"Esta zinguería es una empresa familiar que viene con una gran tradición desde hace muchos años y la historia es la siguiente. Badoglio es la persona que me crió, yo soy hijo de Badoglio de corazón. Su padre vino con el oficio de zinguero desde Milán, Italia, creo que en el año 1940 o un poco más. Y desde ahí que vienen las generaciones que le siguen, todos con el oficio de zingueros. El hijo de Badoglio, yo, que soy de la tercera generación, y ahora están comenzando mis hijos, que vendrían a ser la cuarta generación en este trabajo. Por lo tanto se viene de varias generaciones de familia", comenzó contando Juan Manuel Tamame, quien habla de la zinguería como algo que aprendió a amar desde que era muy chico.

Se trata de un oficio nacido hace más de 160 años, pero que cambia permanentemente al compás de las transformaciones que va teniendo la arquitectura, principalmente desde los años 80 en adelante. Es que en todo este tiempo la arquitectura se fue volviendo mucho más moderna.

El oficio en sí nació con los antiguos hojalateros que andaban recorriendo las calles y los pueblos ofreciendo arreglar cacerolas. Es como en esas imágenes que se suelen ver en esas películas italianas antiguas. Es un trabajo muy artesanal y está muy ligado a la prolijidad.

"Zinguería Badoglio llega a Olavarría en 1972, se instala proveniente de Lanús Este y desde ese año arranca su actividad donde era la fábrica Aceite Vieja, en la calle Moreno. Luego pasa a Vélez Sarsfield entre Piedras y Tacuarí y ahora estamos en Moya 1648. Desde el año 1972 que la empresa está en Olavarría, ya son casi 45 años", sigue con su relato Tamame, quien luego explica que "por una cuestión legal ahora hay que cambiar el nombre del negocio, que pasa a llamarse Zinguería Todo Galva, pero sigue todo con la misma atención, mano de obra y calidad que se hace desde hace tantos años. Vengo manejando el negocio desde hace casi ocho años y ahora se da este cambio de nombre, pero sigo al mando y ahora tengo el respaldo de mis hijos, que hace seis años que están en la empresa y van a ser los que continúen con este tema en el futuro", expresó el empresario.

La palabra zinguería tiene origen en los zíngaros, que son los gitanos, en italiano. Y eran ellos los que iban de lugar en lugar con este trabajo. Sobre lo que es la zinguería y lo que realiza su empresa, Tamame se explayó con amplitud: "El rubro de zinguería es un oficio que es muy grande. Es en base a la industria metalmecánica, que es la de formación de chapa en base a metal plegado, por máquinas, por roladora, por cilindrado, es amplia. Abarca desde canaletas para desagües, chapas galvanizadas, ventilaciones completas", afirmó.

"Nosotros fabricamos conductos para calefacción central. De hecho, en el sector nuevo de traumatología del Hospital Municipal colocamos la calefacción central por conductos. Trabajamos también con tanques de agua, es muy amplio, y todo relacionado a lo que son materiales con chapa galvanizada", sostuvo.

Además, agregó que "también ahora estamos trabajando con acero inoxidable, todo lo que es ventilación para calefactores a leña, lo que es ventilación para cocinas y cocinas industriales. Estamos haciendo campanas para negocios que se están armando para el comercio industrial o de comidas. Hacemos todo lo que es ventilación en general. También lo que son las cenefas, unas flores de chapa, que están surgiendo a la moda nuevamente".

"Vienen muchas cosas que también se construyen y ese es nuestro fuerte, ya que hay que resolver el trabajo fabricando determinadas cosas en el lugar, utilizando el oficio y la habilidad de uno. Hay que hacer tareas en una obra a base de cálculos para resolver temas hidráulicos, como el agua en los techos, cómo sacar el agua de una cubierta y llevarla a otro lugar, según lo pida un ingeniero o un arquitecto. Es un trabajo muy amplio llevado a cabo por muy buenos profesionales", explicó Tamame.

