El problema de la inflación, paritarias, tasas y el conflicto policial al acecho
El personal de seguridad está en alerta luego de que dos provincias no reconocieran el acuerdo salarial. La carrera entre precios y salarios, y un pacto demasiado flexible. Las tasas en el centro de la mira. La curva paradojal. Los entretelones de un conflicto algo prematuro en el gremio municipal.
Primero fue Entre Ríos, luego Chaco y posiblemente le sigan otras. Lo cierto es que después de los aumentos salariales a policías dados por decreto tras los levantamientos de principios de diciembre, las provincias se van dando cuenta de que no podrán pagarlos y presionan a la Nación para que les financie tales acuerdos, caso contrario le nacionalizarían nuevamente el conflicto.
Los Estados provinciales saben que la Casa Rosada no está para enfrentar otro conflicto de esa envergadura y suponen que va a ceder a las presiones.
El mismo gobierno de Sergio Urribarri desconoció el compromiso de subas salariales acordado en diciembre y anoche hubo una nueva concentración de agentes de la fuerza en la plaza principal de Concordia.
La figura de "extorsión policial" aparece nuevamente como argumento para dar marcha atrás en los acuerdos anteriores y con imprevisibles consecuencias.
En realidad, las negociaciones del 9 y 10 de diciembre fue una fuga hacia delante o un compromiso lleno de vacío, simplemente porque ninguna de las provincias tiene recursos hoy para afrontar tales aumentos. Y con el agravante de que los porcentajes acordados, que oscilan entre un 50 y un 128 por ciento representan antecedentes sumamente peligrosos para las paritarias que están a punto de abrirse.
Entre los gremios que fueron consultados, el que menos va a pedir andará por el 35 por ciento, los ferroviarios ya anticiparon que no se van a bajar de un 40, y de ahí para arriba. Todo eso aumenta la expectativa inflacionaria, que es una de los mayores alimentos de la inflación.
Quien más, quien menos, hoy baraja una suba presupuestaria de entre el 20 y 25 por ciento, y eso en el plano público. Imaginemos entonces por qué números anda la especulación privada. Y ésta es una película tantas veces vista por los argentinos como la saga de "El Padrino".
Ante el atraso salarial del personal de seguridad y el temor de tener que enfrentar un conflicto ingobernable, los propios gobernadores terminaron pactando porcentajes impagables y alimentando la expectativa inflacionaria.
El tema no hizo otra cosa que poner de relieve el unitarismo vigente hoy en la Argentina, en donde la Nación se queda con el 75 por ciento de los recursos y reparte apenas el 25 por ciento restante entre todas las provincias. Los números son elocuentes y muestran un escenario que se debe modificar. Tanta es la inequidad distributiva que la provincia de Buenos Aires, que aporta el 45 por ciento de la riqueza nacional, recibe aproximadamente un 25 por ciento.
Y todo esto agravado por la distorsión cambiaria y la falta de un dólar competitivo que termina poniendo en crisis a las economías regionales.
¿A quién le conviene?
El otro tema serán las paritarias. Se sabe que no existe mayor ajuste que la inflación, simplemente porque los precios suben más rápido que los salarios. Cualquier aumento salarial es rápidamente licuado por la suba en el costo de vida que va minando progresivamente el poder adquisitivo de los sueldos. Un país con inflación es un país sin previsibilidad, y esto se da en lo macro como en lo micro de la economía.
Una inflación que está al filo del descontrol en general termina con los consensos sociales sobre el valor de las cosas y termina potenciando el poder de quienes manejan los precios y el mercado. El resto de los actores pasan a ser convidados de piedra o sujetos netamente pasivos ante quienes controlan las reglas de juego económicas. También los Estados sacan ventaja, por el dinero sin control que se termina manejando al manipular la expectativa inflacionaria o directamente por el impuesto inflacionario, pero terminan entrampados en el mismo juego por el deterioro que se produce socialmente a partir de suba indetenible de los precios que termina provocando inactividad y consecuentemente déficit fiscal.
Si hasta los controles de precios se hacen pactando primero los aumentos de los productos para acolchonarles a las empresas el posterior y transitorio congelamiento. Al revés de lo que hizo Perón en 1973, cuando el pacto social firmado entre la CGE y la CGT dejó los precios como estaban pero aumentó, previo al acuerdo, un 20 por ciento a todos los salarios.
Esta vez, el "sinceramiento" de la economía se encamina peligrosamente a llevar los precios a la variación del dólar, que fue del 40 por ciento anual.
La curva de Laffer
Cuando todos los municipios del Conurbano, kirchneristas o no incrementaron las tasas, surge nuevamente la figura de la curva de Laffer como modo de alertar sobre las consecuencias que podría traer aparejado un exceso en la carga impositiva.
La curva de Laffer muestra que el incremento de los tributos no siempre conlleva un aumento de la recaudación fiscal. Por el contrario, puede generar una reacción inversa. La figura la difundió el economista Arthur Laffer y también fue analizada por John Maynard Keynes en el siglo pasado.
Laffer sostenía que los ingresos fiscales pueden ser tan nulos cuando la carga tributaria sea inexistente como cuando lo es en sentido absoluto. ¿Es tan cierto esto?
Varios economistas, y la misma experiencia histórica han demostrado la falsedad de esta hipótesis. El mismo Ronald Reagan pudo comprobar que aun bajando la carga impositiva no pudo aumentar los ingresos fiscales, pese a que en su campaña suponía lo contrario. De todos modos, más allá de la relatividad de la curva de Laffer, este economista pudo aportar a que exista una racionalidad o un equilibrio entre ambas cosas, tipos impositivos y recaudación fiscal.
