El Hospital General de Albacete ha reportado tres casos de pacientes que desarrollaron angiopatía amiloide, una enfermedad degenerativa, décadas después de haber recibido implantes de duramadre en operaciones realizadas en la década de 1980 en el Hospital La Fe de Valencia. La angiopatía amiloide cerebral (AAC) es causada por la acumulación de proteínas amiloides en las arterias cerebrales, aumentando el riesgo de demencia y sangrados cerebrales.

Estos pacientes, que no presentaban antecedentes hereditarios de la enfermedad, desarrollaron síntomas relativamente tempranos de AAC. La causa de esta afección se relaciona con el uso de tejidos contaminados en las operaciones, donde se utilizaban tejidos extraídos de cadáveres para cerrar heridas cerebrales. La acumulación de proteínas beta-amiloides en estos injertos ha desencadenado un proceso de agregación acelerada, manifestándose como la enfermedad décadas después de la cirugía.

El hecho de que estas complicaciones tardaran tanto en manifestarse resalta la lentitud de la acumulación de proteínas beta-amiloides. Sin embargo, la rápida aparición de la enfermedad en estos casos ha permitido a los médicos comprender mejor el proceso. Se teme que este descubrimiento pueda llevar a la detección de más casos en el futuro, a pesar de que estas intervenciones quirúrgicas estén en desuso desde hace años.

Este incidente recuerda otro hallazgo reciente donde casos de enfermedad de Alzheimer se relacionaron con intervenciones quirúrgicas similares realizadas décadas atrás. En ambos casos, la transmisión de la enfermedad se atribuye a la acumulación de proteínas beta-amiloides, lo que subraya la complejidad y la importancia de comprender las complicaciones a largo plazo de las operaciones quirúrgicas realizadas en el pasado.