El dato inmediato que aterrizó en la memoria después de "la gran Augusto" de Agustín Brocal frente a Villa Mitre fueron los "tiros locos" de Santiago Dubois dos décadas y media atrás, cuando Estudiantes jugaba su última temporada en el primer paso por el TNA.

Primeros años en el básquetbol profesional y el Maxi reventaba de gente. Eran las instancias finales: semis con Echagüe de Paraná, finales por el ascenso a la Liga Nacional con Obras Sanitarias de la Nación, repechaje con Ferro.

El "Loco" Dubois, un bahiense carismático y explosivo que había llegado para la Liga "B", quedó en la historia porque frente a los entrerrianos metió dos lanzamientos de aro a aro, y repitió un tercero en el gimnasio de la Avenida Libertador que no fue convalidado por los árbitros.

Luego las imágenes de la tele mostrarían que era tan legítimo como los otros dos.

Estudiantes y Olavarría son dos datos relevantes también en la vida de Dubois: "Mi hijo Thiago nació allá, mi señora es de Olavarría, así que tanto Estudiantes como la Ciudad son dos cosas muy importantes para mí".

"Llegué para jugar la Liga B, con (José) Cottonaro como entrenador. Ese año ascendimos al TNA, con ‘Gurí’ Perazzo, ‘Cachorro’ Clérici entre tantos. Nosotros metíamos 8.500 personas en el Maxi; era una locura ir para Parque Guerrero y ver a la multitud caminando hacia la cancha para ver los partidos" recordó.

Las tres jugadas hicieron indeleble el recuerdo de su paso con la camiseta albinegra.

"Nosotros habíamos perdido con Echagüe un partido de local, ganamos uno de visitante. El primer triple lo metí un viernes, el domingo metí el segundo y al otro viernes el tercero en la cancha de Obras. Es raro... Hay que estar tocado con la varita, qué se yo" especuló.

Los tres lanzamientos de Dubois generaron tanto revuelo en el básquetbol nacional que obligaron a cambiar el reglamento.

"A partir de esas series dispusieron que con más de un segundo por jugar se podía tomar la pelota, menos de un segundo sólo cachetearla. Después se aggiornó y ahora son 0.6 segundos" precisó.

El recuerdo y el relato valen para linkearlo con la jugada de Agustín Brocal.

"Yo no lo podía creer cuando me pasó. Eso es lo más lindo que tiene el básquet, que nunca se saben las cosas que pueden pasar, las definiciones que se pueden dar" señaló.

Dubois está convencido de que "ni el mismo protagonista debe poder creerlo. Me pasó a mí, después de haber metido tres triples consecutivos de lado a lado en menos de una semana. Me imagino que ni Toti lo debe poder creer. Por eso lo gritó como lo gritó, por yo eso lo grité como lo grité, y por eso el básquet es el deporte más lindo del mundo".