El éxodo de civiles continúa en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde decenas de miles de personas están huyendo ante la amenaza de una inminente ofensiva terrestre por parte de Israel. La situación se agrava aún más en este día, en el que los palestinos conmemoran la "Nakba", que marca la creación del Estado de Israel en 1948 y la consiguiente expulsión de cientos de miles de árabes palestinos de sus hogares.

La "Nakba" fue un evento catastrófico en la historia palestina, durante el cual alrededor de 760.000 palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares, buscando refugio en países vecinos o en lo que se convertiría en Cisjordania y la Franja de Gaza. Hoy, en medio del conflicto entre Israel y Hamás, la población civil de Gaza se ve obligada a huir una vez más, buscando desesperadamente refugio en un territorio asediado y devastado por la guerra.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido destruir a Hamás y lanzar una gran operación en Rafah, donde se cree que están atrincherados los últimos batallones del movimiento islamista. Sin embargo, esta amenaza ha generado preocupación en la comunidad internacional, especialmente por las posibles consecuencias para la población civil.

A pesar de las críticas y llamados internacionales a detener la operación en Rafah, Netanyahu ha defendido la acción militar, afirmando que se ha evitado una catástrofe humanitaria en la ciudad. Mientras tanto, Estados Unidos ha notificado al Congreso su intención de continuar con la entrega de armas a Israel, a pesar del desacuerdo con Netanyahu sobre la situación en Rafah.

En medio de los combates intensos y los bombardeos, la población de Gaza enfrenta también la escasez de alimentos y ayuda humanitaria, agravando aún más la crisis humanitaria en la región.