El Gobierno de Javier Milei ha dado un paso significativo en la liberalización del comercio exterior en Argentina, afectando tanto a las importaciones como a las exportaciones. En particular, se ha ratificado la derogación del decreto 911/2021, una medida que había sido implementada durante la presidencia de Alberto Fernández en un intento por contener la escalada de precios en el mercado interno.

Las restricciones impuestas por el decreto 911/2021 expiraron el 31 de diciembre de 2023, lo que significa que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) ha levantado todas las restricciones y cuotas legales para la exportación de carne. Esto incluye cortes populares como el asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, que ahora pueden ser exportados sin ningún tipo de limitación.

Además, el fin de este decreto también implica la eliminación de la diferenciación legal entre las categorías de animales vivos, como vacas y toros. Esto permite la exportación completa de reses enteras, medias reses, cuartos delanteros con hueso, cuartos traseros con hueso, medias reses incompletas con hueso y cuartos delanteros incompletos con hueso.

Las medidas tomadas por el kirchnerismo tenían como objetivo controlar los precios en el mercado interno, pero en la práctica no lograron este cometido debido a la inestabilidad en la política monetaria y los altos déficits fiscales. Además, estas restricciones afectaron negativamente la reputación de los productores argentinos y llevaron a la pérdida de clientes en el ámbito internacional, incentivando la sustitución de productos argentinos cuando fuera posible.

Este cambio de rumbo en la política económica permitirá a los productores argentinos recuperar su posición en el mercado internacional, lo que a su vez contribuirá a la entrada de divisas extranjeras al país. La liberalización de las exportaciones de carne es vista como un paso importante hacia una economía más abierta y competitiva en Argentina.