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Dice que "lo único que los Callejeros quieren es lucrar" y acusa que la banda "se enriqueció con la tragedia de Cromañón", tras advertir que, aun con el dolor humano más intenso, los padres han protagonizado "una caminata por toda la República" para prevenir sobre los riesgos implícitos en cada recital. "En este momento, yo soy la voz de mi hijo Cristian", asegura con voz firme y decidida, todavía consternada porque "las autoridades se solidarizan más con ellos que con nuestro dolor".

Como vocera de un grupo más numeroso de padres y familiares de víctimas de aquel fatídico 30 de diciembre, Mirta Miralles espera respuestas de la Municipalidad de Olavarría sobre las seguridades contempladas para el desembarco de la banda del "Pato" Fontanet en el Maxigimnasio del Club Estudiantes, a escasos tres días de la difusión de la sentencia en el juicio en el que los músicos son procesados junto con el empresario Omar Chabán y funcionarios porteños.

Esta entrevista fue realizada antes de la determinación tomada ayer sobre realizar un único show en el estadio albinegro (ver sección Arte y Espectáculos). En la semana que pasó, ya obtuvieron algo: creen que fueron sus mails y alertas los que provocaron que la capacidad del recinto se fijara en 3.500 asistentes y, por lo tanto, la actuación programada se desdoblara en dos. "En todos los lugares donde tocaron nos pasó lo mismo: nosotros llamamos y las cosas se modifican".

"¿Mi postura ante el show en Olavarría? Es igual a la de muchísimos padres: los repudiamos porque a lo largo de estos cuatro años no han tenido el mínimo respeto no sólo por nosotros, que venimos luchándola desde el primer día del año 2005, sino por los chicos que no están. Mi hijo seguía a Callejeros desde que era un grupo que convocaba a 50 personas. El amaba a Callejeros", dice la mujer que cada 30 de mes marcha para mantener viva la memoria de los 194 muertos en el boliche de la calle Bartolomé Mitre.

-¿Cuantos años tenía su hijo?

-Tenía 18 años. Se llamaba Cristian Mariano Viegas Mendes. Seguía a Callejeros desde los comienzos. Mi hijo tenía un grupo de música con los compañeros de colegio. Se había recibido de técnico en Informática y ya ingresaba a la Universidad.

Pero hablaba de nuestro repudio, que es más por la falta de respeto y la indiferencia de Callejeros que por su responsabilidad. Y yo no digo que ellos han querido matar a los chicos. Pero sí que esa noche, ellos eran coorganizadores, tenían a cargo la seguridad y el control de las entradas. Mirá, nosotros llevamos diez meses de juicio...

-En los que varios progenitores, por lo menos su caso y el de Nilda Gómez, jamás faltaron a ninguna jornada...

-Estuvimos permanentemente, y conocemos todos los entretelones, los vivimos afuera y adentro. Y sé lo que pasó. Sé también del comportamiento de los músicos en el juicio, que la policía ha debido llamarles la atención por actitudes fuera de lugar, como hablar entre ellos o utilizar el celular dentro de la sala. Eso, las pocas veces que han ido. Porque Patricio Fontanet (estuvo) al comienzo del juicio, obligado a leer su declaración en la etapa de instrucción, y luego cuando declaró por dos minutos, porque todo lo que dijeron lo hicieron a través de su abogado. Fue realmente una vergüenza.

-¿Cómo han vivido estos diez meses?

-Aparte de ser muy largo, fue un juicio muy doloroso. En el que vimos y escuchamos un montón de cosas. (Sentimos) mucha impotencia, tener a los imputados tan cerca..., gracias a Dios detrás del blíndex... Fue terrible ver las autopsias de nuestros hijos; me hubiese gustado que Fontanet y todos los Callejeros vieran las autopsias de los chicos, cómo esos gases tóxicos los destruyeron. Te juro que el día que el Dr. Raffo dio una charla sobre el accionar de los gases dentro del cuerpo, Tribunales parecía la guardia de un hospital. Fue... (dice buscando una palabra que no encuentra). Los médicos nos decían que no sabían cómo aguantábamos. Pero aguantamos, porque ¿sabés qué? En mi caso, por lo menos, desde el primer día de 2005 es como que me puse una coraza. Nosotros queríamos el juicio y ahora esperamos...

-¿Qué esperan de la sentencia que se dará el 19?

-Una sentencia justa, porque acá la realidad es que hay 194 chicos (muertos). Mi hijo murió ahogado y encerrado porque lo busqué durante un día entero por todos los hospitales de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires y no lo encontré. Mi hijo murió adentro de Cromañón. Entonces, funcionarios, bomberos, SAME, (el gerenciador Omar) Chabán, (el encargado de la seguridad Raúl Alcides) Villarreal y Callejeros son responsables y van a tener que pagar lo que hicieron. Imaginate lo que significa que mientras nosotros estuvimos diez meses en un juicio, ellos estuvieran buscando lugar para tocar. Están sacando de 55 a 60 pesos por entrada, sacá la cuenta, ¿cuánto facturan?

-Usted ha declarado públicamente más de una vez su convicción de que la banda hace dinero a partir de la tragedia...

