El cuerpo como un lienzo para el arte de los tatuajes
El tatuador lamatritense cuenta sobre su profesión cuenta de qué se trata el oficio. Las dificultades y los placeres de realizar un trabajo tan milenario como el hombre.
JL Tatoo cuenta con un local habilitado. "Lo más importante es llegar a un acuerdo con el cliente. A veces llegan con una idea y no la cambian, y en otras ocasiones sí".
López Osornio comienza a preparar el diseño. "Actualmente Internet es muy importante porque muchos son sacados de ahí", confiesa. "Muchos tatuadores trabajan a mano alzada y los complicados calcan", explica. "Una vez que está hecho el dibujo se traslada a la piel y se pega, y más tarde se inicia el proceso con la máquina", detalla.
Prefiere trabajar con dos máquinas diferentes: una de delineado y otra de sombras, esto para ahorrar tiempo.
"Siempre se pone un toque personal en el diseño, siempre es un desafío. Lo principal es la confianza y en estos meses se ve que muchos clientes se animan a hacerse cada vez más difíciles", indica.
El lamatritense comenzó a tatuar hace dos años. Siempre le gustó dibujar y tuvo la idea de estudiar para perfeccionarse; lo hizo en Buenos Aires y allí descubrió que no sólo era hacer el dibujo, sino que implicaba muchas variantes. "Hay que estar muy concentrado, saber manejar la máquina y el pulso. Pero también es muy importante el entorno donde se trabaja y especialmente la limpieza", sostiene.
Respecto a cuál es lo más difícil, López Osornio confiesa que es el delineado de la figura. "Debe ser perfecto, tiene que ser real y no puede haber líneas gruesas ni finas", detalla.
La incrustación de la tinta se realiza a pocos milímetros. El cuerpo humano tiene varias capas: la epidermis es la externa, mientras que la dermis es la capa donde la aguja inyecta la tinta. Previo al trabajo son muchos los cuidados, pues de lo contrario la tinta se "licua" y el diseño pierde su forma original.
Los cuidados luego de realizado no son muchos, pero son precisos en las primeras horas para evitar problemas. Lo importante es la hidratación de la zona, evitar el sol y rascarse.
Sobre las partes más sensibles del cuerpo donde se aplican los tatuajes, el profesional sostiene que son la cabeza, las costillas, las muñecas, los genitales y el empeine, pero aclara que "cada uno soporta el dolor de una manera diferente", aunque "las mujeres tienen más aguante", certifica.
"Los dibujos más difíciles son los chiquitos, porque no hay margen de error", sostiene. Se necesita concentración para no cometer errores, por ello López Osornio necesita descansar antes de cada sesión, lo mismo que el cliente. La tranquilidad y el clima distendido son otras claves para que el trabajo salga a la perfección.
El motivo elegido -asegura- es una cuestión modal, no obstante los nombres, las frases y los infinitos son los más elegidos. "Prefieren los de color negro, aunque algunos se animan a sumar diseños de color", sostiene.
A esa altura de la charla, el joven que se tatuará ya está preparado. José Luis López Osornio le muestra las máquinas que utilizará, las tintas y las agujas, que las saca de su envoltorio.
Los clientes van desde adolescentes hasta personas de 70 años. "A los menores de edad se les hace firmar una autorización por los padres e inclusive trato de hablar con ellos para explicarles cómo es el proceso", cuenta. "Yo aconsejo que sean mayores, ya que el tatuaje se incrusta en la piel, que se va estirando con los años; también hay que cuidarse de las heridas. Trabajar con una persona de avanzada edad es un desafío porque la piel pierde su textura y el dibujo debe ser más preciso", sintetiza.
Las preguntas más frecuentes son sobre el temor y los cuidados que tiene uno a la hora de hacer el trabajo y en ese sentido José Luis López Osornio recalca que es primordial utilizar materiales descartables, además de máquinas de calidad y tintas que él prefiere naturales.
Más allá de sentirse orgulloso del trabajo en sí, revela que "lo más lindo es la historia detrás de cada uno de los tatuajes. Cada día se escucha una historia diferente y está bueno porque se prepara para que no se olviden nunca de ella".
Ahora la imagen ya está ubicada sobre el lienzo humano. José Luis López Osornio comienza con su arte, tomándose su tiempo y delineando el contorno. Pocos minutos después una imagen aparece sosteniendo el crucifijo. Es el tiempo de mayor concentración tanto para el tatuador como para quien se realiza el tatuaje, es hora de observar y esperar.