"Me he esforzado, pero me acompañó la suerte"
Es músico casi desde que nació. Salió a recorrer el mundo con el saxo sobre el hombro y no paró de crecer. Fue director musical durante años de Diego Torres y Julio Iglesias, trabajó con grandes artistas como Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, aunque también supo ser mozo cuando no tenía un peso. Anda por el mundo trabajando y tocando, está radicado en Torrelodones, Madrid, y extraña horrores su ciudad. Una historia que cuenta con la misma pasión que tiene cuando sube a un escenario.
"Ahora saqué pasaje de ida, que no lo había hecho nunca. Me vine en diciembre a la Argentina, pero debo volver a Madrid porque tengo muchos compromisos. Le prometí a mi familia que iba a estar para las fiestas y vine, si o si, pero en marzo tengo varios compromisos de laburo. El 2012 fue muy intenso, con mucho trabajo con muchos artistas al mismo tiempo. Trabajé con Coti, Ana Belén, hice la producción de un artista cubano -Boudet- en un disco y lo terminamos como producción independiente. Lo llevé a Miami, pero en el medio me llamaron para trabajar con Ana Belén y Víctor Manuel, y luego agarré la dirección musical de Julio Iglesias. Fui a Miami, Chile, y deje en stand by lo de Ana porque en ese momento el calendario de ella no estaba claro y lo de Julio es otra historia. No hablo en términos musicales, sino en trabajo. Tiene densidad de trabajo, su gira es mundial, en los 5 continentes y con entradas agotadas. No para. Llevaba 400 millones de discos vendidos en marzo de 2012; está al mismo nivel que Elvis Presley y los Beatles, aunque el que más discos vendió fue Michael Jackson. Julio hizo cientos de conciertos con Frank Sinatra, Elton John, es lo máximo. Si gusta o no son diez pesos aparte, pero en el mundo es una monstruosidad. Después retomé lo de Ana y fui a México, Dominicana, Ecuador, Colombia, Venezuela. Ahí coincidí con los dos, casualmente: con Ana tocaba saxo, teclado, guitarra, percusión, armónica y coros, y con Julio hacía dirección musical, saxo y teclados. Y con Coti estuve cuatro años de gira" comenzó contando Florial Rodolfo Calahorrano (40), Rolfi para todos los olavarrienses, ahora radicado en Madrid y un groso de verdad en materia musical a nivel internacional.
¿Por qué te fuiste a Madrid?
Me quedé definitivamente en 2006 en España. Terminé con Diego Torres después de catorce años de trabajo juntos. Empecé en el 93 con él a tocar saxo, y a fines del ´99 fui director musical hasta el 2 de diciembre de 2006, aunque hace poco toqué como invitado en Mar del Plata un par de temas. Fue un crecimiento muy grande, mucho tiempo, viví todas las épocas de Diego. La época del 95, la del 2002 con Color esperanza, las grandes giras por el mundo hispano. Hicimos seis discos juntos.
Estaba con Diego y también tocaba con Cuti, Roberto y Peteco Carabajal, y en esa misma época toqué para Mercedes Sosa.
En 2010 y 2011 hice la gira despedida con Miguel Ríos, que salieron dos discos, uno en España, otro en México y un dvd. "Bye Bye Ríos" se llamaba. Miguel es el rockero más grande de España, un referente de los ´70 y ´80, como Charly acá. Hizo una versión del Himno a la alegría con el que estuvo diez meses primero. Fue un emblema. Paralelamente, en la época de Diego (Torres), a la vez yo laburaba con Luis Salinas, Luis Valentino, Memphis. Con Luis toqué dos años en la Argentina y también en España, siempre como invitado. También estuve con los Decadentes y con Los Pericos.
¿Por qué decidiste irte?
Me fui porque fue como un ciclo que se cumplió. Con Diego Torres nos conocimos en la calle, antes de que él haga La Banda del Golden Rocket, antes del 91, antes de que sea Diego Torres, de que salga en la tele. Yo tenía 17 y él 18. Me escuchó en una casa de música y se copó; se había comprado un piano y nos hicimos amigos. Ahí también conocí a Suar, que tenía un Renault 9 bordó que le compró a Gustavo Bermúdez. Ibamos a Rosario. Era una risa. Ya hace 20 años. Adrián tenía 19 años. Por eso digo que recién caigo en cuenta de todo eso cuando miro para atrás y digo... "pasaron muchas cosas". Me he esforzado, pero me acompañó la suerte.
