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La pelota volvió a entrar.

Es la única información desclasificada del nuevo intento por repetir el lanzamiento de Agustín Brocal que el miércoles sacudió los cimientos del Maxi, y durante la jornada del jueves esas imágenes recorrieron portales y canales todo el mundo.

En qué intento, es un secreto que tendrán guardado por siempre bajo siete llaves el protagonista y los encargados de la producción fotográfica.

Pero -lo único importante- el que debía atravesar la red del aro que da al ingreso del Parque Carlos Guerrero, en la última centésima del partido con Villa Mitre, entró de una.

"Nos merecíamos un triunfo así. Pusimos todo lo que había que poner, frente a un rival muy duro. Lo jugamos bien, y bueno... se nos dio en el tiro del final, pero es un premio a la actitud que pusimos en el partido" destacó.

¿Cómo se le ocurrió una resolución así? "Vi que había muchas manos en el medio, pensé que no quedaba más tiempo porque los árbitros habían dicho que quedaban 8 segundos. La vi ahí y la tiré para atrás; es la realidad" respondió.

Fue frente a los tricolores un Estudiantes distinto al visto el domingo, en la derrota con Central Entrerriano.

"No es fácil salir de una situación como la que estábamos. Volvimos a perder en casa, algo a lo que no estábamos acostumbrados en años y nos tocaba un rival importante. Había que levantarse de eso, eh... y demostramos una actitud tremenda, que es lo que más rescato" reflexionó.

Ganar así un partido clave estuvo bárbaro, quedará en la historia, pero Brocal reconoció que en lo posible lo ideal sería que no se volviera a producir, para no sobrecargar de trabajo a los cardiólogos de Olavarría.

"Sufrir hasta el último segundo no es lo aconsejable (risas). Lo ideal sería llegar al final con el resultado controlado, pero de vez en cuando está bueno que pasen estas cosas. Que no se haga costumbre, pero para eso debemos recuperar nuestra mejor versión; creo que por momentos se vio en el partido con Villa Mitre, y ahora saldremos a buscarla en la gira de visitantes" prometió.

Ayer, "Toti" Brocal aceptó repetir ese gesto técnico que la misma noche del partido bautizó "la gran Augusto", en homenaje a su amado abuelo fallecido, y al bebé que arribará en cuestión de días.

"Muy contento, porque fue una jugada que nos permitió ganar el partido y recuperar la punta. Cerrarlo de esa manera va a ser algo que nunca olvidaré. No esperaba tanto revuelo. Se vio por todas parte del mundo; hubo repercusiones en Italia, España, Estados Unidos, muchos medios de la Argentina" admitió.

El primer indicio fue cuando intentó apoyar la cabeza en la almohada. "Fue impresionante lo del celular. Me vino bien, porque después de los partidos me cuesta conciliar el sueño, y en este caso más que nunca. Entraban mensajes y notificaciones todo el tiempo. No sé a qué hora me habré dormido, pero ya era de día" comentó.

La relajación llegó en el transcurso del jueves, en la ribera del arroyo Tapalqué.

"Yo no tiré la línea; fuimos sólo para aflojarnos un rato, tomar unos mates tranquilos y pasarla bien. Peor fue lo de Sandrini, que se vende como un gran pescador, y no sacó ni una chanchita. Se saca fotos con dorados en el Paraná, pero para mí que los pide prestados en las pescaderías y después los devuelve" bromeó.

Volviendo a la seriedad, "Toti" reveló que "en las redes fue muy fuerte. El número uno, que es el hijo de ‘Lobito’ (Gustavito Fernández) puso algo, el otro hijo (Juan Manuel) también escribió en Italia. Feliz y agradecidos a todos".

Su pueblo chaqueño vivió una revolución, y las paredes de su casa a duras penas pudieron sostener tantos gritos.

"Estaban como locos la familia, los amigos. Uno de mis amigos casi rompió la computadora. Lo vivieron muy felices, muy alegres, lo mismo que en la cancha. Creo que fue una felicidad muy grande para todos ellos, como se vivió acá, en la cancha" apuntó.

La jugada, el momento del partido, el rival, la circunstancia que marca la tabla fueron ingredientes para hacer de la "gran Augusto" una jugada para la historia. La explosión del Maxi, su corrida, la montonera de camisetas negras también.

"Se me vinieron a la mente muchas cosas; creo que es un premio al trabajo que vengo haciendo desde hace tiempo. Escuchar que el Maxi explota, que en un club con tanta historia, donde pasaron tantos cracks, coree el nombre de uno, me pone la piel de gallina; me emociona" confesó "Toti".

Ayer la volvió a intentar y volvió a entrar en la inmensidad del Maxi vacío, pero aún con el eco de una noche inolvidable.