Ubicada en Bolívar 3031 (entre España y Lamadrid), la Biblioteca cumplió 110 años de vida. Fue creada por un grupo de trabajadores ferroviarios en 1904. Hoy cuenta con unos 7.000 volúmenes. Es la biblioteca número 201 de unas 2.000 que existen en todo el país.

"Esta biblioteca tiene una historia bastante particular. Nació de un grupo de gente ferroviaria que se llamaba Grupo de Amigos Ferrocarrileros", cuenta Alfredo Minich entusiasmado con la idea de que la entidad pueda recibir a más socios que se sumen a los 150 que existen en la actualidad.

La historia de la Biblioteca Popular Mahatma Gandhi pudo conocerse a través de la recopilación de datos de aquellas personas que formaron parte del grupo de trabajadores del ferrocarril "y que todavía están con vida porque no hay datos escritos de aquella época", explica el tesorero de La Fraternidad.

Pero la certeza sobre la fecha de apertura llegó hace un par de años, cuando "nos llaman del Congreso de la Nación para darnos una distinción en conmemoración de todas aquellas bibliotecas que habían pasado los 100 años. Y ahí descubrimos que teníamos 108 años. Este año cumplimos los 110 años".

Con el correr de los años, y a partir de las charlas con quienes formaron parte de aquella generación de trabajadores del ferrocarril que quiso dejar su sello con esta iniciativa, se supo que la Biblioteca se fundó antes que existiera la Unión Ferroviaria, que nació en 1922, y después de la existencia de La Fraternidad que se creó en 1887.

"En aquella época, la Biblioteca tenía cierta cantidad de libros de lectura, sobre todo de pensadores con ideas anarquistas y socialistas, como las de sus fundadores", cuenta Alfredo. Y explica que "todavía no era biblioteca popular. Había libros de lectura, no para la escuela".

Recién en 1915 la institución toma carácter de Biblioteca Popular y es reconocida por la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). "Eso hace que nosotros nos enmarquemos en la ley que otorga subsidios y beneficios", explica.

Fue tiempo después de que la Biblioteca tomara vida que nació la Unión Ferroviaria, otro de los gremios que nuclea a los trabajadores del ferrocarril. "Eso hizo que hubiera una división, aunque la institución siguió siempre en manos de La Fraternidad", expone Alfredo Minich rodeado de una importante cantidad de libros antiquísimos que conviven con los modernos que van incorporando cada año.

La Biblioteca Popular de La Fraternidad, como la llaman, no siempre funcionó en este lugar, ya que el actual edificio fue adquirido en la década del 50.

Una de las tantas sedes de la Biblioteca fue en el local donde actualmente funciona una tradicional casa de electrodomésticos (en Dorrego y 25 de Mayo). De hecho, "cuando reformaron ese lugar encontraron en el sótano cantidad de archivos de La Fraternidad que hoy permanecen en el Archivo Histórico", comenta Minich.

La actual sede cuenta con una secretaría y un local social en la planta baja. Además, tiene dos aulas de capacitación para conductores ferroviarios, una sala de máquinas de vapor y otra de diésel, a la que se suma una sala de reglamento. "Así interactuamos entre la formación de los conductores del ferrocarril y la biblioteca", cuenta.

La Biblioteca Popular Mahatma Gandhi tiene alrededor de 150 socios, pero "nuestro deseo es poder sumar muchos más", dice el tesorero de La Fraternidad, entidad que tiene como presidente a Carlos Galarza y como vicepresidente a Juan Avalos.

"Todos formamos parte de esta biblioteca, pero yo soy quien está al frente de administración", declara Alfredo orgulloso de su tarea de bibliotecario, una actividad que va aprendiendo "sobre la marcha".

Dice que la mayor satisfacción es cuando llega alguien "y me pide un libro". Confiesa que no es un gran lector, pero que le pone "ganas y corazón" a este trabajo que desempeña en sus tiempos libres.

Cuenta que forma parte de la Comisión Directiva de La Fraternidad desde hace 30 años, pero que desde hace cuatro asumió el rol que lo mantiene ocupado toda la tarde en la Biblioteca ferroviaria.

Su mayor deseo, ahora, es "poder recopilar la mayor información posible sobre la historia del ferrocarril en nuestra ciudad". Para Alfredo, esta iniciativa distinguiría a la Biblioteca de La Fraternidad del resto de las que funcionan en Olavarría. "Ojalá se pueda hacer", dice. Y sostiene que por el momento se conforma con "abrir las puertas de la biblioteca a toda la comunidad".