Todo Galva fabrica canaletas, ductos y ofrece el servicio a partir de los cálculos que concreta un ingeniero. Al respecto el empresario local declaró que "el cliente puede venir a encargar un trabajo. Entonces se va a la obra, se mide, se hace un presupuesto, se fabrica y se instala. Ese es un trabajo a medida o a pedido. Pero también está el trabajo estandarizado, donde el cliente compra algo que ya existe, como el motor para una ventilación, un codo, un caño, un sombrero, una reducción, un recibidor para agua de una loza por ejemplo. Hay cosas que ya vienen armadas con medidas estándar que el cliente compra, se lo lleva y se lo coloca él".

Y agregó que "caso contrario, por ejemplo, en un galpón con grandes superficies que precisa una canaleta, hay que medirlo y fabricarlo a medida para que quede perfecto. Se trabaja de las dos maneras: a medida por encargue o el cliente compra en el negocio algo que ya viene estandarizado".

El material con el que trabajan es principalmente chapa galvanizada. Todo Galva ofrece, además de ductos y canaletas, servicio de plegado, diferentes molduras por pedido y extractores eólicos para clientes particulares y servicios a contratistas y fábricas.

"Siempre lo que más se trabaja son las canaletas de todo tipo, tanto embutidas como a la vista, y mucho lo que es aireación y ventilación. Aireación son, por ejemplo, los sombreros eólicos, que son los que giran para ventilar ambientes. Campanas de tiraje inerciales, con o sin motor o con motores forzadores, que son industriales. Cuando una cocina industrial genera mucho humo o vapor se la ayuda con un motor para que saque más metros cúbicos por minuto. El fuerte de la empresa es todo eso, es la punta de lanza de este negocio. Nosotros nos especializamos en lo que el cliente más pide", manifestó Tamame.

Y luego afirmó que "se está utilizando ahora un material como la chapa prepintada para forrar aleros, que no necesita mantenimiento, algo que a la gente le absorbe mucho tiempo. Es un material que dura, que facilita todo y que no tiene costo de mantenimiento. Se usan ahora materiales que tratan de reemplazar un poco a la madera. El fuerte de este negocio es un poco todo eso".

Sobre la actualidad económica del país y cómo eso influye en la actividad, Tamame fue muy optimista: "El año pasado fue muy tranquilo. Hubo una baja muy importante del trabajo en el verano, algo lógico. Cuando llegan las fiestas la gente se dedica a programar sus vacaciones normalmente y a mediados de febrero se reactiva el movimiento. Ahora transitamos una etapa viable, una buena época. Estamos llegando a fin de año y seguro que volverá a pasar lo mismo, aunque esperemos que no sea como el año pasado".

También sostuvo que "todo es cíclico. Enero es muy tranquilo y se retoma el resto del año bien, parejo, con la reactivación que se nota ahora. El año pasado sin dudas que hubo una caída del trabajo y este año se levantó bastante, está mucho mejor que el año pasado", manifestó.

Para cerrar, Tamame se refirió al espíritu con el que trabajan en la ciudad y la región al contar que "siempre estamos en la semana con todo dedicados a la empresa. Tenemos horario de corrido de lunes a viernes de 8 a 18, tanto en la obra como en el negocio, que sigue siendo familiar. Somos mi esposa, mis dos hijos y yo los que trabajamos. Siempre fue una empresa familiar y esperamos seguir así, con la seriedad que nos ha caracterizado, tratando de cumplir siempre con los trabajos en tiempo y forma", dijo.

"Olavarría es una ciudad muy linda, que ha crecido bastante, y por eso tenemos muchas ganas de seguir para adelante. También en la zona trabajamos mucho. Hemos hecho cosas en Bolívar, Laprida, General La Madrid, Necochea, Henderson, Mar del Plata, Azul. En la zona también estamos con muchas tareas y cumpliendo muy bien gracias a Dios", concluyó.