristaliza carrera a carrera.

Apenas llegado a La Madrid, cansado pero sonriente, a Matías lo espera otra sorpresa más en el taller. Los suyos prepararon el lugar para recibir al flamante campeón que, a pesar de semejante logro, está tranquilo.

"Se siente satisfacción por todo el esfuerzo que se hizo a lo largo del año y por la gente que nos apoyó para seguir y tener un motor competitivo. Llagábamos a la última carrera con grandes chances, con una ventaja considerable y por suerte pudimos tener un fin de semana tranquilo", resume sobre lo que vivió en la carrera disputada el domingo.

"El año pasado el campeonato nos sorprendió un poco porque estábamos segundos y en la última fecha lo logramos. Esta temporada punteamos desde el comienzo; fuimos más regulares, ganamos cuatro carreras y logramos el campeonato que era el objetivo", resume Baños.

"Desde que empecé a correr hasta ahora he ido cambiando, mejorando cosas y se sigue aprendiendo, eso se nota en los resultados", dice sobre su trayectoria en Mar y Sierras A.

El volante lamatritense logró su segunda consagración consecutiva manteniendo una regularidad envidiable desde el mismo inicio de la temporada. "El objetivo era el mismo que en 2018: ser campeón. Cuando conseguimos un motor de punta se facilitaron las cosas, pero este torneo lo encaré de la misma manera que el del año pasado", subraya.

Debajo del auto, Matías tiene a Hugo Baños, su papá, como responsable de equipo y consejero. Además la mayoría de los trabajos se realizan en el taller propio y eso "hace que tengamos más confianza porque mi viejo lo pone a punto y Francisco (Elortegui), mi primo, está todo el día encima, lo arma y lo desarma, y se ha armado un grupo con mi tío ‘Pebete’, el ‘Chino’ Balbili y el ‘Chispa’ Uranga... entre todos armaron un gran auto que se vio reflejado a lo largo del año".

Saber que detrás suyo tiene un gran ex piloto como Hugo, al actual campeón de Mar y Sierras A no lo presiona. "No es mi objetivo tener más o menos campeonatos que él. Yo quiero ganar lo que me toque", cuenta.

Hugo Baños está tranquilo, feliz con el logro de su primogénito. "Es una alegría muy particular, porque antes de que nacieran mis hijos uno soñaba con que corrieran, pero no sabía si se iba a dar", detalla y recuerda que "cuando Matías empezó a correr en karting no le daba mucha bolilla y después decidió él hacerlo. Una sola vez le dije que andar arriba de un auto es una cosa y ser piloto otra; ser piloto es aquel que sabe interpretar lo que hace el auto".

"Matías es un gran piloto porque aprendió mucho, sabe interpretarlo y eso lo llevó a que nosotros como equipo podamos hacer lo que él nos dice, y eso te llena de satisfacción. El trabajó muchísimo y después vienen los resultados", reflexiona.

Baños padre analizó cómo se dio el bicampeonato y consideró que "haber toda la temporada punteando por momentos puede generar cierta tranquilidad, pero aparecen inconvenientes lógicos y uno empieza a pensar en qué momento te pueden superar las circunstancias. A pesar de que teníamos una buena diferencia de puntos, el año pasado estábamos al revés y se nos dio... ¿por qué no podía suceder al revés? Tratamos de ponerle toda la garra para que el auto no fallara y obviamente tenemos un piloto de muy buenas características".

Hugo y Matías compartieron una carrera como invitados y para el heptacampeón significa una doble satisfacción. "Siempre desee correr con él. Es una satisfacción especial porque es Mar y Sierras A y porque este auto es parte de mi vida deportiva por muchísimos años", remarca.

El auto campeón tiene como base La Madrid, pero en él trabajan muchos. El "Chino" Balbili, en Juan N. Fernández, lo reconstruyó y partes son aportes de Daniel Uranga o Johnny Laboritto. "Somos amigos de hace muchos años y tener contacto con ellos hace que el auto ande mejor", subraya el responsable del equipo a la hora de hablar de la paridad de la categoría.

"Arriba del auto no sufrís cuando corrés, porque estás haciendo casi automáticamente. Abajo se sufre más, pero en la última la disfruté a pesar de todo lo que estaba en juego; hubo otras veces que no las pude mirar por la carga emotiva", admite sobre cómo vive cada una de las competencias.

El predecesor mira su criatura (ya crecidita) y, ante la pregunta sobre la calidad como piloto, responde: "Matías está para estar a nivel nacional, el tema es que no hay presupuesto. Hoy todo es una cuestión presupuestaria y si lo tuviéramos estaríamos en el TC Mouras u otra categoría nacional... tiene muchas condiciones conductivas y es un tipo muy preciso para definir lo que hace el auto".

Matías Baños, que tiene 24 años y dos campeonatos en Mar y Sierras A, también se supo coronar en karting. A pesar de su juventud, "es un piloto muy centrado", dice su padre. "Es muy callado, de poco hablar y eficiente, y eso es muy bueno para los equipos", termina.