Fue en el año 2012 cuando Aurelio Fernández, el trabajador de un rancho de la provincia de Chubut, en la Patagonia Argentina, descubrió el primer hueso de lo que poco más tarde se convertiría en uno de los descubrimientos más sorprendentes en la historia de la paleontología: más de 150 fósiles pertenecientes a al menos 6 individuos de una nueva especie de dinosaurio gigante. De hecho se trataba del dinosaurio más grande conocido hasta la fecha, el cual, acaba de ser nombrado oficialmente por la comunidad científica con el nombre de Patagotitan mayorum.

Sin embargo, la importancia del descubrimiento no radicaba únicamente en el enorme tamaño de los fósiles. Desde que se produjera el hallazgo no fue necesario demasiado tiempo para que la información corriera como la pólvora: "cuando las primeras noticias salieron a la luz en 2013, la excavación estaba todavía activa. Habíamos visto muchos huesos en el campo que mostraban ciertas características que indicaban que se trataba de una especie nueva de dinosaurio y, aparentemente, la más grande encontrada hasta entonces", explica el Dr. José Luis Carballido, especialista en saurópodos del Museo Egidio Feruglio -MEF-, en Trelew, Argentina, y principal autor de la publicación.

"A partir de ese momento se aceleraron las excavaciones para desenterrar los fósiles que posteriormente se trasladaron a los laboratorios del museo. Sólo entonces pudimos comenzar a estudiar el material para determinar cuáles eran exactamente las características que permitirían identificar esta nueva especie", añade el investigador.

Hoy, como resultado de cuatro años de investigación, este trabajo se publica en la revista científica Proceedings de la Royal Society de Londres y tras su estudio, la gran cantidad de cantidad de piezas encontradas ha permitido confeccionar la reconstrucción anatómica más completa del herbívoro terrestre más grande de la historia de nuestro planeta: el hasta ahora conocido como Titanosaurio.

Los datos obtenidos fueron introducidos en una ecuación que permitió estimar que los animales habrían de pesar una media de 70 toneladas; el equivalente a más de 11 elefantes africanos juntos (ver aparte).

Un lugar, un rasgo, un homenaje

"Han sido necesarios cuatro largos años para conocer el nombre de este dinosaurio, y eso se ha debido al tiempo que nos ha costado llevar a cabo el posterior trabajo de investigación. Cuando se descubre un nuevo dinosaurio en el campo, no significa que lo bauticemos tan pronto como volvemos con los huesos al museo" declara Carballido. "Este es un proceso que requiere mucho trabajo. En este caso, desde el momento del hallazgo la excavación tomó tres años. La preparación posterior en los laboratorios del museo tomó otros dos antes de que el estudio real pudiera comenzar. Después de eso, la investigación se llevó a cabo finalmente".

Y es que para establecer que los fósiles pertenecían a una nueva especie, los investigadores tuvieron que estudiar otras grandes especies de dinosaurios ya conocidas. Y no solo en términos de tamaño, sino que también hubieron de comparar los fósiles con los de aquellas especies que vivieron al mismo tiempo o tenían ciertas características en común.

"Comparamos los restos con todas las especies que pudieran estar relacionadas con los fósiles de Chubut, y tuvimos en cuenta los fósiles de otros dinosaurios gigantes de la Patagonia como el Argentinosaurus, el Puertasaurus y Futalognkosaurus. Hicimos un balance detallado con todas estas especies y encontramos algunas diferencias sorprendentes", explica el experto en saurópodos.

Se encontraban de este modo los científicos ante una nueva especie de dinosaurio gigante a la que ya podían poner un nombre. El elegido fue Patagotitan mayorum.

Así el calificativo genérico, Patagotitan, esta compuesto por dos raices: "patazo", con la que se hace referencia al origen geográfico de los fósiles, la Patagonia; y "titan", aludiendo a la gran fuerza y tamaño de los poderosos titanes de la mitología griega.

Por otro lado, el nombre específico "mayorum" fue elegido en reconocimiento y agradecimiento a la familia Mayo, dueños de la granja La Flecha, lugar donde se encontraron los fósiles. www.nationalgeographic.com.es