"Hasta los 27, durante diez años, trabajé en Cementos Avellaneda. Era hornero, que fue mi última ocupación, aunque arranqué a los 18 cargando bolsas de cemento a mano en los vagones, porque en aquellos tiempos el trabajo ese era así. Estuve cuatro años en esa parte de la fábrica, luego me cambiaron de sección y pasé al horno. A su vez, en forma paralela, a los 17 era informativista en Radio Olavarría, durante cuatro años, cuando el director era el ‘Tigre’ Millán. En 1989 comencé en la FM 103 y estuve allí catorce años. Es decir, en forma paralela hacía radio y trabajaba como martillero, e inclusive cuando puse la oficina también estaba en la fábrica. Hasta que me dediqué exclusivamente a martillero, aunque despunté un tiempo más el vicio en la radio", siguió diciendo Sandro, padre de Florencia (21) y de Fiorella (18).

"Florencia se recibe de martillera dentro de un año, pero ya está trabajando conmigo hace ya un año y medio, por lo que ella será la continuación de la empresa. Trabajar con mi hija está bueno, uno se ve reflejado en los hijos, aunque -como todo- tiene sus vaivenes, pero en líneas generales es lindo y es positivo", agregó.

"Decidí ser martillero porque siempre fui una persona a la que le gustó la comercialización. Estuve en la radio y realmente la comunicación no me gustaba demasiado. Inclusive soy locutor nacional, con carnet del ISER, que me lo dieron en su momento por permanencia al aire. Pero lo mío era la comercialización, siempre produje mis programas. Yo quería hacer mi propio negocio", agregó el hermano de Fabricio, también locutor (su voz era muy conocida en la 107.1, durante los partidos de fútbol), ahora radicado en Santa Fe.

"Por eso encontré la veta en la inmobiliaria. Y le sumé a la compra y la venta, o a alquilar, lo que es la construcción. Me dedico a hacer construcción de departamentos para luego venderlos, todos de un dormitorio. ¿Por qué de un dormitorio? Porque es lo más accesible para la compra", señaló, para comentar que "todo ha cambiado en los últimos cinco años, cuando se sumaron veinte inmobiliarias al mercado. Cuando me recibí, hace veinte años, había 30 inmobiliarias en Olavarría, con alrededor de 20.000 habitantes menos. Hoy hay 88 con 110.000 habitantes, es decir que se triplicó la cantidad de inmobiliarias, pero no se triplicó la cantidad de habitantes, por lo que el negocio inmobiliario ahora está más repartido".

Respecto del mercado, señaló que "está muy frenado hace un año y pico. No parado del todo, pero no es lo que era hace algunos años. Los alquileres siguen en demanda, es una constante, pero no así la venta. Hay departamentos para alquilar, siempre. Respecto de los sueldos, el valor de un alquiler no fue creciendo realmente, ni los valores ni los alquileres. Se quedaron un poco retrasados, aunque ésa es mi opinión. Antiguamente se pagaba de alquiler la mitad de un sueldo, y ahora es mucho menos. En 1998/1999 un empleado ganaba 150 dólares por mes y pagaba 70 de alquiler, y ahora no, eso ha cambiado", explicó Sandro.

"Yo tengo que agradecerle mucho a la gente que me viene acompañando en estos veinte años. Sobre todo a los clientes. Parece mentira que ya pasaron veinte años, pasaron rápido y no puedo creerlo. Fuimos a dar el examen a Azul tres compañeros: Julio Vaccaro, Mario Di Salvo y yo, y los tres aprobamos. Y me matriculé enseguida para comenzar a trabajar, en un local ubicado enfrente de donde estoy ahora, con un escritorio que aún hoy mantengo en esta oficina, que compré en el año 2000. A ese escritorio lo compré en una casa de remates, junto con una silla, y así empecé. De a poco fui creciendo y hoy, veinte años después, estoy satisfecho con lo que hice y con varios proyectos para seguir haciendo y creciendo", terminó contando Sandro Ciarpella.