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"Son chicos viviendo una vida de adultos, con códigos y manejos de adultos y han perdido la niñez. Deben sentir que pueden ser chicos y a partir de ahí lo terapéutico está ganado", analiza Sergio Pérez, coordinador de Espacio Adolescente, en diálogo con EL POPULAR, atento a los 36 adolescentes que llegan aturdidos por el policonsumo y con historias de vida muy duras.

Los integrantes del Espacio Adolescente saben que cada caso es distinto y no creen en fórmulas generales. Ahora, ¿qué ofrecen?, ¿cómo es el tratamiento?, ¿cuál es la propuesta? y ¿de qué modo apuntalan cada caso? El referente de la agrupación lo explica en detalle y aclara que, sin dudas, el principal sostén es el trabajo en red.

La propuesta surgió en octubre del 2014, cuando se fusionaron La Granja y el Centro de Día Nº 3 de Adicciones. Hoy depende de la Subsecretaría de Desarrollo Humano y Familia municipal, a cargo de Dolores Muro, y del área que gestiona el funcionamiento en los Hogares. Buscan abordar las adicciones desde diferentes perfiles para lograr la contención social de jóvenes que tienen entre 12 y 18 años: algunos están judicializados, otros van por iniciativa familiar, hay chicos derivados de otra institución, y están los que se acercan por sus propios medios a la sede que funciona en la avenida Ituzaingó al 100.

Desde lo institucional

El equipo de trabajo consta de cuatro huerteros (Hugo, Marcelo, Pedro y "Osito"), dos cocineras (Mabel y Stella), tres responsables de grupo (Gastón, Lorena y Gerardo), una docente (Silvina), una trabajadora social (Celeste), dos psicólogas (Denise y Carolina), el profesor de Arte y Percusión (Alejandro) y Sergio Pérez en la coordinación.

La institución depende del Municipio, que cubre gastos y sueldos, y los jóvenes asisten de manera gratuita, de lunes a viernes de 8 a 16. Allí hay actividades todos los días: huerta y mantenimiento, percusión, arte, grupo terapéutico, multifamiliar por consumo y el espacio individual junto a una psicóloga, todo acompañado por los ejes de recreación y juego.

Los jóvenes que van a la escuela asisten en contraturno y para quienes no completaron sus estudios se ofrece una extensión de la escuela primaria de adultos, que cuenta con 7 alumnos.

"No es fácil que se enganchen, cuesta mucho. Aunque este año estamos mucho mejor porque identifican ese espacio con la escuela. Si bien el espacio físico es el mismo, entienden que en ese momento están en realidad en la escuela", sostiene el coordinador.

En el trabajo que hace el equipo cambiaron la mirada sobre el tratamiento de las adicciones y el foco pasa por la integración del joven, la contención y el trabajo descentralizado. Eso ayuda a que el adolescente pueda elegir otra cosa para su futuro.

Dejar de naturalizar

"Son chicos viviendo una vida de adultos, con códigos y manejos de adultos y han perdido la niñez. Deben sentir que pueden ser chicos y a partir de ahí lo terapéutico está ganado. Consideramos, igualmente, que cada caso es particular por eso no trabajamos con normas generales", expresa Pérez.

El referente reconoce que muchas veces la situación los obliga a "pegar saltos" indeseados: viven situaciones de vulnerabilidad y suelen tener familiares comprometidos con el consumo o el delito,

"Hay que tratar de mostrarles que hay otras cosas, que quizás no son las que hacen sus padres o hermanos. La familia que está acostumbrada a las trasgresiones, la falta de respeto o lo delincuencial lleva a que se críen en un contexto donde hay cosas que se naturalizan, y ahí hay que trabajar construyendo algo nuevo. Cada uno de los chicos que llega tiene una angustia detrás y hubo responsabilidades compartidas que hacen que esté ahí", plantea Pérez.

Con el equipo técnico en el Espacio trabajan en lo vincular que implica abordar al adolescente y su familia y, como aliciente, desde el Ministerio de Desarrollo Social llega una beca "mínima y simbólica" que se le entrega a cada chico en un acto, acompañados de sus familias. "Eso nos permite que sus padres o hermanos vengan, porque son ellos quienes traen a los chicos y nos demandan, pero después nos cuesta sostener su presencia. No digo que se desliguen, porque algunos de verdad no pueden asistir, pero otros creen que con el ingreso se soluciona todo y en realidad es algo que cuesta".

Consumo: qué y cómo

Por su trabajo en Espacio Adolescente y el CPA, Sergio Pérez afirma que el alcohol, la marihuana, la cocaína y los psicofármacos encabezan el listado de consumo en la ciudad de Olavarría. Y los chicos que acceden a la institución generalmente presentan un policonsumo. Si bien no existen estadísticas, cada vez llegan más mujeres al Espacio Adolescente, aunque eso no implique consuman más que antes.

Con respecto al paco, asegura alguien puede traer de afuera pero que no existe un consumo estable y permanente. "El día que eso esté es porque en Olavarría habrá cocinas. El paco produce un alto nivel adictivo, una compulsividad rápida al consumo, con la necesidad física de incorporar mayor cantidad de dosis en plazos cortos", advierte.

Pérez recuerda el caso de un chico de 10 años, al que no pudieron ingresar a la institución pero sí abordar y derivar para su contención y tratamiento.

"El adicto es un enfermo, aunque suene fuerte decirlo. Un chico sin ser adicto puede estar excluido de grupos de pertenencia o tener problemas con la ley porque a veces dejan de elegir por ellos mismos", observa el coordinador.