¿Hubo momentos duros?
Si. En España trabajé durante siete meses de mozo, aprendí a ser camarero, de febrero a julio de 2008, en el restaurante De Maria, el más argentino por excelencia. Ahí lo atendía todos los martes al mediodía a Alfredo Di Stéfano y su peña de amigos. Qué hacés rubio, me decía. En el Mundial de Sudáfrica, cuando nos eliminó Alemania, al partido lo vi con él. En ese momento yo estaba en gira, ya no trabajaba de mozo. Pero fue alucinante esa experiencia, y dura también. Hice una inversión que salió mal, quedé sin un peso y tenía que trabajar de algo porque sino debía vender mis instrumentos. Un amigo me dio una mano. Nunca había agarrado una bandeja y aprendí el oficio. A mí me gusta la cocina, es mi gran pasión cocinar, pero nada que ver con atender un restaurante. Desde los 8 años yo tocaba y viajé por la música, en hoteles y restaurantes, y siempre supe cómo quería que me atendieran. Tuve compañeros de Pakistán y rumanos que me fueron enseñando. Tardé un mes, pero me manejé bien, lo hice con alegría, eran catorce horas por día, pero eso me salvó la vida. Como mozo pude mantenerme en España para volver a trabajar como músico.
¿Cómo fue la llegada a España?
Llegué a España, me colgué el saxo y salí a caminar la calle. En Madrid hay diez o quince boliches con gente tocando. Durante un año y medio, todas las noches de lunes a lunes, me colgaba el saxo, salía a caminar y entraba. Tocaba lo que fuera. Así conocí a todos los tipos que después me llamaron, porque esas noches que tocaba, me gustaba, le dejaba el numero de mi móvil. Y dos años después tuve el primer llamado, justo cuando dejé el restaurante. Necesitaban uno que tocara teclado y saxo; yo bailaba en una pata. Por fin se daba.... una primera ventanita que se me abría. Yo me fui a España con ahorros, pero volaron, me los fui comiendo. Y llegó ese desajuste con un estudio que monté... se enganchó todo. El 23 de marzo de 2009, un lunes, me llamo Coti que estaba rearmando la banda. Ya nos conocíamos, eran todos argentos en esa banda y la combi era otra cosa, con mate y facturas, discutiendo por fútbol. Hacia años que no vivía esa situación. Hablar de fútbol y política en el medio de España, era un oasis. Fue gratificante lo de Coti, que después volvió a la Argentina, pero seguimos siendo muy amigos.
¿Qué hacés ahora?
Yo trabajo en los dos países. Capto trabajo de acá, los hago en mi estudio y lo envío. Ahora estoy empezando a abrir mercado en México, con colegas, porque España en la parte cultural ha bajado mucho en los últimos dos años. Donde primero meten tijera cuando hay crisis es en entretenimiento y así la cantidad de conciertos bajaron; los que hacían 80 por año, ahora hacen 20 ó 30. Hay menos volumen. Pero igual tengo que volver a España porque hay proyectos con dos cantantes, en discos, como productor, y veremos qué puede pasar. Ahora me tomé dos meses, quería descansar y ver a mi familia. Allá me están esperando. En marzo vuelvo.
¿Y la Argentina?
Se la extraña, hay cosas que se extrañan. España es preciosa y los españoles son gente maravillosa, pero obviamente, como en todo, lleva su tiempo adaptarse. No sos bienvenido al minuto uno, pero tampoco te tratan mal, aunque de a poco te van conociendo y eso no me parece mal. Es natural, es así. Yo soy muy confiado porque no tengo mala intención. Es natural una distancia. Hoy vivo como uno más en España. Me llevó años adaptarme y entender cosas, y ahora no me siento un bicho raro. El acento no se cambia, eso sí. Lo que cambia es que tratás de tú, oye, sabes hombre.... cambia la terminología. Estuve dos años sin venir y se me hizo terrible. Fue muy difícil. Cuando estaba de gira con Miguel Ríos y Coti tenía un mango disponible pero no tenía tiempo; era desesperante. Por fin pude venir, aunque ahora tengo que volver.
Rolfi y....
