Casi 2 meses después que la empresa mendocina IMPSA  fuera privatizada por Javier Milei y asi pasara bajo propiedad de  del consorcio estadounidense IAF (Industrial Acquisitions Fund LL), los primeros despidos comenzaron a sacudir la estructura de la empresa.

La medida, tomada por ARC Energy, principal socio y controlante de la firma, generó alarma entre los empleados y el gremio metalúrgico. Si bien la empresa sostuvo que «no es una ola de despidos, sino desvinculaciones puntuales que están atadas a situaciones de productividad», los trabajadores afectados incluyen personal calificado con antigüedad.

Entra las primeras acciones llevadas a cabo por los nuevos directivos de IMPSA, se reunieron  con los 650 empleados para detallar el plan de trabajo en la nueva etapa. Incluso el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, había destacado «el expertise del plantel de IMPSA» y el compromiso de los nuevos dueños de sostener el empleo.

Sin embargo, los recientes despidos contradicen esas promesas y generan preocupación en el sector. La falta de comunicación sobre futuras medidas de ajuste solo profundiza la incertidumbre entre los trabajadores.

MPSA se dedica a la fabricación de turbinas, grúas y reactores, abasteciendo a los sectores de metalurgia, de generación de energía y tecnología.