Tasas e inflación, y críticas
Hemos dicho que la inflación impide u obstaculiza la planificación estatal y familiar. ¿Es aplicable la curva de Laffer a Olavarría? Parte de la oposición admite que las tasas, fundamentalmente para el Centro y barrios aledaños, estaban bajas, ya que no se tocaban desde 2008. Igual plantean que habría "cierta injusticia" con lo que tendrían que pagar otros barrios más alejados.
Otra parte asegura que estaban bien y que "lo que se debería recaudar para lo que se denomina ABL estaría casi empatado con la recaudación", y advierten sobre "la peligrosidad que podría tener la cláusula que faculta al Intendente a aplicar el valor fiscal más alto (de referencia) para calcular la tasa". El oficialismo esgrime el argumento de que los tributos estaban "muy bajos, congelados pese a la inflación que hubo en cinco años", y sostiene que las anomalías que se podrían producir con ciertas zonas estarían salvadas con la aplicación del valor fiscal de referencia del inmueble.
El mínimo se fue a 100 pesos más 20 pesos para Seguridad Vial (eso, si no prospera la tasa a los combustibles, lo cual parece casi imposible por su inaplicabilidad) y 10 pesos para Protección Ciudadana. La cobrabilidad es del 50 por ciento, y el tiempo y la próxima Rendición de Cuentas dirá si la curva de Laffer está vigente.
El 89% de los contribuyentes pagan el mínimo y, como dijo un concejal oficialista, "cualquier cuota de un club pagaba lo mismo que un mínimo de tasa". El mismo edil asegura que la mayor cobrabilidad está en el Centro y que "los barrios carenciados no pagan la tasa" y si bien se le va acumulando la deuda, "a nadie se lo ejecuta y ésta va caducando", algo así como decir que una parte subsidia al resto o lo que otros denominan "justicia tributaria".
Confirmando de alguna manera lo que sostuvo Cladera, el oficialismo anduvo a las apuradas y terminó de delinear esta modificación en la Fiscal e Impositiva a las 7 del mismo día de la sesión, y frente a lo que cuestionó el concejal radical acerca del carácter sorpresivo de la presentación, responden que "la oposición llevó el tema del cuadro tarifario del agua a la sesión y terminaron modificando por decreto el último aumento, algo que no estaba en tratamiento ese día".
Ahora, el bloque eseverrista presentó la semana pasada dos proyectos de decreto derogando aquel bajo el argumento de estar "lleno de deficiencias técnicas".
Defender a Scioli
En el plano político, el Concejo Deliberante tuvo su primer conflicto fuerte después de la renovación, pero el eseverrismo supone que el encontronazo era previsible en el marco de un aumento de tasas. Rescatan la actitud "racional" de Cladera, aunque le cuestionan que se haya ido porque le rechazaron su propuesta. "Creemos que se debió haber quedado y de esa manera le marcaba la cancha a Franco (Cominotto)", con quien ellos suponen que tiene una interna.
Sin embargo, más allá de algunos matices, con el kirchnerismo continuará habiendo la misma relación y seguramente los acuerdos, si es que existen, serán cada vez más difíciles de alcanzar a medida que se vaya acercando el 2015. Por lo pronto, a los K locales les llegó la directiva de salirle al cruce a Eseverri toda vez que se lo ataque al Gobernador. "La orden fue la de salir a defenderlo a Scioli", confió un dirigente kirchnerista, prefigurando su alineamiento para las presidenciales, y ante una eventual interna.
Una interna anticipada
¿También los salarios seguirán el ritmo del dólar de aumentar un 40 por ciento anual? Ese es el tema, y será el eje central de las próximas paritarias. "La pelea va a ser ésa, pero vas a ver que el Ministerio de Trabajo no va a homologar más del 25 por ciento", vaticinó un dirigente gremial, quien se manifestó "muy preocupado" por el incidente en el Sindicato de Trabajadores Municipales. "Me llama la atención que faltando dos años para las elecciones del gremio, ya salgan a mostrarse y a producir estos hechos", dijo. "Si el ‘Tano’ (Stuppia) reaccionó con violencia, no estoy para nada de acuerdo. Además, con lo que logró, no tiene por qué tener miedo a una elección, pero ya se sabe que es un calentón. Lo que pasa es que está viendo una jugada política detrás y eso lo pudo haber calentado", juzgó.
La "jugada política" de la que habla también es la que supone la misma conducción del gremio, y es que detrás de todo esto exista una maniobra ¿municipal? para dividirlos o condicionar el reclamo de paritarias.
"Son los mismos que quisieron acordar un aumento del 25 por ciento", reprochó Stuppia cuando este columnista le preguntó por radio si sabía que se estaba armando una lista para disputarle la conducción del gremio. A uno de estos dirigentes se le cuestiona que hubiese estado buscando el respaldo de muchos gremios para ser el nuevo delegado regional del Ministerio de Trabajo desbancando a "Mingo" Soraiz, apoyado por casi todo el espectro sindical para ese cargo. Pero también se le critica que, trabajando actualmente en dicha dependencia, "quiera ser el secretario gremial de los municipales, cuando él tendría que estar en UPCN. Entonces, ¿por qué no se afilia a ese gremio o (José) Quintero no se lo exige?", se preguntó la misma fuente.
De todos modos, y más allá de las maniobras o roscas políticas existentes o no, la violencia es siempre censurable y su repudio debe anteponerse a cualquier análisis posterior. Si existió o no la agresión será tema de la Justicia. La denuncia policial ya está hecha y ahora el mismo Stuppia y la conducción del gremio analizan la presentación de una réplica por la misma vía. ¿La hará o todo quedará en el amague esperando que el tema se enfríe? Para todo el mundo, el conflicto parece totalmente prematuro para unos comicios sindicales que recién se van a dar dentro de dos años.