El aumento de incidentes de suplantación de señales GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) en aeronaves comerciales ha generado preocupación en la comunidad de aviación en las últimas semanas. Según OPSGROUP, una organización internacional de pilotos y técnicos de vuelo, se han registrado más de 50 casos en todo el mundo, siendo la región de Oriente Medio la más afectada.

Uno de los incidentes más destacados ocurrió en un vuelo con destino a Dubái el pasado septiembre, donde un avión Embraer 650 experimentó fallas en su sistema de navegación debido a la recepción de señales GPS falsas. Este tipo de incidentes no solo comprometen la seguridad de los vuelos sino que también resalta la vulnerabilidad de los sistemas de navegación actuales.

En la mayoría de los casos reportados, los aviones afectados han necesitado depender del control de tráfico aéreo para corregir su rumbo y llegar a su destino de manera segura. Los pilotos, al darse cuenta de los fallos en la navegación, han tenido que solicitar asistencia aérea para determinar su posición y recibir indicaciones de ruta.

La interferencia de señales GNSS, que ha sido una preocupación en conflictos bélicos, se ha intensificado en los últimos años. Mientras que esta actividad solía dirigirse principalmente a dispositivos militares como misiles y drones, ahora los aviones comerciales también se ven afectados por la suplantación de señales. El riesgo principal radica en la incapacidad de las aeronaves modernas para detectar estos ataques.

Expertos señalan que, a diferencia de la interferencia de radiofrecuencia dirigida a dispositivos militares, la suplantación de señales GNSS es más difícil de atribuir a un actor específico. Se sospecha que Rusia ha utilizado métodos similares en Siria y en el conflicto con Ucrania, pero identificar a los responsables de estos ataques sigue siendo un desafío.

En respuesta a esta creciente amenaza, la Unión Europea ha desarrollado un sistema de autenticación llamado Open Service Navigation Message Authentication (OSNMA), que forma parte del sistema de posicionamiento Galileo. Este sistema tiene como objetivo alertar sobre posibles suplantaciones de señales GNSS. Aunque aún se encuentra en fase de prueba, se espera que se implemente oficialmente en 2024.

La falta de un "escudo" efectivo contra estos ataques resalta la vulnerabilidad de la aviación comercial ante amenazas cibernéticas. La comunidad internacional y las autoridades de aviación trabajan en la búsqueda de soluciones para proteger los sistemas de navegación y garantizar la seguridad en el espacio aéreo.