Para el tratamiento de esa droga en particular hay que hacer una desintoxicación y un tratamiento farmacológico y después trabajar desde la palabra, la reflexión, la capacidad de que reconozca y asuma la enfermad para poder salir adelante.

Tener datos específicos sobre cantidad de personas asociadas a las drogas en la ciudad se hace muy difícil porque no todos pasan por una institución que los atienda y evalúe su estado toxicológico: la Guardia del Hospital Municipal "Dr. Héctor Cura", los espacios de atención de Salud Mental, etc.

De todos modos, se busca el contacto a través de encuestas escolares, pero se debe evaluar qué de lo que se dice es verdadero y qué no. Sí es cierto que cada vez están más naturalizadas ciertas sustancias.

La guerra contra la droga es constante. El inicio es impredecible: surge en momentos de debilidad e imposibilidad de medir consecuencias. El equipo de Espacio Adolescente sabe que esa lucha caduca y depende casi exclusivamente de la voluntad y las ganas de salir adelante, de dar un sentido a los lazos personales y a la vida misma. Estas instituciones de la ciudad surgen como sostén de niños y jóvenes que encuentran allí la posibilidad de soñar, de ver que allá adelante el futuro ya no se ve tan oscuro, ya no aturde ni oprime... porque alumbra la esperanza.

La vida afuera

Después de la jornada en Espacio Adolescente, la vida sigue y las tentaciones están ahí, en el mismo lugar que los atrajo por primera vez y los llevó a caer. Por eso, el amor de la familia y los amigos es fundamental para mantenerse alejado de esa vida de peligros que trabajan por dejar atrás. Pero muchas veces están solos, no encuentran personas que los contengan y luchan aislados contra sus propios fantasmas.

"Lo que tratamos de incorporar en ellos a veces lo pueden mantener afuera y a veces no, queda a su propio criterio. Ves chicos que evolucionan y vienen bien, pero de repente vuelven a cero y generalmente es porque algo les pasó. Lo difícil es cuando no hay acompañamiento", comenta Sergio Pérez.

La calle por la tarde, la noche y los fines de semana les vuelve a hacer ofertas asociadas a costumbres que los lastiman, que van en contra del trabajo duro que hacen para recuperase. Por eso en la institución les inculcan constantemente el respeto por su propia vida y la de los demás, los horarios y las actividades sanas, y el uso correcto del lenguaje.

Con el Municipio

Con el nuevo gobierno municipal de Olavarría hubo un cambio en la coordinación, porque antes había dos personas que ocupaban el Espacio Adolescente y Sergio Pérez tenía una asesoría. La gestión de Ezequiel Galli le ofreció estar al frente del equipo y aceptó. "Presenté un proyecto con la visión de trabajo que ya teníamos. A la nueva gestión es un tema que le preocupa y nos han dado libertad en el trabajo. Nos dijeron: ‘los que saben son ustedes y si esto funciona, que siga así’ ".

De todos modos, el trabajo conjunto con otras instituciones posibilitó crecer como equipo y lo que, seguramente, ha generado que lleguen a 36 chicos en tratamiento y recuperación: el número máximo que han alcanzado en Espacio Adolescente.

"Esa articulación nos ha permitido que se conozca cómo trabajamos. Nos acercamos a diferentes lugares como el Servicio Local, el Hospital, los Servicios Territoriales... El trabajo en red se constituye por la presencia y por eso es descentralizado. Consiste en acompañar al joven y a la familia porque a veces no tienen los medios", describe Sergio Pérez.

Quienes deseen conocer más información sobre Espacio Adolescente o tengan alguna inquietud pueden acercarse a Ituzaingó al 100 -frente a Sociedad Rural- o llamar el teléfono 430909. También pueden acudir directamente a la Subsecretaría de Desarrollo Social o al Servicio Local.

La asistencia desde el CPA

El Centro de Atención Provincial (CPA) es un espacio de recepción, asesoramiento, atención y derivación que atiende a personas afectadas por situaciones de consumo problemático de sustancias, o que requieren asesoramiento por ello.

Dentro del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires depende de la Subsecretaría de Determinantes de la Salud y la Enfermedad Física y Mental y de las Adicciones. Trabaja ofreciendo espacios terapéuticos, grupos de pacientes, multifamiliares, familiares, atención psicológica individual y control farmacológico en los casos necesarios.

El tratamiento se focaliza en la persona, su comportamiento, los vínculos, la incorporación de hábitos saludables y no en la sustancia que consume. Es decir, buscan devolverle al sujeto la capacidad de ser "él mismo", que recupere la palabra, las ideas y la capacidad de sentir.

Desde el CPA consideran que la adicción "tapa" al sujeto en forma química, y el trabajo terapéutico apunta a recuperar lo humano, a encontrarse con uno mismo y los demás.

En lo que va transcurriendo del año, las prestaciones mensuales han fluctuado entre 150 y 190 entre mujeres y varones a partir de 15 años, aunque también se evalúa a aquellos menores de esa edad. Consultan y se atienden pacientes de la ciudad de Olavarría y localidades aledañas de todas las edades, los barrios y las clases sociales.

Al igual que en el Espacio Adolescente, los profesionales creen importante el trabajo interinstitucional, por lo que interactúan con Salud Mental municipal, el Poder Judicial, distintos sectores de educación, áreas diversas del Municipio y distintas ONG.

Está ubicado en avenida Pringles 2523 y la atención es de lunes a viernes de 8 a 14 horas. La asistencia es gratuita y el tratamiento se desarrolla en forma ambulatoria.