Los dos episodios ocurrieron durante la madrugada. En el caso del robo en el domicilio del diputado nacional Rubén Lanceta, el martes, no hay precisiones horarias. En el de la casa del abogado Adolfo Rocha Alonso se cree que fue entre las 6 y las 7 de la mañana de ayer. En ninguno de los dos delitos hubo grandes sumas ni enormes faltantes. En la vivienda de Lanceta, no había nadie adentro y la alarma estaba activada, pero quienes entraron parecían conocer detalles sobre la ubicación de los sensores. En la de Rocha Alonso, la alarma estaba desactivada, entraron en la planta baja mientras los propietarios dormían plácidamente en el primer piso.

Lanceta relató ayer en "Un Cacho de mañana" que cuando su empleada llegó a la casa ubicada en Giovanelli 2553 y "se encontró con que habían violentado una ventana cuidadosamente, de manera tal de no activar la alarma que se encuentra perimetralmente y curiosamente entraron en tres habitaciones que no tienen pasivos y luego a sabiendas supongo de que el pasivo del pasillo no los detectaba. Porque supuestamente estaba mal enfocado, no andaba muy bien o algo por el estilo y no fueron a los lugares donde los pasivos estaban plenamente activos".

Evidentemente -dijo el legislador- "contaban con alguna información o el azar les vino al dedillo. Si no podrían haber intentado por el lado de la cocina, el comedor o el living donde los pasivos los hubieran detectado rápidamente. E incluso para ingresar era más fácil romper una puerta lateral que proceder a todo lo que tuvieron que hacer para romper una persiana o forzar una ventana". La alarma -expresó- "no se disparó. En Segurcom se enteraron al otro día cuando la mujer llamó y ellos no tenían ningún registro. Hay tres habitaciones que no tienen pasivos. No hubo ni un atisbo de entrar por los lugares donde los pasivos estaban a pleno. Pasaron por un pasillo que comunica las tres habitaciones que estaba mal enfocado o no sé qué otra cosa me explicaron. Dieron vuelta todo, buscaban plata y joyas y se fueron frustrados porque yo no tengo ni plata ni joyas. Se llevaron una notebook, algunas cosas menores como chequeras, tarjetas de crédito y demás pero dieron vuelta todo con un conocimiento o una suerte entre comillas que es sospechoso. Tiene cola de pato, pico de pato, camina como un pato. No sé si no se pone en discusión nuevamente el tema de la virtud o no de las alarmas monitoreadas porque lo que suena como una ventaja termina siendo una suerte de prisión electrónica del ciudadano. Porque alguien desde algún lugar está sabiendo movimientos, horarios, etc y yo no sé si no hay que ponerlo en tela de juicio".

Seguridad privada

A la hora de arriesgar hipótesis el diputado planteó que "siempre tuve la misma alarma, con la misma empresa y antes nunca tuve problemas. En esos temas de empresas que se convierten en grandes, bastaría un ex empleado infiel para dar una hoja de ruta a cualquier delincuente o grupo de delincuentes y hacen un desastre. Pero no hay forma de probarlo. Lo cierto es que las casualidades en materia delictiva no son comunes. Acá había una forma de acceder más fácil pero por un lugar más complicado por la situación dominante de los sensores. Yo, unos días antes, había pasado con motivo de un viento importante. Me llaman para decir que se había disparado la alarma por el viento, por una cortina y cuando llegué, había gente de Segurcom que me acompañó a requisar todo. Cuando llegamos a una habitación me preguntaron `¿acá no tiene pasivos?`, `no no tengo pasivos`, les contesté".

Rubén Lanceta relató que "yo hace quince años que tengo alarma monitoreada. De toda alarma monitoreada las empresas tienen un plano. En el plano tienen dibujadas las aberturas y la localización de los sistemas de seguridad y ese plano fue visto por más de una persona. Son las reglas de juego. Cuando uno decide depositar la seguridad que desde lo público no se brinda, en lo privado, se corren algunos riesgos. Cuando la seguridad pública va cediendo más a la seguridad privada vas corriendo esos riesgos. Cuando no hay que lamentar cuestiones personales, todo lo demás tiene arreglo. Estamos viviendo una inseguridad terrible en Olavarría. Parecemos ya una ciudad del Conurbano. Necesitamos una solución integral en donde los gobiernos locales se van a tener que involucrar más en el tema de la seguridad".

Hasta un kilo de yerba

En el caso de Rocha Alonso, al despertar ayer por la mañana alrededor de las 7 la esposa del abogado se encontró con la puerta de ingreso abierta a su vivienda, ubicada en José Luis Torres 2863. La alarma no estaba activada. "Entraron por la puerta de adelante, en donde teníamos la llave puesta y evidentemente la hicieron saltar. Igual que hicieron saltar un pasador con cadenita y trabajaron muy limpiamente mientras nosotros estábamos durmiendo. Se llevaron cosas muy puntuales y trabajaron ordenadamente. Lo de más valor que se llevaron fue una cámara de fotos digital. También robaron un par de lentes recetados, dos gorras, un termo, un kilo de yerba, mi credencial de abogado, un poco de dinero, una alcancía del nene; un bolso, marca Puma de color gris y una toalla de pileta", dijo.

Rocha Alonso contó además que "mi mujer se levantó a las 7, fue a buscar EL POPULAR que nos lo dejan porque además somos socios del Club de Lectores. Normalmente lo dejan a eso de las 6 así que supongo que debe haber sido después, porque la puerta, estaba completamente abierta y si la hubiera visto el diarero así, hubiera avisado. No pasó nada trascendente y la única razón por la que hice la denuncia es porque me preocupaba la idea de que se pudiera usar para cualquier cosa mi credencial de abogado". Todo lo que les llevaron -ironizó el abogado- "parecía preparado como para salir de ahí e irse a la playa".