-Eso no fue una tragedia, sino una masacre. Los chicos quedaron encerrados, las puertas estaban cerradas, la alarma tenía un chicle puesto para que no sonara. Por eso es mi necesidad de hablar. Porque no sé si todos saben que Callejeros tocó el 31 de octubre de 2008 en el estadio (General Paz) Juniors de Córdoba con las puertas cerradas con candado. Y el video está y lo presentamos. Callejeros presentó el recital anterior a este, a modo de un expediente judicial y con un sello que decía "El Juzgado de los Invisibles". O sea, es una burla. Y no es burlarse de nosotros, sino de mi hijo y de los otros chicos también. De más está decir que jamás los nombró. Lo único que quieren es lucrar: Callejeros se enriqueció con la tragedia de Cromañón. Y me hago cargo de lo que digo: se enriqueció.

Entonces, a mí de ellos no me sorprende nada. Pero me sorprende de las autoridades, que se pongan del lado de ellos. Porque en algunas provincias han decidido el recital de Callejeros como un atractivo turístico.

-¿Qué actitud de la banda hubiera resultado razonable para ustedes?

-Que se llamaran a silencio y que optaran por tener otra actitud. Ellos no se hacen responsables de nada: lo único que dicen es que fueron a tocar. Y es mentira, porque la madre de Fontanet fue sindicada como la que entraba y repartía las bengalas. Y no lo digo yo, sino que lo declararon en el juicio. Y la seguridad era de ellos. Y la cantidad de entradas (vendidas) era de ellos. Y los 52 mil pesos que se recaudaron el 30 de diciembre de 2004 estaban en poder de ellos. Y se los repartieron en un hospital.

-¿Con una condena que ustedes consideraran justa, comenzarían a cerrar las heridas?

-No sé si habrá forma de aminorar el dolor porque ¿sabés qué? El 30 de diciembre de 2004 los chicos fueron convocados por Callejeros. No fueron convocados ni por Chabán, ni por Ibarra, ni por Villarreal: los chicos iban por Callejeros. En el recital anterior a Cromañón, que fue en Excursionistas, Fontanet dijo que iban a hacer tres noches en Cromañón, divididas así porque tenían habilitación para 1.035 personas. Pero el 30 de diciembre hubo más de 3.500 personas. Y eso nosotros lo venimos masticando y masticando hace ya más de 4 años y medio. Ahora, nosotros tendríamos que estar pensando en prepararnos para las convocatorias que vamos a hacer para el 19 de agosto y no, tenemos que seguir pensando en estos lucradores, que lo único que hicieron con Cromañón fue enriquecerse. Ellos y todos los que los llevan (a un escenario).

-¿Cuáles y cómo fueron sus contactos con Olavarría?

-Yo llamé a la Municipalidad el lunes (27 de julio) y la primera persona que me atendió me dijo ´no, pero nosotros no tenemos nada que ver, si querés yo te doy el teléfono de Baldini, que es el productor´. ¿Cómo que la Municipalidad no tiene nada que ver? Si son los que van a dar el permiso. De ahí me pasó a Control de Comuna y de Control me pasaron con Secretaría de Gabinete. Por último me dijeron que los papeles los tienen diferentes secretarías: ´dejanos tu teléfono y te vamos a llamar´. Les pedí encarecidamente que lo hicieran, porque lo que no queremos es llamar todos los días, distintos padres. Por eso me encargué yo y después se los transmito a los otros papás, para ver qué hacemos.

-¿Es un paso adelante el hecho de que se desdoblara el espectáculo?

-Si nosotros no hubiésemos llamado e insistido, el show sería uno solo. En todas partes nos pasó lo mismo. Lo nuestro fue una caminata por toda la República, a pesar de que somos padres que trabajamos, que tenemos que seguir porque tenemos otros hijos, porque tenemos familia. Pero yo no tengo nada que perder: voy a seguir hasta verlos presos a todos.

-¿Piensan venir a Olavarría ese fin de semana?

-Primero quisiéramos una respuesta de la Municipalidad, donde vamos a insistir Y después veremos lo que vamos a hacer. Siempre fuimos a los recitales, pagamos la entrada y vimos que se cumplan las condiciones de seguridad. Pero, ¿a vos te parece que tenemos que ocuparnos de esto? Ayer (por el jueves) tuvimos la última marcha antes de la sentencia, partimos desde plaza Once y llegamos a Tribunales, donde pusimos velas y flores, escuchando una lista de nombres que parece no terminar nunca...

-¿Y su propia familia, cómo transita estos días?

-Tengo una hija más, tengo mi marido, tengo mi mamá. Se me murió mi hijo y al otro día falleció mi papá, que no llegó a enterarse de lo de Cristian. Cada familia con la que hables, tiene una historia distinta: hay padres que no han podido sobrellevar el dolor y se han muerto, hay chicos que se han suicidado. Hay chicos que no han podido reinsertarse en la sociedad. Yo quisiera saber si Callejeros eso lo conoce. La indiferencia es total. Y muchos de los que van a ir a Olavarría no son sobrevivientes de Cromañón: son chicos de 15 ó 16 años, que lo ven a Fontanet como un ídolo, el ídolo de Cromañón. Eso es terrible y por eso digo que en este momento, yo soy la voz de mi hijo.