"En 1980 Obras Sanitarias pasó a ser municipal; se trajo la primera hidrojet para destapar cloacas, que es el camión Mercedes Benz que todavía anda. Antes era todo a mano, no había maquinarias como hay hoy. Por eso le digo a mi hijo, un poco en broma, que cuando entre a trabajar mi nieto a Obras Sanitarias van a destapar las cañerías con láser, y quizá diga ‘mirá mi abuelo con lo que trabajaba’. Hoy llama la atención cómo se laburaba antes, hoy creemos que tenemos lo mejor y en el futuro todo va a mejorar" siguió contando Carlitos.

Pethes lleva toda una vida trabajando en Obras Sanitarias. Ya son más de tres décadas. "Entré a fines del ´80. Mi viejo ya laburaba ahí y se jubiló como capataz general en Obras Sanitarias, por supuesto. Vino con la empresa. Es que Obras Sanitarias fue de Provincia en un primer momento y en el ´80 pasó a ser del municipio. Se fundó en 1967 y las obras empezaron en el ´57, pero en el 58 se fundó la empresa que estaba haciendo ese trabajo. En el ´60 otra empresa reanudó las tareas y el 1 de enero de 1967 se inauguró, como dije recién. Después está la planta depuradora, que es el servicio de cloacas, y que nació en 1969 y cuyo primer capataz fue Juan Carlos Stebani, y hoy está como jefe Raúl Andrés Ferreira" recordó Pethes, quien resaltó que ayer al mediodía los casi cuarenta empleados se juntaron para comer un asado en el viejo tanque de agua.

"En 1997 tomó la concesión Coopelectric, que está en la actualidad con un excelente servicio, eficiente, se trabaja cómodo, tenemos todas las herramientas y la calidad de agua es excelente. Y también la ciudad puede contar con la tranquilidad de un buen servicio" aclaró, mientras tomaba el café en Piazza Mamma.

"Mi viejo (Juan Enrique, fallecido el 1 de mayo de 2004) entró en el ´60 y se jubiló antes de que pasáramos a Coopelectric. Yo entré a trabajar ahí gracias a él. La empresa llevaba trece años en ese momento y comencé de chofer, después estuve en la planta depuradora y cuando pasamos a Coopelectric pasé a personal de calle instalando medidores de agua. Se solicita el servicio y yo voy a instalarlo. Tengo a mi hijo (Maximiliano, 28) que es la tercera generación Pethes trabajando en Obras Sanitarias, y el orgullo más grande para mí, cuando me vaya y me jubile, es que mi nieto (Dylan, 10) esté conmigo ahí y con su papá, para que estemos los tres juntos", contó.

"¿Qué significa Obras Sanitarias para mí? Diría que hasta soy yo. Es una parte de mi vida. Me alimentó mi viejo, crecimos, tengo 35 años ahí adentro y parece nada, pero es mucho. Es como mi segunda casa. Uno se pone viejo y nostálgico, y por eso mi hijo me carga un poco. Hay que bajar algunos cambios a esta altura de la vida, también hay que adaptarse a los nuevos que son chicos muy piolas, excelentes. Uno se tiene que adaptar, porque hay que acoplarse a los que van entrando, hay que enseñarles cómo es el trabajo, pero vienen rapidísimos. A veces a uno le pega el viejazo, pero es la ley de la vida", dijo con cierta nostalgia y satisfacción por tantos años aprendiendo y enseñando a quienes vienen detrás.

Respecto de las diferencias entre aquellos años y estos, Pethes manifestó que "antes zanjeaban a pala. Hoy van con una máquina; a los caños de fundición de cuatro metros de largo los bajaban con sogas, y hoy son plásticos. Los mataban laburando en realidad, es que no había maquinarias como ahora. Hacer un cruce de calle tampoco era fácil, porque andaban en la bicicleta con un rollo de plomo de 50 kilos, y el plástico hoy pesa 3 kilos. Era laburo pesado, sin dudas. Soldar con estaño era de antes, y ahora eso no se necesita. Ya no hay oficial plomero, guste o no es así, ahora son plastiqueros. ¿Llevar un soplete y estaño?, no sé quién sabe hacerlo. Yo lo aprendí, pero hoy día eso no se usa" explicó Carlos, que mira con nostalgia las fotos "de antes" ("mirá en esta, en el tractor, están todos frente al edificio del ex AMCO, en la Pringles, a punto de hacer un trabajo", dice).

