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Mañana desde las 13 se encuentra pautado que se dé a conocer la sentencia del juicio por el homicidio de Nelly Garisoain, ocurrido a inicios del año pasado. Si bien se prevé una audiencia corta, ya que todo se limitaría a la lectura de la parte resolutiva, su implicancias y ecos serán muchos más duraderos. En la jornada previa, la parte acusatoria había solicitado nada más y nada menos que la pena de prisión perpetua. Sin embargo, desde el escritorio de en frente la postura es radicalmente opuesta y piden expresamente la absolución e inmediata liberación. Inclusive, en entrevista exclusiva con EL POPULAR, los abogados que representan al único acusado, Oscar Conlon, declararon que "la duda está sembrada".

"Hay muchas imprecisiones", sostuvieron una y otra vez los abogados Pablo Salerno y Daiana Musa, a medida que iban desarrollando numerosos puntos que quedaron nutridos de grises cuando fueron mencionados en el debate. Fue así como hablaron de cómo se descartó de inmediato la hipótesis de asalto, cuando recién habían pasado pocos instantes del descubrimiento del cuerpo de la víctima, de las contradicciones en los testimonios del personal policial y las imprecisiones en las pericias, por sólo citar algunas.

Todo se encuadra en el juicio que se inició hace ya varios días en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, en el Departamento Judicial de Azul. En el mismo se dirime cómo se dio el crimen de Nelly Garisoain, ocurrido en las últimas horas del 17 de enero del año pasado.

La cita que refiere a "las últimas horas" no responde a una cuestión azarosa o a un olvido por parte de quien suscribe, sino que en el debate no quedó expresamente demostrado en qué horario fue asesinada la mujer de 87 años. "La causa está rodeada de imprecisiones, no hay una sola certeza. Hasta la operación de autopsia, que es la que más certeza puede arrojar, tiene una imprecisión en cuanto al horario de la muerte, que no se puede establecer con exactitud", sentenció Salerno.

Lo que narra el letrado quedó sumamente expuesto cuando declaró el doctor Rubén Borra. El especialista se lamentó en reiteradas ocasiones no haber podido estar en el lugar de los hechos, en vez de haber recibido el cuerpo en la asesoría pericial de Azul a la mañana siguiente. Esa situación lo privó de haber obtenido sumas precisiones sobre el horario de la muerte. Por esa situación fue que se limitó a situar el deceso entre 15 y 16 horas antes de iniciar su intervención sobre el cuerpo.

Inclusive, cuando los jueces Joaquín Duba, Martín Céspedes y Gustavo Borgui, integrantes del TOC Nº 1, profundizaron sobre la cuestión, obtuvieron como respuesta la posibilidad de que el plazo horas se extendiera a "no más de 20".

La hipótesis del robo

Otro punto recurrente del testimonio de los abogados fue la postura del personal policial que descartó desde un comienzo la posibilidad de que habría ocurrido un asalto en el lugar, tal cual había referido Conlon en el ingreso al domicilio ubicado en la esquina de Dorrego y Maipú.

"El sobrino que declaró -en referencia a Cristian Ledesma- dijo algo que creo que pasó desapercibido. ‘Me llevaron a la policía, pero no me hicieron declarar’, y fue el que primero se encontró con Conlon antes de entrar a la casa", subrayó Musa. Inclusive, Salerno tomó rápidamente la posta y añadió que "hay una imprecisión del accionar policial. Al primer testigo que llega al hecho no le toman declaración, ya arranca con un déficit. Es la primera persona que llega al lugar del hecho, se encuentra con el imputado y no le toman declaración", sentenció.

Inclusive, las referencias a este tipo de situaciones no detienen allí, sino que se vuelven un lugar común del relato de los abogados olavarrienses. "Hay algo que preguntó el tribunal sobre la hipótesis de robo, acerca de por qué se descartó, y no se lo pudieron responder", recordó Musa.

Asimismo, aludieron a una situación en torno a un motomandados que estuvo en el domicilio en momentos que darían en el horario del crimen y que nunca se investigó. Es más, en el debate quedó expuesto que no hay siquiera conocimiento de la empresa a la que pertenecía.

Un pintor y amigo de la familia refirió haber enviado un delivery para el cobro de un dinero. Sin embargo, nunca llegó su casa tal cual lo había pedido. "No hay ningún tipo de registro de las llamadas que se hicieron ese día, algo que era muy simple de realizar y comprobar", continuó Salerno.

Igual mención tuvo la historia en torno a la llave con la que se abrió el garaje, donde luego se encontrarían los elementos que se utilizaron para matar a la víctima. "Lo que nosotros quisimos demostrar fueron todas las imprecisiones que tiene la causa", coincidieron ambos.

Ahora todo se encuentra en manos de los jueces azuleños, quienes darán a conocer su veredicto mañana. No obstante, los abogados olavarrienses ya aclararon que apelarán en caso de que salga un dictamen condenatorio.