Julio González decidió que su caso sea conocido por la comunidad a través de EL POPULAR. En diciembre pasado tomó como parte de pago de una transacción una propiedad que se encuentra sobre la prolongación de Rivadavia, pasando el cruce con la ruta nacional 226. "No quiero problemas", indicó el hombre, a medida que narraba que en primera instancia decidió persuadir a los habitantes del lugar por medio del trato y los buenos términos.

Sin embargo, nada de ello prosperó, por lo que decidió radicar finalmente la denuncia en el Departamento Judicial local. No obstante, esa situación pareció agudizar aún más la situación, ya que luego fue víctima de amenazas y debió sufrir numerosos destrozos en la propiedad.

Según narró, en ese predio hay un galpón que en los últimos meses registró varios daños, tanto en su infraestructura como en los elementos que se hallaban en el interior. Fue así que se destrozó un baño, una heladera, la instalación eléctrica y ventanas, y hasta se produjo la sustracción de un motor. "Ya no sé qué hacer", sentenció.

El enojo de González también radica en que esta situación ha impedido la realización de distintos negocios, debido a que había adquirido esa propiedad con la intención de venderla, algo que aún no pudo realizar. El hombre se quejó de que muchos clientes se le "bajaron" producto de esta disputa. Inclusive, el anuncio reciente realizado desde el Ejecutivo local sobre las obras para la extensión de servicios para aquel sector genera que el interés por esa propiedad acreciente, además de estar ubicada en "un lugar estratégico", según consideró a partir de su cercanía con la ruta nacional 226.