Debate sobre el precio de la carne: el INE niega relación con el dólar y Gonzalo Chávez responde con un análisis técnico e irónico
El director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia, generó una ola de cuestionamientos esta semana tras afirmar en conferencia de prensa que el aumento del precio de la carne de res no está relacionado con la cotización del dólar. Sus declaraciones despertaron reacciones entre analistas y economistas, entre ellos Gonzalo Chávez Álvarez, quien respondió con un análisis técnico, cargado de ironía, sobre la estructura productiva del sector ganadero.
Durante su exposición ante la prensa, Arandia declaró:
“¿Ustedes creen que el precio del pasto para el engorde del ganado está definido en dólares? Definitivamente no. ¿Un ternero, que nace en Bolivia y se utiliza para el engorde, se cotiza en dólares? Definitivamente no. ¿El alimento balanceado se produce en Bolivia? Es en bolivianos”.
Estas afirmaciones fueron interpretadas por diversos sectores como una minimización de los factores externos que inciden en los costos de producción. En ese marco, el economista Gonzalo Chávez publicó una extensa respuesta titulada “¿Son las vacas made in Bolivia? (Manual ilustrado de ignorancia vacuna para funcionarios con máster en hablar por hablar)”, en la que desmonta punto por punto la noción de que el precio de la carne no depende del dólar, respaldándose en la composición real de los costos de producción ganadera en el país.
Una clase de economía ganadera en cuatro puntos
I. Alimentación:
Chávez señala que, si bien existen pastos locales, no son suficientes para cubrir la demanda del sector. Elementos clave como el maíz para engorde, el concentrado, sales minerales, vitaminas, y otros suplementos alimenticios son mayormente importados, por lo tanto, sus precios están directamente influenciados por el tipo de cambio.
II. Salud Animal:
El economista detalla que vacunas, medicamentos veterinarios y hasta insumos genéticos como semen y embriones para mejorar razas bovinas provienen del extranjero. Esto también incluye países como Argentina, Brasil, India y Europa.
III. Tecnología y equipamiento:
Desde ordeñadoras, tractores y bombas de agua hasta el alambre de púas para los cercos, Chávez subraya que el equipamiento agropecuario boliviano depende de la importación, lo que introduce costos dolarizados en casi todos los eslabones de la cadena.
IV. Energía y logística:
Otro factor central es el uso de diésel, un combustible importado que se utiliza ampliamente en el transporte, la maquinaria agrícola y el funcionamiento general de los predios ganaderos. Incluso, indica el autor, los paneles solares en los campos provienen de China.
“Assembled in Bolivia”: una vaca globalizada
En su conclusión, Chávez critica con ironía las afirmaciones del director del INE y plantea que si bien las vacas nacen en Bolivia, su alimentación, tratamiento, tecnología y genética dependen de insumos extranjeros, por lo que el precio final del kilo de carne sí está condicionado por la cotización del dólar.
“Decir que la carne no depende del dólar es como decir que la vaca se alimenta de discursos y se vacuna con buenas intenciones”, escribe. Y añade: “Sí, la vaca nace en Bolivia, pero su ADN, su comida, su salud, su sombra y hasta el alambre que la encierra vienen de afuera. No es ‘Made in Bolivia’. Es ‘Assembled in Bolivia’”.
El economista cierra su análisis con una crítica al manejo técnico de la información desde el Estado:
“La próxima vez que alguna autoridad quiera opinar sobre ganadería, sugerimos que primero pase por el corral, no por la sala de prensa. ¿O será que algunos funcionarios son alimentados con discursos concentrados y vacunas ideológicas?”
Contexto económico
El debate surge en un momento en que los precios de los alimentos básicos, como la carne, han mostrado aumentos sostenidos, en paralelo a la escasez de dólares en el mercado y una creciente presión inflacionaria. El cruce de argumentos entre el INE y expertos como Chávez evidencia la necesidad de transparencia técnica y diagnósticos precisos para enfrentar la crisis con medidas efectivas.