La incertidumbre en materia económica fue nuevamente la coartada. A la ya devaluada moneda nacional, el engaño era que hoy se iba a realizar una medida que iba a devaluar el peso por un porcentaje cercano al 30%, por lo que debía de manera urgente retirar todo el dinero de su casa y depositarlo, logrando de esa manera que no pierda valor.

El delincuente al identificarse como un presunto nieto hizo que la víctima nunca dudara, ni de él ni del otro individuo que minutos después se presentó afirmando ser el amigo del familiar que había llamado. Con el correr de las horas la mujer descubrió el engaño y ahora espera poder recuperar algo de lo perdido.

En los últimos tiempos los casos de estas características se han multiplicado, no sólo en nuestra ciudad sino en toda la región. Las pesquisas dan cuenta de asociaciones delictivas que van de ciudad en ciudad cometiendo estos ataques.

Se impone repasar distintos consejos para no ser víctimas. El primero es que los delincuentes, como ocurrió en este caso, suelen buscar personas de edad avanzada y que viven solas. Por ello se aconseja no brindar ningún tipo de información a través del teléfono y menos aún abrir la puerta a desconocidos. Ante contactos de estas características se ruega cortar automáticamente la llamada y contactarse con el servicio de emergencias, pudiéndolo hacer al 911 o 101.

Corralitos, devaluación, ofertas bancarias y hasta secuestros extorsivos son las coartadas más frecuentes. El consejo siempre es el mismo, cortar la llamada y llamar a emergencias. Los delincuentes buscarán prolongar la comunicación, impidiendo de esa manera que la víctima pueda chequear la veracidad de los dichos.

Es clave la comunicación con la policía en el momento que ocurren ya que son episodios muy complejos de esclarecer una vez consumados, inclusive las penas en expectativa para los delincuentes son menores ya que no se ejerce violencia alguna, debido a que las víctimas entregan voluntariamente el dinero.