No conocía Olavarría. Llegó en vísperas del día del abogado, de campaña. Siente que tiene mucho para dar y para hacer, sobre todo por ser la primera candidata mujer por los abogados del interior, algo que asume como "un mensaje a las mujeres, de que sí podemos". Tiene dos hijos, de 7 y 10 años, y también por ellos está dispuesta a darse este desafío.

Ahora, ¿qué es el Consejo de la Magistratura de la República Argentina? Un órgano constitucional multisectorial, que confecciona las ternas de carácter vinculante de los candidatos para los tribunales inferiores del Poder Judicial, para que luego sean designados por el Presidente de la Nación, en acuerdo con el Senado. Además tiene a su cargo la administración del poder judicial, el control de la actividad de los jueces y la imposición de sanciones. Y en caso de causas graves, es el organismo que abre el juicio político para resolver sobre la destitución de los jueces ante el Jurado de Enjuiciamiento, ante el cual el Consejo de la Magistratura actúa como acusador.

Ahí es donde quiere estar Marina Sánchez Herrero, una abogada que nació en Santa Fe y hoy vive en Mar del Plata y el lunes visitó la Asociación de Abogados de Olavarría, como candidata de "Abogados por una justicia independiente", en representación de los abogados del interior, para reemplazar al doctor Miguel Piedecasas.

Abogados "con timing"

"Tengo un profundo amor por la profesión, trabajo en colegiación y soy la primera candidata mujer por los abogados del interior y si gano creo que voy a ser la única mujer. Hay suplentes pero lo transformador es poner a la mujer de titular", pregona.

La profesional explica que el Consejo de la Magistratura "está compuesto por estamentos con la representación de un sector legisladores, un integrante por Poder Ejecutivo, un representante por las universidades, 2 por los abogados y 3 de los jueces. Abogados y jueves son federales. Y las tres funciones esenciales son la evaluación y selección de ternas para que se designen jueces, la sanción y remoción de jueces por mal desempeño de sus funciones y el manejo del presupuesto del poder judicial".

Su funcionamiento constituye "un salto de calidad en la democratización de la Justicia y la realidad es que se democratizan las funciones asignadas a partir de un cuerpo colegiado. Este es un mejor sistema" y dentro de esos estamentos "el abogado es la voz de la sociedad porque estamos del lado de las víctimas justiciables y somos los que representamos esa voz dentro del Consejo de la Magistratura; por eso es esencial el rol", enfatiza.

A su entender, el hecho de transitar a diario los tribunales y batallar "al lado de las personas que tienen el conflicto somos lo que sabemos cuál es la justicia real. Otros hablan de cuestiones más de superestructura. Nosotros sabemos lo que está pasando y sabemos lo que tarda un juzgado con juez vacante, cuando no funciona o que está auditado y empieza a funcionar. Ese timing lo tenemos los abogados", dado que "siempre estuvimos del lado de la víctima".

"Justicia a dedo"

De todos modos, Marina Sánchez Herrero reconoce que los tiempos de la Justicia quedan desajustados de las demandas sociales: "nosotros seguimos trabajando, conteniendo pero cuando una causa tarda 15 años en resolverse, se descree del sistema".

Es más, lo ejemplificó con estadísticas recientes. La Justicia tuvo "en los últimos años una fuerte presión desde el poder político: el Consejo de la Magistratura elevó al Poder Ejecutivo entre 2011 y 2014 solo 45 ternas. Un promedio de 10 por año, cuando había casi 1000 cargos para cubrir" y en ese contexto "un tercio de los cargos a cubrir en la Justicia Federal" recaía "en manos de jueces subrogantes, puestos a dedo por el poder de turno. Esa es la Justicia a dedo", cuestiona la profesional.

Por eso, explica que el único camino posible es que "la institución funcione y para eso es necesario que el Consejo de la Magistratura funcione. De 2014 a 2018 se sacó un 500 % más. 230 a la actualidad y para noviembre de 2018, habrá 280 ternas. Las pone en designación y cumple con su tarea primordial, eso da prestigio y credibilidad. Cuando eso no está, no funciona el servicio de justicia".

Justamente, el máximo objetivo que se propone es que el Consejo de la Magistratura "cumpla con su función esencial, que es prestar servicio de justicia. También se hicieron auditorías del poder judicial. Eso es gestión, que no se tenía, hoy está y en funcionamiento". Lo atribuye a la gestión de Miguel Piedecasas, dos veces presidente del Consejo de la Magistratura, convencida de que "funcionó porque los abogados sabemos lo que pasa y no hay que abandonar la tarea que viene haciendo el Consejo".

