"Estamos comprometidos con el pueblo, porque somos parte de él"
Dice que si el yacimiento de dolomita no es explotado por las diez firmas que acordaron con Fabricaciones Militares, más tarde o más temprano llegará una gran empresa multinacional para hacerse cargo del "último yacimiento" de la zona. Y compara el compromiso social de unas y otras a partir de la generación de puestos de trabajo e inserción comunitaria.
La novedad produjo, de parte de la comunidad, cuestionamientos referidos el daño ambiental y al paisaje que produce ese tipo de explotación. En este marco, el titular de las empresas Polcecal y Polysan salió a los medios por segunda vez en pocos días para aclarar conceptos aparecidos en este mismo Diario el jueves último, cuando "se malinterpretó el título de la nota", que hablaba de explotar "sí o sí" ese yacimiento.
"Quienes me conocen, saben que nada más lejos de mí que la prepotencia y, entonces, de ninguna manera he querido decir que no va a haber nadie que se oponga a que explotemos el cerro, que somos nosotros sí o sí. Pero hay que tener en cuenta que la dolomita es un mineral escaso y éste es el último yacimiento que queda para explotar" en la zona, advirtió, uniendo la supervivencia de las empresas a esa provisión.
En la misma línea, indicó que lo que a su juicio se ha malinterpretado es que "cuando decimos que se va a explotar sí o sí, es porque si no lo hacemos los pymes, lo va a hacer algún gran emprendimiento, tal vez de capitales extranjeros, que además genera muy poca mano de obra".
A su juicio, una de las características más importantes de las pymes es "precisamente, la función social" de disponer de entre 200 y 250 puestos de trabajo directos, que, de acuerdo con los cálculos de la CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros), se debe multiplicar por 4 para abarcar los indirectos y luego por los miembros de cada una de esas 1.000 familias. "De nuestra continuidad dependen esos trabajadores", argumentó Lenzetti.
"No se va a quedar sin sierra"
Tras indicar que en la nota de la semana pasada le fueron adjudicados los conceptos vertidos por Horacio Messineo (Buglione y Martinese), y viceversa, Lenzetti resaltó que Sierras Bayas -el pueblo en el que pasó parte de su infancia y al que regresa cada día desde hace 38 años- "no se va a quedar sin sierra: la cresta del cerro no se va a tocar, sino que se trabajará sobre la ladera. El primer objetivo aquí es hacer las cosas de manera tal que el impacto visual sea el menor".
Sin embargo, insistió en que "todos saben que las cementeras se quedaron con todos los yacimientos de piedra caliza", por lo que los caleristas de la zona se vieron obligados a sostener la actividad reconvirtiéndose con la utilización de dolomita, el mineral que se encuentra en el Cerro Largo y que los empresarios comenzaron a pedir hace una década, bregando por "la continuidad de nuestras empresas y las fuentes laborales" en un próximo período de 30 a 40 años de trabajo.
Con ese mismo objetivo, y advertidos del pobre horizonte para la cal, los empresarios nunca se privaron de reinvertir, al tiempo que comenzaron a desarrollar otros productos. Así, producen componentes de alimentos balanceados que determina la obligatoriedad de inscribirse en el Senasa; suministran correctores del PH de suelos en toda la zona del litoral argentino; y, siempre a partir de material que no alcanza la calidad requerida para la cal, producen cargas minerales que se exportan al sudeste asiático.
Después de remarcar los 1.000 puestos de trabajo que generan estas empresas, señaló que "todo lo que se genera queda en Olavarría: son muchos miles de pesos mensuales que se distribuyen en Sierras Bayas, Colonia San Miguel y sus pobladores. Lamentablemente, hay gente que no toma en cuenta eso".
Respecto de los reclamos ambientalistas, dijo que "el cerro en sí no se toca; escucho que hasta van a ir a manifestarse la gente de los parapentes, y no entiendo por qué, porque la sierra en sí no se toca". Y sobre los controles oficiales -algo de los que muchos dudan- advirtió que "hoy las cosas se tienen que hacer bien y no hay otro camino, porque las exigencias de las autoridades son numerosas y profundas".
Por empezar, aseguró que por tratarse de un predio de Fabricaciones Militares la primera condición fue que la explotación debe regirse por ley. "Pero, además, con nuestra producción actual, nosotros estamos muy controlados por la OPDS y la remediación, un proceso que incluye informes ambientales periódicos que deben ser aprobados y controlados por personal capacitado".
Ante la acusación de contaminar, Lenzetti se defendió diciendo que "lo único que ocurre es un impacto visual, porque después no hay otra cosa que se genere de esa explotación", al tiempo que recalcó que "las pymes somos toda gente que estamos en el pueblo, acá no viene gente o inversiones extranjeras que en algunos casos existen, y ni se sabe qué están haciendo. Nosotros estamos comprometidos con el pueblo, sencillamente porque somos parte de él, y entendemos que esto es prolongarle la vida".
Sobre el final, destacó que "Sierras Bayas nació como pueblo minero", aunque eso no signifique necesariamente que el turismo no es posible. "Nosotros no estamos en contra del turismo; al contrario, yo personalmente quiero formar parte de los emprendimientos turísticos y colaborar con ellos. Porque creemos que todo el desarrollo turístico que puede haber a futuro, va a tener que contemplar la minería. ¿Es posible imaginar una recorrida por Sierras Bayas sin conocer una cantera y la descripción de sus procesos productivos? Jamás", se preguntó y se respondió finalmente.
A disposición
"Cuando les digo a los sierrabayenses que estoy a disposición para que vean cómo son las explotaciones, de qué estamos hablando, de qué se trata este tema, lo hago porque es gente que me conoce de toda la vida", aseguró Víctor Lenzetti.
La propuesta no es casual: aunque nació en La Plata porque su madre eligió ese escenario para el parto, Lenzetti pasó su infancia entre las calles empinadas de la localidad serrana. Desde hace 38 años, regresa cotidianamente "por pedido de la gente" para administrar Polcecal (la continuidad de la antigua Calera Moreno) y Polysan, la empresa "hermana" donde se procesan los mismos minerales, pero obviando el proceso calórico del horno.
"Lo hice porque los empleados me decían que la calera, y también su fuente laboral, se moría. Fijate que, después de más de 30 años de lucha, recién en 2012 pude recuperar la escritura del predio donde está la fábrica", tras un proceso que incluyó múltiples peripecias económicas.