María del Carmen González, una vecina de nuestra ciudad, se presentó en la mañana de ayer junto con su hija y con numerosas denuncias que fueron radicadas recientemente en el Departamento Fiscal de nuestra ciudad. En las mismas, al igual que en su testimonio oral, asegura que su marido, identificado como Diego Fernando Ibarra Arrieta, es víctima de continuas agresiones por parte del personal que se desempeña en esa unidad del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Inclusive, el detenido anteriormente estuvo alojado el Penal Nº 17 de Urdampilleta, donde las golpizas habrían tenido su inicio. Todo se habría empeorado no sólo con su traslado a General Alvear, sino con las continuas denuncias de la mujer dando cuenta de ese tipo de hechos.

"Pareciera que estamos en tiempos de la dictadura, donde no podés decir nada. Estamos en democracia y él puede exigir lo que le corresponde", apuntó González, a la par que iba retirando de una bolsa de nylon cada una de las denuncias radicadas en nuestra ciudad.

La principal indignación de la mujer radica en el aparente desamparo llevado a cabo por la doctora Silvia Torres, jueza interviniente en la detención de Ibarra. "No ha bajado nunca a verlo. En una ocasión mi marido se cosió la boca, como medida de protesta para entrevistarte con la jueza, pero se dio la orden que se descosa y ella nunca fue. Lo agarraron, le inyectaron una droga, lo ataron y con un bisturí le fueron cortando los hilos. El se despertó al otro día y se encontró atado en la pieza de sanidad", acusó la mujer.

Este tipo de afirmaciones forman parte de la denuncia que la mujer hizo en contra de la doctora Torres por "abandono de persona". A la par, fueron realizados al menos cuatro "hábeas corpus", actuaciones que fueron remitidas, según afirmó la mujer, al Comité contra la Tortura con sede en la capital provincial.

Asimismo, entre los pedidos de la mujer, ella pide que se tenga en cuenta la solicitud de traslado a una unidad carcelaria de la localidad de Sierra Chica, por proximidad geográfica. González padece cáncer y los viajes a General Alvear constituyen para ella una verdadera odisea cuando los realiza tras someterse a las sesiones de quimioterapia.

Ibarra Arrieta se encuentra purgando en el penal de General Alvear una condena por un "robo calificado" ocurrido durante el año 2006. Por ese hecho fue condenado el año siguiente a la pena de cuatro años y seis meses de prisión. No obstante, aún le restan aproximadamente dos años para culminar esa condena, ya que habría logrado evadirse de una Unidad Penitenciaria de Sierra Chica. Una vez apresado fue alojado en Urdampilleta y luego trasladado a la Unidad Penal Nº 30.

El detenido, a la par, cuenta con otros antecedentes penales, en su mayoría asaltos a mano armada. El 4 de octubre de 2003 fue condenado como penalmente responsable del delito de robo agravado por el uso de arma de fuego, dictamen llevado a cabo por el Tribunal Criminal Oral Nº 1.

Asimismo, el 9 de noviembre de 2005 fue condenado por resultar coautor penalmente responsable del delito de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa, caso que se habría registrado cuando el detenido gozaba del beneficio de libertad condicional.