En los últimos meses, el sistema bancario argentino registró una fuerte caída en los depósitos en dólares del sector privado, motivada por el cambio en las expectativas cambiarias, el efecto post-blanqueo y la búsqueda de mejores rendimientos en pesos. Desde el 8 de noviembre, cuando finalizó la primera etapa del sinceramiento fiscal, se retiraron USD 4.780 millones. En ese momento, los depósitos totalizaban USD 34.235 millones; al 3 de abril de 2025, habían descendido a USD 29.455 millones.

Este proceso siguió a un fuerte ingreso de fondos blanqueados que duplicó el stock de depósitos en dólares en la primera parte del año, subiendo de USD 15.783 millones a USD 34.235 millones. Sin embargo, en los últimos cinco meses, casi el 26% de ese incremento fue retirado. Según la consultora LCG, este drenaje —que solo en el último mes fue de USD 948 millones— refleja una respuesta a la posibilidad de retiro sin penalización tras la etapa inicial del blanqueo, sumado a la incertidumbre por cambios en la política cambiaria en el marco del acuerdo con el FMI.

LCG destacó que la baja de depósitos en dólares se había producido inicialmente por el pase a activos en pesos, ante expectativas de estabilidad. Pero con la confianza en duda, el dólar volvió a atraer. Aun así, el temor a restricciones ante una eventual crisis de reservas podría seguir afectando el comportamiento de los ahorristas.

Por otro lado, los préstamos en dólares también mostraron cambios. El stock llegó a USD 14.307 millones, con un aumento mensual del 2,4% y del 190,3% interanual. El 77,5% de esos créditos fueron comerciales, con un alza del 218,2% en el año. No obstante, este crecimiento empezó a desacelerarse, y volvió a cobrar fuerza el financiamiento en pesos. Según Guillermo Barbero, de First Capital Group, esto se debe a la expectativa de devaluación y a tasas de interés en pesos que, en algunos casos, superaron el rendimiento esperado del tipo de cambio.

Así, la evolución de los depósitos y créditos en dólares refleja cómo la percepción sobre el rumbo económico y cambiario incide en las decisiones del sector privado. Mientras el blanqueo generó una inyección temporal de dólares al sistema, la posibilidad de retirarlos sin penalidad y un contexto de creciente incertidumbre revirtieron esa tendencia.

Finalmente, el informe de LCG advierte que la inestabilidad también impacta en los depósitos en pesos: aunque el desarme todavía no es marcado, si la incertidumbre no cede y la expectativa de devaluación sigue superando a las tasas en moneda local, el crecimiento de los depósitos en pesos también podría frenarse.