A esa hora se trasladó la urna con los restos de "Barba" Bonetto hasta la tumba. Los pasos fueron acompañados por una batucada. Y después cantaron Adriana Saravia y Marianela Lucero. "Te doy una canción", la bellísima y eterna de Silvio Rodríguez, sonó como nunca en el silencio tremendo del reencuentro. De la recuperación. Del cierre de una historia de más de tres décadas.

Fue el doctor Alberto Bonetto, primo de "Barba" quien habló pidiendo justicia. Antes se habían repartido pimpollos que fueron, uno a uno, sobre la urna.

Uno de los familiares recordó el día en que estuvo con él en un baño y allí le pidió que se fuera del país. "El Barba", dijo, "me contestó que no iba a traicionar a sus compañeros y a la Patria", entonces se iba a quedar en el país hasta las últimas consecuencias.

Ana Julia, su hija, leyó un cuento que ella le había escrito a su abuela cuando él estaba desaparecido. Un exiliado político azuleño -había ex detenidos de la ciudad vecina que habían llegado para rendirle su homenaje- leyó un texto donde lo recordaba con enorme emoción.

Después fue Carmelo Vinci, presidente de la Comisión por la Memoria, el que le puso palabras a una tarde cuando tanto pasado se puso rotundamente presente. El reafirmó el compromiso de quienes quedaron vivos "de seguir luchando por el castigo a los culpables de la represión".

Los restos de Bonetto se pudieron reconocer a partir de que su hermana había aportado una muestra de sangre hace unos años, a partir de una campaña que llevó adelante la APDH.

No se vieron autoridades políticas en la ceremonia. Sólo la concejal suplente de la Coalición Cívica, Beatriz Scipione de Lajud y el concejal denarvaísta Sergio Milesi. El objetivo de los familiares fue hacer un acto que resguardara la intimidad.

Ahora Ana Julia, artista plástica, y Martín, fotógrafo, pueden cerrar un capítulo central de su propia historia. Tuvieron la confirmación de que habían encontrado a su papá el 12 de febrero de este año. Pocos días atrás, dieron a conocer en EL POPULAR la decisión de enterrarlo en Olavarría. "Más que a despedirlo, yo invito a sus amigos a recibir a papá", dijo Ana Julia. Un papá que desapareció cuando tenía 33 años. La misma edad de Ana Julia cuando lo recuperó.