Desde PAMI impulsan el programa Abuelos Relatores por la Memoria
Se busca que los adultos mayores sean los que hagan conocer a los estudiantes detalles y vivencias de la última dictadura militar. Todo a partir de textos seleccionados, matizados con experiencias propias.
Como ella, otro grupo de mujeres participó en la víspera del virtual lanzamiento del programa Abuelos Relatores por la Memoria de PAMI, en el que estuvieron presentes además la referente local, Lic. Sandra Aguayo, y el tallerista a cargo, profesor Marcelo Musarra, además del integrante del Area de Prestaciones Sociales de la Agencia Olavarría, Martín Maidana.
"Este programa surge a partir de un convenio marco entre el instituto de PAMI con las Abuelas de Plaza de Mayo y Ctera, en 2010", con la necesidad de "proponer un espacio de reflexión acerca de la memoria, la verdad y la justicia como tres grandes ejes, y la inclusión de derechos de las personas", explicó la Lic. Aguayo.
En ese marco, los adultos mayores participarán como "replicadores de toda esta historia, ya que son parte de la historia, la han vivido, y además pueden ser inspiradores de la reflexión sobre estos temas". Todo, "en un proyecto intergeneracional, porque la idea es que estos abuelos participen en instancias escolares", a los que llegarán con "relatos de vida concretos de esa época, y los chicos y los abuelos pueden establecer un intercambio rico, donde los abuelos tengan mucho para contar y los chicos, mucho para aprender de los abuelos", en generaciones "bastante opuestas, chicos que ya nacen en la democracia, con derechos adquiridos y abuelos, que, transitando la historia, vivieron la privación de estos derechos y las épocas más duras de nuestra historia y pueden contarles a los chicos lo que significó esa historia en la vida institucional del país".
Marcelo Musarra, desde el rol de capacitador a nivel institucional, dijo que los talleres previos se implementarán en la sede de PAMI, con una periodicidad de entre una y dos veces por semana, con "material que nos han brindado, son lecturas preparadas por las Abuelas de Plaza de Mayo" que, a nivel local, se enriquecerán con indagaciones, investigaciones de ese período de la dictadura militar, para luego "poder hacer un intercambio de ideas, de opiniones, y ver de qué manera poder bajarlo para trabajar con los estudiantes". Los destinatarios de ese caudal serán alumnos del último año de la escuela primaria, esto es 6º año, y estudiantes de secundaria.
Al material ya preparado se sumará "la experiencia propia, lo vivido a nivel personal" que "creo que es lo más rico", analizó Musarra. "Que los chicos puedan captar cómo vivieron estas abuelas o abuelos en esa época, qué cosas hacían y cuáles no se podían hacer. O qué derechos se tenían, a partir de las vivencias personales".
Ya sobre el final del año pasado, hubo dos experiencias "muy ricas, muy valiosas con estudiantes, que terminaron muy enganchados con el tema, y con abuelas que pudieron superar los temores iniciales acerca de qué decir o si lo que dijeran resultaba interesante o no. El resulto fue, repito, muy positivo".
Así, quienes quieran sumarse a la experiencia de relatar, podrán acercarse a PAMI de lunes a viernes, entre las 8 y las 15. Durante este mes se captaran inscripciones y se podrán en marcha la capacitación, para la que llegará a Olavarría la responsable del programa del nivel central, la socióloga Silvia Prieta, para lanzan luego la actividad en mayo.
Expectantes
Entre las abuelas que se sumarán a la propuesta reina la expectativa. A Norma la decidió su pasión por la historia. "Me pareció muy interesante; además a mi edad ya he vivido muchas épocas distintas. Creo que resulta importante contarles a los chicos que no saben todavía lo que pasó en los años 70, que recuperamos la democracia y todo lo que sigue. Para ellos, los derechos que hoy tenemos son naturales y deben saber que no siempre fue así".
María Cristina ya trae su bagaje como narradora. Miembro de la Biblioteca Helios Eseverri, actúa allí como abuela cuentacuentos durante las visitas escolares y es una apasionada por la narración. "Contarles a los chicos lo que vivimos en nuestra época me resulta apasionante y además, Marcelo es realmente capaz para guiarnos".
A Mabel la contactó Musarra. Docente retirada, pero "docente al fin", se dejó tentar por el proyecto, con el que "me va a encantar colaborar", porque "me parece interesante transmitir algo de todo lo aprendido y vivido". Desde su observación, analiza que "los chicos son como esponjas" y desliza que su nieto, de 5 años, la sorprendió la semana pasada con la narración del porqué del día de la memoria y también por qué era triste.
Con su sumatoria al proyecto, Leticia está privilegiando tal vez su militancia durante los 70. "Pienso que es una forma de aportar a la preservación de la memoria. Como militante, tengo mucha vivencia de la época de la dictadura y de lo que pasó después, en la época del neoliberalismo", cuando "personalmente veía que el país se caía a pedazos y decidí escapar a esa realidad tan densa inscribiéndome en Sociales para cursar Antropología". Es que, a su entender "cuando no se puede crecer en forma colectiva, sólo queda el camino individual".
María del Carmen es abuela cuentacuentos en el Jardín de Infantes Nº 913 y en el Centro Rinconcito de Romeo, donde "tengo una chica de 99 años y otra de 35" con las que comparte historias.
"Te puedo decir que la experiencia que tuve con los alumnos ha sido maravillosa, porque me adoptaron como abuela, me preguntaban si les iba a leer cuentos a su casa y me ofrecían ser la abuelita de ellos", además de premiarla con mimos, caricias y abrazos que "me derriten" porque a sus nietos biológicos, Elena y Andre, "los tengo muy lejos: viven San Luis". La experiencia de leer empezó con Elena, a sus seis meses de vida y hoy cambiaron los roles: "Ella hizo primer grado, empezó a leer y es tan memoriosa que los cuentos más largos los sabe de memoria: ellas me los cuentan a mí", aunque sea por teléfono.