En caso de asumir, tomará como ejes de trabajo la transparencia, la modernización y la continuidad de las auditorías. "Hoy es una deuda poner todos los tribunales federales en funcionamiento, que no están en cero pero tienen jueces subrogantes".

Ir por la continuidad

En medio de un contexto de crisis y de corrupción, donde también hay jueves que van presos y funcionarios judiciales que están en el banquillo, reconoce que "hay casos resonantes que nos tiñen" pero "la mayoría de los abogados trabaja de manera supe honesta. Y cuando ingresa una denuncia el Consejo se tiene que cumplir con la remoción, sanción o dejar a esa persona fuera de situación de denuncia. Hay que respetar el debido proceso y otorgar las garantías".

En esa línea, aclara que "hoy el Consejo de la Magistratura está haciendo los jurys que tiene que hacer".

A futuro, se propone "juzgados completos, tener todas las ternas al día para que los poderes puedan terminar con la designación de jueces, lograr la representación de mis colegas dentro del Consejo de la Magistratura y avanzar con el expediente digital. Es esencial y cambiaría la historia: hoy tarda 3 años y podría que tarde un año".

Antes de abrir el juego, socializar su propuesta y disponerse a las preguntas de sus colegas en Olavarría, sale al cruce de la falta de credibilidad del sistema. "La Justicia es mejor de lo que la gente cree, sí" y el Consejo de la Magistratura "me genera este desafío que asumí. todo tiene que ver con laburo y gestión: cubramos los juzgados, auditemos, pongamos el expediente digital. El primer paso ya está dado".

Primer eslabón

En el interior no es tan diferente. O al menos, eso es lo que experimenta Marina Sánchez Herrero, mientras hace campaña para llegar al Consejo de la Magistratura en busca de una mejor Justicia. Ya visitó Jujuy, Tucumán, Formosa, Corrientes, Misiones, Mendoza, San Juan y Buenos Aires. "El interior no está más castigado, cada lugar tiene su historia. Incluso hay cosas muy comunes. Provincias sin Cámara de Apelación donde el abogado tiene un problema porque sabe que el cliente queda en la primera instancia", expone.

Lo que reclaman "los colegas es ´trae una sala´, ´trae la segunda instancia´, que no le corresponde al Consejo sino al Congreso pero es parte de la gestión. Cuando un abogado maneja el Consejo, el Consejo esta en las cosas que importan. ¿Qué puede saber un legislador sobre la Cámara de Apelaciones de Jujuy que no tienen y deben ir a Salta?", grafica.

Por eso asegura que el rol del abogado es central. "Tenemos que estar y ser el control del debate de la justicia del futuro, porque somos el primer eslabón de la transformación, tenemos la justicia real en la mano", concluye.

Dilemas que movilizan

Cuando le plantearon la posibilidad de ser candidata para representar a los abogados del interior en el Consejo de la Magistratura, no dudó un instante. "Mi candidatura como mujer es un mensaje a las mujeres, de que podemos se rmamás, profesionales, funcionarias y hasta tener el más alto cargo de la República. No es fácil, porque en el ínterin tengo que contestar cosas de los nenes, pero se puede", admite Marina Sánchez Herrero, sonriente. De paso, monitorea si llega algún WhatsApp desde Mar del Plata, con noticias acerca de sus hijos de 7 y 10 años. ¿Qué Justicia quisiera para ellos? "Imagino la justicia por la que voy a trabajar", responde, y se le quiebra la voz.

Ya recorrió la mitad del país y aún le resta un amplio trecho. "Empecé a mediados de julio y la recepción de mi candidatura, como mujer, se late. Las ves a las mujeres que se emocionan, me hacen emocionar y llorar mí también. Las mujeres somos así. Los hombres son más estrictos", diferencia.

Hay causas que le resultan más movilizantes, donde se le agudiza la sensibilidad. "Hay casos de violencia de género que me impactaron. Hago mucha Familia, no mucha violencia de genero porque es una problemática que tienes que tener una fortaleza. He tenido reuniones donde el pegador dice cualquier cosa, de manera despreciable, convencido de tener el poder de haber decidido quemarla (a su víctima) y no dejarla en una zanja. Dicho así". Y no podría ocuparse de las infancias vulneradas. "Nunca hice minoridad. En la facultad teníamos causas reales. Fue la primera vez que tuvimos un choque con la realidad brutal. Ver una madre con un segundo marido que abusaba a la nena pero cuando la nena va con el padre la quema con cigarrillos. ¿Con quién se queda? ¿Entendés el dilema? ¿Pasar de una madre con un marido abusador a un padre que la quema con el cigarrillo?", argumenta, y nuevamente se le anudan las palabras.