Luego de más de cuarenta años quedó remodelado el Museo Histórico Provincial "Juan Galo Lavalle", ubicado sobre la calle homónima, en la vieja casona donde fue asesinado el caudillo unitario el 9 de octubre de 1841.

Elena Bardi, coordinadora de Patrimonio y Museos de la provincia, expresó que la edificación conserva su valor patrimonial y ha sido transformada en función de concepciones estéticas y museológicas.

"Nos podemos sentir orgullosos de nuestros museos por ser espacios completamente actualizados, dinámicos y con una marcada apertura a la comunidad", manifestó sobre los museos en la provincia bajo su cargo como el de Yavi o el de Arte Sacro, entre otros.

El Museo Histórico Provincial está abierto a los turistas, estudiantes y público en general en pleno centro de la ciudad, y para todos los que se aproximen para conocer parte de la historia de la provincia, sus hombres y mujeres.

Las visitas son guiadas y se informa a los visitantes sobre las diferentes etapas de la vida en la provincia, distribuidas en salas.

"Se necesitó un trabajo gigantesco para poner en valor a los museos provinciales. En este último período hubo un arduo proceso destinado a cambiar espacios saturados de objetos históricos en salas con guiones enredados y anticuados".

Reconoció el empeño puesto en la tarea realizada por la Secretaría de Turismo y Cultura a cargo de Jorge Noceti y de la profesora Cristina Jorge, su antecesora en el cargo.

Ahora, con las mejoras introducidas, los centros se han transformado en salas temáticas "constantemente renovadas para mostrar los apasionantes capítulos de la historia jujeña" y, además, "conectarnos nuevamente con la historia de Jujuy".

Siguiendo un criterio cronológico se ha intentado reflejar en las distintas salas la evolución de la sociedad de Jujuy desde tiempos coloniales hasta los inicios del siglo XX.

La sede del Museo Lavalle, declarada Monumento Histórico Nacional es una antigua casona colonial refaccionada y a la que en su tercer patio le agregaron una sala de conferencias, un depósito y un taller de restauraciones, respetando el estilo arquitectónico.

La Sala Colonial cuenta con testimonios del dominio colonial español en Jujuy y la región, mientras que una serie de textos describen el protagonismo articulador del territorio en el espacio del sur andino. Diversos objetos ilustran sobre aspectos religiosos, comunidades aborígenes y las instituciones. También está reflejado el papel trascendental que tuvo Jujuy como escenario de los combates durante el período de la Guerra de la Independencia, cuando los ejércitos realistas y patriotas se enfrentaron en innumerables combates.

Se destaca la presencia del general Manuel Belgrano, el vínculo con el pueblo jujeño, y se exhiben armas, bandos, cartas, estandartes y uniformes que evocan este período de lucha por la libertad americana. La gesta del Exodo Jujeño, ocurrido el 23 de agosto de 1812, se resalta en una sala, dándole el preciado valor que tiene, ya que constituye un testimonio claro del patriotismo de los pobladores de la ciudad que abandonaron todo por la Patria.

El sacrificio no fue en vano porque poco tiempo después Belgrano obtenía los triunfos de Tucumán (1812) y Salta (1813).

La Sala de las Guerras Civiles testimonia la lucha entre unitarios y federales, extenso y violento período que estuvo caracterizado por la ausencia de un gobierno nacional y el desarrollo de las autonomías provinciales.

La figura central en esta casa es el general Juan Galo de Lavalle, que lideró la oposición al gobierno de Rosas y luego de una serie de derrotas murió circunstancialmente en esta casa el 9 de octubre de 1841.

El museo también cuenta con la Sala de los Gobernadores, donde se rescata la organización institucional a partir de la autonomía provincial, el desarrollo de la comunidad a través de la educación y la integración de la provincia a partir del desarrollo económico.

Asimismo aborda la modernización de sus comunicaciones con la llegada del ferrocarril, la construcción de edificios públicos y el crecimiento urbano, además de una serie de retratos de los gobernadores desde 1834 hasta la década de 1940. El arte religioso y colonial es representado a través de un altar doméstico, dando cuenta de la religiosidad y sincretismo de la población de Jujuy, sus ritos, devociones y refleja la influencia en la vida colonial de órdenes y cofradías.

Diversos objetos pictóricos y escultóricos dan muestra del denominado arte mestizo andino.

En la Sala de Vestidos -siglo XIX- testimonia desde fotografías, vestidos y mobiliario la diferenciación social, la tertulia, el casamiento, la viudez, distintas instancias de la vida cotidiana y reflejan la importancia de la vestimenta como símbolo de status social. (Télam)