El Gobierno presidido por Javier Milei está avanzando firmemente hacia la normalización y estabilización de la economía argentina. El primer paso para generar confianza en la inversión del sector privado es el restablecimiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un acuerdo que había quedado virtualmente abandonado desde el lanzamiento del "plan platita" en agosto del año pasado, bajo la gestión del exministro Sergio Massa.

Después de llevar a cabo una serie de negociaciones y anunciar un programa fiscal riguroso, el equipo liderado por Luis Caputo y el personal del FMI han establecido las bases para llevar a cabo la séptima revisión oficial del acuerdo con Argentina.

Los mercados han respondido con gran optimismo ante la noticia de un acuerdo inminente, lo que ha llevado a un aumento en los bonos en dólares de hasta el 11%. Además, el índice de Riesgo País ha vuelto a caer por debajo de los 2.000 puntos básicos y ha registrado su mayor disminución diaria en las últimas siete semanas.

El nuevo acuerdo acordado entre el Gobierno y el FMI permite abordar los próximos vencimientos que llegan hasta el mes de abril, por un monto de US$ 4.700 millones, según lo confirmado por el Ministro de Economía. Este es un monto de deuda que el gobierno anterior ya había solicitado y validado en el pasado, pero que estaba bloqueado debido al incumplimiento constante de las metas fiscales, monetarias y de reservas en el último año y medio.

Es importante destacar que el nuevo acuerdo no implica la emisión de nueva deuda, sino que permite refinanciar la deuda existente y despejar vencimientos que de lo contrario habrían sido un problema para las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Uno de los puntos clave del acuerdo es la estricta disciplina fiscal que implica, a diferencia de las seis versiones anteriores firmadas por el gobierno anterior. El Sector Público Nacional tiene como objetivo recuperar un superávit financiero para diciembre, una situación que no se ha visto en 16 años. Este aspecto es fundamental para otorgar al BCRA una verdadera independencia y sentar las bases para la dolarización de la economía, ya que sin una ancla fiscal, la estabilidad macroeconómica es imposible.