Fue ordenado sacerdote Pablo Lodeiro
De acuerdo con los pasos indicados para realizar la ordenación, el obispo diocesano, Hugo Manuel Salaberry indicó que "en este año jubilar de la Diócesis de Azul, el Señor nos regala con un nuevo sacerdote, Pablo Martín Lodeiro".
El acto contó además con la presencia de los sacerdotes y diáconos de la ciudad y del anterior obispo de Azul, monseñor Emilio Bianchi di Carcano, quien había dado la bienvenida al nuevo sacerdote en su ingreso al seminario.
El presbítero delegado para dirigir la ceremonia, el canciller Scoltore dio anuncio a la asamblea reunida en el templo de que "la Santa Madre Iglesia pide al Obispo que ordene a este hermano nuestro para el orden presbiteral", para seguidamente, dar la comprobación de su dignidad para ejercer dicho orden.
Los pasos siguientes consistieron en la manifestación por parte del diácono Pablo Lodeiro de su propósito de recibir por parte del obispo Salaberry el ministerio sacerdotal y la realización de la promesa de obediencia al obispo, imitando a Jesús.
Monseñor Hugo rogó entonces que "Dios complete y perfeccione la obra que El mismo ha comenzado en ti", a lo que las feligresía respondió cantando las letanías, seguidas de las rogatorias.
El rito central de la imposición de manos por parte del obispo mostró el signo esencial del Sacramento del Orden Sagrado, imitado luego por todos los sacerdotes presentes que impusieron sus manos al nuevo sacerdote.
La imposición de los ornamentos propios del orden sacerdotal, así como la unción de las manos del padre Lodeiro con lo que las manos quedan consagradas para ofrecer el culto a Dios y para santificar al pueblo estuvieron también a cargo de Monseñor Salaberry.
El cáliz y la patena del nuevo sacerdote fueron obsequiadas por las comunidades parroquiales y depositadas en el altar junto con el pan y el vino.
Hacia el final de la ceremonia, el Obispo dio el saludo de la paz se ofreció la Eucaristía y el presbítero Pablo Lodeiro recordó a su madre y al padre Enrique Violino y agradeció al presbítero Jesús Mendía, a Monseñor Emilio y a Monseñor Hugo, así como a la comunidad y a los seminaristas.
Monseñor Bianchi di Carcano por su parte agradeció a "Dios y a la comunidad porque por la oración tenemos un nuevo sacerdote y nuevas vocaciones sacerdotales" y despidió a todos con una bendición.