"Toda la vida fui un negro candombero"
Juan Candamia no sólo es sinónimo de candombe. Es palabra autorizada. Vive, siente y lleva en sus venas esta manifestación que llegó a ser reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y Olavarría rindió su justo homenaje hace un mes a este músico que tocó en La Fantasía Negra, con Rubén Rada y David Lebón, entre tantos artistas.
Es que Juan Candamia es palabra autorizada. Vive, siente y lleva en sus venas esta manifestación que llegó a ser reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y Olavarría rindió su justo homenaje hace un mes a este músico que tocó en La Fantasía Negra, con Rubén Rada y David Lebón, entre tantos artistas.
"Es uno de los grandes referentes del candombe", decía Ezequiel Sarazola, uno de los organizadores de ese tercer Encuentro de Candombe de Olavarría "Que calor hace en abril" donde comulgaron varias agrupaciones de la región dispuestas a compartir música, momentos y trabajar en conjunto. Hubo talleres, cuerdas, bandas en vivo, desfile callejero y fogones.
En medio de tanta alegría, tambores y cantos, Sarazola acercaba detalles de este músico uruguayo: "era el piano de Afrocandombe, ahí tocaba con Jimmy Santos y la Araña Luna, que es como un santo del candombe en San Telmo. Es gente de situación social humilde, completamente frágil, no son personajes que iban por ahí empilchados... son candomberos de ley e hicieron algo de lo que todos los candomberos de Argentina comieron. Ellos allanaron el camino que todos seguimos y queríamos hacerle una devolución por eso".
Con él compartieron espacio y sensaciones con las nuevas generaciones de música, enseñando y dando ejemplo de que la música no tiene edad. "Es gente que formaba parte de una cosmología muy poderosa dentro de su zona, en San Telmo, La Boca o Barracas", decía Sarazola, convencido de que "todos podemos colgarnos el tambor y decir que somos candomberos gracias a gente como él".
Por la dictadura
Juan Carlos "Candamia" Prieto Nazareno, gran luchador del candombe, es fundador de la comparsa "África ruge" que responde al estilo de los creadores de las más antiguas comparsas de negros y lubolos de Montevideo, y todo eso surgió alrededor de su propia familia. En su agrupación hay destacados tamborileros que integraron las comparsas más famosas y con más primeros premios obtenidos en Las Llamadas de Montevideo, como Fantasía Negra, Morenada y Lonjas de Gaboto.
"El candombe para mí significa mucha alegría porque toda la vida fui un negro candombero. Nací en uno de los barrios tradicionales de tambor, soy del barrio Ansina y estoy tan orgulloso de que me haya recibido Olavarría... Ni esperaba esto", expone en diálogo con EL POPULAR Medios el uruguayo, en alusión al tributo que en abril le rindió nuestra ciudad.
Siente que "es una gran alegría y para mi familia también. Somos todos candomberos y espero que en este pueblo se haga, de aquí en más, más grande el candombe", dice mirando hacia Olavarría. Es que "el candombe ha transmitido mucha alegría y también me lleva a pensar lo que me costó. Vine a la Argentina por problemas políticos que tuve allá. Teníamos una dictadura y empecé a armar (la movida) acá", relata.
Eso ocurrió hace cuarenta y tres años. "Nos juntamos unos cuantos muchachos que estábamos en las mismas condiciones en Buenos Aires, a 100 metros del Congreso, en Rivadavia 1525. Todos estábamos en esa metiere y estoy acá desde el año 74. Me tuve que venir del Uruguay porque me llevaron como preso político y ya había caído otra vez más anteriormente", describe Candamia.
El músico tamborilero agrega, poniendo en contexto, que "para colmo mi señora era profesora de ruso (en el Instituto Cultural Uruguay Soviético ) y mi suegro era Agustín Pedrosa, presidente del Sindicato Unico de la Construcción. Estaba muy perseguido en mis caminatas por el Uruguay... por todos lados".
Fueron tiempos muy adversos ya que a los dos años aquí se impondría la dictadura más dolorosa de la historia. Aún así pudieron sobrevivir y en los años 80 reagruparse y salir a las calles. A veces los llevaban presos pero ellos seguían tamborileando por las calles.
"Esto es todo para mí"
Los registros históricos indican que el candombe fue desterrado de la Argentina hacia fines del siglo XIX luego de diezmar a la comunidad negra que había en Buenos Aires y así se borraran todos sus rasgos culturales. Pero el candombe pudo crecer en Montevideo y sobrevivir a todos los tiempos. Hoy el desfile de las comparsas de candombe en el carnaval uruguayo es tan popular como el de las escolas do samba en Brasil, aunque sin la suntuosidad ni la masividad carioca.
"Vine acá y eché esta semilla inesperada para mí. Muy contento estoy de que el candombe siga vigente porque nací en un barrio de candombe. Es más, creo que el candombe ya estaba incorporado en la panza de mi madre y de tanto escucharlo dentro de la panza de mi madre es que soy candombero", asume Juan Candamia.
"Esto es todo para mí y hace 5 años digo que lo voy a dejar porque ya estoy veterano... viejo", dice y se ríe. Lo cierto es que "no lo puedo dejar porque las cosas, lo que sucede me obliga a estar...", confiesa el músico.
En síntesis, "el candombe no tiene edad. Todo lo que tiene es alegría, es darle al pueblo o darnos esa alegría entre nosotros. Es una terapia para quien lo aprende, para salir de los problemas. Venís a tocar, a divertirse, a mover el cuerpo. Quien toca el tambor sale, al menos por un rato, de sus problemas; por eso digo que el candombe es una terapia".
La apuesta local
El candombe, aquella música creada por esclavos y hecha con los elementos despreciados por sus dueños, es un género que encierra mucho más que el sentido que le puede dar la letra de una canción y los lineamientos básicos que cualquiera puede aprender en una simple clase de percusión. Para algunos tocar el tambor "es como una comunicación" y otros se sienten "liberados" o "conectados con los elementos". En una nota publicada por FINDE, en febrero de 2017, referentes de Laten Lonjas, una de las agrupaciones de candombe, explicaron cuál es la esencia de esta manifestación cultural. La otra propuesta la encarna Ashanti. Y juntas organizaron el tercer encuentro "Qué calor hace en abril", con el objetivo de lograr el afianzamiento de la cultura candombera en la ciudad de Olavarría.