Un argentino y dos ciudadanos chinos, encabezados por Fernando Gastón Barbatelli (41), fueron apresados en relación con una estafa millonaria que involucra criptomonedas por u$s1,5 millones. Sin embargo, lo más impactante fue el hallazgo durante los registros domiciliarios: billeteras digitales con más de u$s100 millones, marcando un récord en incautación de criptoactivos en Argentina.

La pesquisa, liderada por la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Ciberdelitos de San Isidro, a cargo del Dr. Alejandro Musso, inició en febrero. Se focalizó en desentrañar las actividades de una organización dedicada a perpetrar estafas mediante el uso de moneda digital. La modalidad empleada, conocida como investment scam, seduce a las víctimas con promesas de altos retornos a cambio de inversiones iniciales, lo que termina en la pérdida total de los fondos invertidos.

Descubrimiento sorprendente

Durante el allanamiento en Béccar, partido de San Isidro, se destapó una granja clandestina de minería de criptomonedas detrás de la fachada de un supermercado chino. Decenas de máquinas equipadas con placas de video fueron encontradas, esenciales para la "producción" de divisas digitales. Simultáneamente, se desplegó un vasto operativo para investigar malware y adquisición ilegal de criptomonedas.

Se realizaron 64 allanamientos en la provincia de Buenos Aires y varias regiones del país, con un estimado perjuicio económico de $1.500 millones. Participaron 10 agentes fiscales de ocho departamentos judiciales bonaerenses, seis investigaciones penales preparatorias, asistencia de seis especialistas del Departamento de Ciberdelitos y 500 efectivos de la Policía Federal Argentina.

Modus operandi
Cuento del tío: estafa millonaria a través de homebanking

La banda utilizaba documentos o enlaces maliciosos enviados a las víctimas, generalmente titulares de cuentas empresariales. Estos documentos, disfrazados como comunicaciones habituales, infectaban los dispositivos con malware que evadía los firewalls. Una vez infectados, al acceder al homebanking, los usuarios perdían el control de sus dispositivos y sus cuentas eran vaciadas a través de transferencias a terceros desconocidos, utilizando el dinero para adquirir criptomonedas.

El software malicioso se asemeja a "Grandoreiro", un troyano brasileño de acceso remoto, diseñado para tomar el control del dispositivo de la víctima y realizar transferencias de dinero a cuentas controladas por los ciberdelincuentes. Los delincuentes aprovechaban el mercado persona a persona (P2P) para intercambiar criptomonedas entre sí, aunque la colaboración de plataformas era esencial para rastrear estas transacciones.

Es crucial destacar que la colaboración entre las autoridades argentinas y diversas entidades internacionales, así como la cooperación brindada por los exchanges Binance y Lemon, fueron fundamentales para desmantelar esta compleja red de estafadores en el mundo digital.