Una olavarriense aprendiendo la milenaria acupuntura en China
Tras haber obtenido el título de licenciada en Kinesiología en Buenos Aires, realizar un posgrado en Acupuntura y trabajar en prestigiosos centros de salud, Victoria decidió "ir a las fuentes" y partió rumbo a China para cursar en la Beijing University of Chinese Medicine y en hospitales especializados en acupuntura.
Llegada a Olavarría a los 10 años de edad con su madre -nuestra querida Marita Núñez- y sus tres hermanos, Victoria asistió a los colegios Santo Tomás y Libertas, donde terminó los estudios secundarios. Además, amante del deporte, el CEF San Antonio la contó en su equipo de handball, "razón por la que al terminar el secundario tenía que decidir si iba a estudiar el Profesorado de Educación Física o la carrera de Kinesiología; finalmente me decidí por Kinesiología y me mudé a Capital para comenzar mis estudios en la Universidad Favaloro", relata vía e-mail desde Beijing.
A lo largo de los cinco años de estudios universitarios, Victoria Sueyro obtuvo también un panorama general de las distintas opciones laborales, y la Universidad Favaloro principalmente se especializa en rehabilitación cardiopulmonar.
"En cuanto me recibí comencé a trabajar en consultorios de kinesiología convencional y a la vez a especializarme en rehabilitación pediátrica, trabajé en la clínica Alcla, para lo que también realicé un posgrado en rehabilitación psicomotriz y en otros consultorios privados también con pacientes pediátricos", enumera.
Antes de emprender su viaje, la kinesióloga trabajaba en la clínica del Dr. Mulbergher -protagonista de un gran escándalo mediático-, "pero me fui una semana antes de que explotara todo el lío en los medios. Allí mi idea era usar la acupuntura en la clínica en la parte estética".
El camino hacia la Acupuntura no se hizo demasiado largo, ya que en 2012 comenzó un posgrado de esa especialidad en la UMSA. "Si bien tenía una vaga idea de lo que era, día a día con las clases me di cuenta de lo increíble que es la acupuntura, una disciplina dentro de la medicina tradicional china que no sólo se basa en curar enfermedades, sino también en prevenirlas. La cuestión básicamente consiste en la estimulación de algunos punto específicos de la piel por medio de agujas o calor, con el objeto de regularizar la energía del organismo (QI, energía vital).
"Comencé la práctica en forma privada y me pareció interesante el poder complementar la kinesiología convencional con la acupuntura para un mejor resultado de tratamiento. Fue cuando decidí que quería mejorar mis conocimientos y viajar a China, la cuna de la acupuntura".
Choque de culturas
Los primeros tiempos en China no fueron demasiados fáciles para Victoria, quien recuerda que "al principio me fue bastante difícil, el jet lag primero, el choque fue abrupto. Si bien estoy viviendo en un campus, en un edificio de estudiantes internacionales, soy la única occidental, entonces cada vez que salía a la calle o iba a comer era llamar la atención, algo que, hasta que te acostumbrás, es bastante molesto porque no te sacan la mirada de encima, o se dan vuelta y se quedan mirándote. Me ha pasado varias veces igual que a mis amigos extranjeros: a todos, los chinos nos pidieron sacarse fotos con nosotros".
El idioma fue otro de los escollos porque "específicamente en Beijing se complica poder comunicarse porque no hablan mucho inglés, no tanto como Shanghai. Pero aunque parezca imposible el idioma, porque es muy complicado, hoy en día me hago entender mejor y algo en chino puedo hablar, lo que me facilita comunicarme en el hospital donde tampoco los profesores hablan mucho inglés", indica.
La comida también fue una aventura al principio, "porque no vivo en una zona turística, por lo cual las cartas de comidas están en chino. Me ayudó que conocí gente que me ayudó mucho y me dejaban todo por escrito hasta que de a poco empecé a recorrer y fui encontrando distintos lugares donde sí había menú escrito en inglés".
Otro gran desafío que debió enfrentar Victoria fue "acostumbrarme a usar los palitos chinos en vez de tenedor, pero ahora ya los uso bien, aunque las primeras veces era el chiste de todo el comedor a la hora del almuerzo".
Durante este mes de julio, Victoria Sueyro recorrió diversos lugares del interior de China y, para su regreso ya tiene varios proyectos, con colegas y también para trabajar de manera independiente seguramente en Capital Federal y en Olavarría.
"Siento que encontré lo que realmente me apasiona -dijo Victoria antes de despedirse-, pero es una disciplina milenaria que lleva años de estudio y es necesario capacitarse año a año para poder comprender cada vez más sus beneficios. En eso estoy".