"Entrar a su biblioteca me permitió comprobar hasta qué punto Roberto Sánchez fue papá de Sandro"
En Más que Libros la periodista y escritora Graciela Guiñazú habló del último libro que escribió sobre el artista que creó Roberto Sánchez y el reflejo de su obra en la serie televisiva. Reveló secretos de Sandro desde su juventud, ambicioso, romántico, detallista y sumamente caballero al que cada día, aún después de su muerte, sigue descubriendo.
El libro que hizo con el material audiovisual del canal se llamó, "Sandro, el ídolo que volvió de la muerte" y fue editado en 2004. Luego sacó "Sandro de América", en el 2017 de Editorial Planeta donde no hizo una reedición sino que realizó un nuevo trabajo de investigación.
"Fue extraordinario porque lo hice con la cabeza que tengo hoy de Roberto Sánchez y con experiencia sobre cómo hacer un libro", explicó la autora en el programa Más que Libros, que conduce Diego Rojas los sábados de 13.30 a 15, por 98POP.
Previamente, en 2012 vio la luz "Sandro de América. Una vida en imágenes". Estas últimas publicaciones fueron tomadas por una productora que se encargó de llevar la vida del artista a la pantalla de Telefé en una miniserie.
Desde el primer libro hasta hace unos años, había pasado mucho en la vida de Roberto. "Se había separado de su mujer María Elena, se había casado con Olga legalmente, dejó de cantar en vivo, fue trasplantado, reconocido en el Congreso hasta que el 4 de enero de 2010 murió", relat�� Graciela. Y creyó que era necesario reeditarlo, agregar información y nutrirla con lo que iba conociendo, más allá de esas entrevistas.
Además le parecía importante demostrar cómo "aunque su carrera entró en una meseta" como le sucede a muchos aristas que luego "quedan en el recuerdo", él "decide resucitar al ídolo y por eso el libro se llamó así, porque estaba más presente que nunca".
La serie
Adrián Caetano fue el director de la serie que Telefé decidió adaptar del libro. Fueron trece capítulos de la vida completa de el Gitano. "Empezamos a trabajar la serie y le cedí derechos", comentó Graciela y el trabajo fue arduo porque "les dí información para incorporar para los guionistas, el material que tenía en la PC, en mi cabeza y fue natural". De este modo fue brindando datos a los actores y guionistas para que la interpretación fuera lo mejor posible.
Es que "la ficción necesita de ficción. Se planteó como biografía y tuve que resignar eso. Leía los guiones de la novela, me solicitaban datos que necesitaban y yo participé con la encargada de vestuario, con todas las áreas de producción y técnica. Fui a las grabaciones porque ver a Caetano me pareció increíble. Tenía mi corazón y esperanzas puestas en la serie", admite.
La elección de actores le pareció "mágica, extraordinariamente acertada. Agustín Sullivan tiene un parecido que conmociona. Hay tomas que hacen pensar que es Sandro. Fue una apuesta fuerte porque no era un actor conocido", valoró.
Por su parte, en "Caponi me sorprende su ductilidad, es músico y para la etapa de Sandro más conflictiva era perfecto y Grimau identifica al Sandro que se recuerda. El primer día que lo vi con la bata roja de lenguas de fuego, que es la réplica a la que usó en el ultimo show, se me puso la piel de gallina".
Antes y hoy
Graciela Guiñazú planteó un antes y un después cuando pudo conocer a Sandro puertas adentro. "Entrar a la casa, a su biblioteca me permitió comprobar hasta qué punto Roberto Sánchez fue papá de Sandro" desde "el chico de Valentín Alsina en el conventillo, dispuesto a comerse el mundo después y finalmente cómo construyó al hombre y todo lo que fue. Dejó mucho testimonio de eso en cuadernos desde que escribió lo que fue Sandro y los de Fuego hasta la profecía, su ultimo show", reseña la escritora.
Si tuviera que definir lo que generó Sandro en ella es "más admiración que la que tenía antes. Comprobé que lo que se decía de él era más que cierto. Roberto Sánchez era un adelantado".
En el último libro, quizá movida por la investigación periodística, optó por "escribir más en primera persona mis sensaciones. Lo que antes me daba cierto pudor porque creía que estaba reservado para grandes escritores me pareció que era el mejor modo de honrar ese legado, contando mis sensaciones".
Hay un momento bisagra a partir del cuaderno con sus memorias. "Me emociona cada vez que lo leo. Pensar que un chico creativo y estímulo de los padres, que vivía en 1945 en un conventillo, de un barrio obrero..."
Lecturas en común
Roberto Sánchez leía de todo y eso lo hacía tan culto y tan encantador a Sandro. "El Principito" estuvo entre sus elegidos y "tiene una edición especial". Pero además están presentes "El amor en los tiempos de cólera", hay libros de pintura, arte, historia, poesía. "Muchos best seller, novelas. Tiene desde la biblia hasta el Corán, la Constitución Argentina. Tuve la sensación de haber estado en en enorme biblioteca comercial donde te encontrás de todo. Ediciones comparadas, sobre gitanos, masones, novelas y diccionario gitano-español", ejemplifica la escritora.
En su caso personal admitió ser "una una gran lectora y El Principito es uno de mis libros de cabecera. García Márquez es uno de mis autores favoritos. De Vargas Llosa no me gusta lo que piensa pero sí lo que escribe y Mario Benedetti fue uno de mis autores de la juventud, que más me marcó y leo lo que puedo. Luis gascón me gusta, Woody Allen me ha gustado leerlo. Y tenemos en común con Roberto Sánchez que soy ecléctica. Tengo una biblioteca nutrida, libros de amigos y colegas".
Y ya sobre el final, la escritora reflexionó que "me pareció una maravilla que con todas las tentaciones que tuvo haya podido mantener el hecho de ser caballero, romántico, apasionado por las cosas que hacia. cada día que pasa tengo oportunidad de conocer algo mas del mundo Sandro. Es un artista inagotable aunque hayan pasado ocho años de su muerte".