Hoy en la noche tiene Bolivar de la mano de Robatto la gran oportunidad de limpiar la pobre imagen del fútbol boliviano a todo nivel. No sólo se juega un pase a cuartos de final del torneo más importante de clubes del continente, el prestigio de ser el único club nacional en lograrlo en esta edición y alegrar con una victoria a su hinchada que pasa un momento dificil por la crisis del país. Esa gente que deposita su fé y empeña sus pocos recursos en un momento de escape de su realidad. El fútbol tiene eso precisamente. Ofrece la posibilidad de abstraerse por 90 minutos de la cotidianidad para sufrir colectivamente el trámite del partido o alimentar de júbilo abrazando el éxito deportivo de un resultado.

Hoy se juega en el Hernando Siles, reciéntemente relegado para los cotejos de Eliminatorias Sudamericanas bajo el escrutinio de muchos y generando tanta polémica. Este místico estadio que le dió tantas alegrías al Club Bolivar con remontadas memorables. Un milagro de esos es lo que se necesita. Dos goles para llevar el descenlace a una tanda de penales y tres goles para sellar una clasificación.

Objetivamente hay mucho en juego desde el pitido inicial a las 20:30 horas. Desde lo económico, la posibilidad de cerrar la gestión alcanzando la autosostenibilidad que preocupa a la directiva y a los socios. Y desde lo deportivo, hacer historia que es el combustible de los futbolistas para quedar en la memoria de esta institución.

La academia paceña cuenta actualmente con las armas para darle batalla a quién sea y de locales con la ventaja deportiva tan temida por los equipos brasileros. Es un plantel muy ofensivo en su estilo de juego y de mitad para adelante con la jerarquía necesaria para convertir los goles que hacen falta.

Serán primordiales no sólo el buen pie de sus valuartes (no hablo de Lampe) y la precisión en ataque, sin olvidar el aplomo y solvencia en defensa para contrarestar los contragolpes del rival sino también, la valentía para arrinconar a uno de los mejores planteles del torneo.

Flamengo lleva una enorme ventaja en el marcador y más aún en el valor económico de su plantilla, pero sabe muy bien que las estadísticas del Bolivar de local en esta competición intimidan a cualquiera. Más de un dolor de cabeza provocado seguramente y el sorojchi psicológico infaltable.