"Yo fui agarrando y aprendiendo el trabajo a medida que aparecían las mejoras, la tecnología, lo nuevo. Siempre pasa así, sin darte cuenta vas aprendiendo y te adaptás. Antes era distinto, pero el trabajo te va llevando y como uno es joven en ese momento, el ritmo te lleva. Pero cuando parás y mirás para atrás, te das cuenta que cambiaste la forma de trabajar y uno se pone viejo, tiene antigüedad encima. Pero es así. Yo hacía plomería, pero todo eso queda de reliquia porque ahora no se hacen cañerías de plomo. Cuando pasamos a Coopelectric esas cañerías se cambiaron todas, con llave de paso y medidor. Las cajas eran de fundición y hoy son plásticas las que están en la vereda. A los cambios hay que aceptarse" analizó Pethes, acerca de su pasado en Obras Sanitarias y lo que se hace actualmente.

Los trabajos que se hacen

Respecto de la labor que se lleva a cabo en la calle, el trabajador de Obras Sanitarias contó que "se hace todo lo que son pérdidas de agua, tanto una fébulas o cuando se corta un caño, o una reparación. También conexiones nuevas y cambiar medidores. En si, el servicio grande lo hacen las empresas privadas, especialmente todo lo que es red nueva. El personal ya no lo hace, lo mismo que las conexiones de cloacas. Se contratan empresas directamente".

"Se hace destape de cloacas en toda la ciudad, y en ese servicio están las órdenes al día, no hay atraso alguno. Antes, el agua corriente estaba entre los cuatro boulevares (Del Valle, Pringles, Colón y Brown), y hoy vas atrás del puente Querandíes y hay agua corriente. Casi el ciento por ciento de la ciudad tiene agua corriente. ¿En Loma Negra?, habría que hacer una planta depuradora y ver adónde irían los líquidos cloacales, lo cual es muy costoso. O hacer una planta de bombeo, pero hay 15 kilómetros de red en cañerías y eso implica un precio muy alto", analizó Pethes.

"Hoy se hace mucho mantenimiento. Con el personal que hay es imposible hacer todo. Somos 40 personas entre las plantas de Olavarría y Sierras Bayas, donde hay cuatro personas. Allá hay planta de agua, por ejemplo. También hay servicio de agua en Espigas (un empleado) y en Sierra Chica. El agua se extendió mucho, llega a muchos lugares porque el servicio es bueno también. Hace diez días fuimos a Córdoba, porque nos mandaron para hacer unos trabajos, y pude ver que allá están haciendo una cañería desde Villa María hasta Laboulaye, son poco más de doscientos kilómetros de red para llegar con el agua. Como en Córdoba el agua tiene mucho arsénico, entonces mandan agua desde Villa María, y acá no tenemos ese problema porque no hay tanto arsénico, los valores son muy bajos. El agua de Olavarría es excelente, en realidad. Y también vimos que nuestro servicio es excelente. En otro lugar quizá están cuatro días con cloacas tapadas, pero acá estamos al día. ¿Que es caro el servicio?, no, nada que ver. Es baratísimo", sentenció con firmeza y seguridad.

"No hay que malgastar el agua"

"Hay gente que tira muchos litros de agua por día, y eso que se gasta pasa por el medidor y después se asusta cuando le llega la cuenta que debe pagar. Para sintetizar, el goteo de una canilla diariamente significan 12 litros, y ni hablar si hay una pérdida en un inodoro por ejemplo. Y los que lavan autos..., todo lo que se gasta pasa en el medidor. Hoy tenemos agua, pero mañana no sabemos, y por eso no se debe malgastar. El ingeniero (Rolando) Ferrari nos decía que alguna vez habrá que hacer una represa y hacerle un tratamiento al agua del arroyo Tapalqué; eso puede llegar a pasar alguna vez. La gente no toma conciencia de la importancia del agua y cree que va a haber toda la vida y no es así. En Buenos Aires sacan el agua del río, la tratan y eso va al consumo de la ciudad, por eso tiene tanto olor y gusto a cloro. Acá tomamos agua dulce. En Olavarría se consume agua dulce de pozos. Pero no hay que derrocharla", comentó Carlos Pethes.