Su actualidad
"Vivo en Torrelodones, detrás del casino del que habla Joaquín Sabina en su canción. Estoy cerca de El Escorial de San Lorenzo, a cinco minutos en el auto. Me cambió la vida vivir ahí, a 29 kilómetros de Madrid, a 18 minutos en micro y 30 en tren. Desde el 1 de octubre de 2010 que vivo entre montaña, bosque y el río. Vinieron dos amigos rumanos y me hice una parrilla tremenda. Había rachas de comer asado todos los días. Una locura. Para el primer fuego vino el helicóptero de los bomberos, porque allá no es normal tener una parrilla en el jardín. No están acostumbrados. Era un fuego para 80 personas, así que era un fuego tremendo. Pero vieron que estaba todo bien y se fueron. No me olvido más de eso".
Daniel Freire
"Es muy loco lo de Daniel Freire. Mi hermana Marité me comentó que es su amigo, desde la época del colegio, y me decía que tenía que conocerlo porque también vivía en Madrid. En 2009 empezó una serie -Doctor Mateo- en la tele española, y había una particularidad. Nunca la vi desde el comienzo, siempre empezada. El personaje de cantinero argentino que hacía Daniel estaba genial, pero nunca supe que era él. Un año y pico después la vi desde el principio y vi los títulos, y vi su nombre. No podía creerlo. Después nos escribimos, pero nunca concretamos el encuentro, por una cosa o por la otra. Un tipo bárbaro. Cuando lo vi en la serie, no podía creerlo, yo era fanático de la serie. La llamé al toque a mi hermana y le conté lo que había descubierto".
Julio Iglesias
"Con Julio Iglesias viajaba en su avión cuando salíamos de gira. "Rodolfito, tú conmigo", me decía. Fuimos a Punta Cana, Venezuela, Miami, Perú, pero nunca me saqué una foto con él. No me gusta ser cholulo. He hablado con Sting que estaba en una pileta, en Costa Rica; no podía creerlo, pero no me saqué una foto ni le pedí autógrafo. No me gusta eso. El estaba leyendo el diario, solo. Era él y no podía creerlo. Le di las gracias y me abrazó; es altísimo. Sting fue una de las grandes inspiraciones de mi vida. Gran parte de lo que soy como músico, es porque soy fanático de él. Fueron 3 ó 4 minutos inolvidables. Lo grosso sería tocar con él, pero por ahora parece imposible".
La familia
"Quiero tener hijos y deseo profundamente formar una familia. Siempre supe que no lo haría siendo muy joven. Sabía que no tendría una familia no antes de los 40 años; lo supe, lo sentí, por mi vida, por mi trabajo, por los viajes. Pero ya es hora. Me gusta el concepto de familia. Nací en una familia bellísima, he sido muy afortunado, con una infancia divina y una adolescencia increíble. Esa es mi mayor fortuna" dice Rolfi, hijo de Ingeborg "Teresita" Braunshweig y Florial Rubén Calahorrano (fallecido en 2005), hermano de Marité, Alma (fallecida en 2005) y Remo.
La experiencia en el corso, en una carroza
"Fue muy emotivo estar en el corso. Me dijeron el Gato Barbery y Alfredo Sacher y enseguida dije que si. El grupo de Daii Yará es excelente, con una alegría tremenda. Me pareció hermoso el hecho en si, fue espectacular. Con ocho o nueve años estuve en el corso tocando con la Banda Infantil Municipal, pero eso fue hace 32 años, en la Vicente López. Ahora todo fue impresionante, el entorno, la gente, me conmueven mucho. José Eseverri y Diego Lurbe me decían gracias, y era yo el que debía agradecer. Con Diego nos conocemos de toda la vida. Estábamos juntos en la banda infantil, los dos con saxo. Y él no podía creer que el saxo que yo toqué era el que mi viejo me compró en abril de 1980 en lo de Patané. Fue una experiencia hermosa. Yo siempre digo que no importa... no me privaría de algo tan lindo por un prurito que pueda haber. Gracias a Dios que vengo de vacaciones a ver a mi vieja, y estar en la carroza y ver a mi familia fue algo impagable. Afuera, estas cosas no se viven. He vivido momentos de gloria, maravillosos, pero esto es pasional, afectivo, va mas allá de la profesión".