Previo a ello en sala de automotores y carruajes se formalizó la entrega por parte de la familia Beitía de la imagen de la Virgen María.

"La imagen había quedado en su establecimiento rural donada por un familiar -contó Olga-, y un día que vine al museo y consideré que el Museo era el lugar donde debía estar".

Seguidamente, el padre Argentino del Valle Lauría señaló que "cuando vemos una imagen, ponemos en ella, y se nos van despertando, todo el cariño, las proyecciones, la figura, la necesidad de los vínculos, los amores que uno porta y eso lo más importante para mí, la relación con".

"Si uno ve la imagen así parece yeso y es eso nada más, pero cuando uno dice es la imagen de la Virgen, uno ya no se queda con el yeso, sino con la persona y el misterio viviente que hay y esa es para mí la gran clave de la bendición. Y es lo que nos pasa a nosotros cando tenemos una imagen de la persona queremos mucho que queremos mucho y está lejos o murió y vemos una foto, una escritura y ahí se arma toda una relación y uno dice: ‘estoy viendo a mi papá o mamá’, cuando lo que está viendo es un papel pintado y en ese papel pintado la relación misteriosa que entra en juego me hace descubrir y uno entra en comunión y presencia de... y eso es lo más importante que hay y eso también sirve para nuestras relaciones".