Crystal Cave, Hamilton, Bermuda. De entre las numerosas grutas que surcan el subsuelo de la isla caribeña de Bermuda, ésta es la más célebre. Tiene 500 metros de longitud y hasta 62 metros de profundidad, de los que los últimos 20 quedan por debajo del nivel del mar. La descubrieron por casualidad dos niños en 1905 cuando buscaban una pelota de cricket que se les había perdido.

Cueva helada del volcán Mutnovsky. Kamchatka, Rusia. En el extremo oriental del país, en una zona poco habitada, hay un volcán activo cuya última erupción fue en 2000, que tiene en su base una original cueva. Se formó por la erosión que causaban los glaciares, y normalmente es inaccesible. Pero cuando suben las temperaturas y se funde parte del hielo, la entrada queda al descubierto y se puede pasar a una sala en la que parece que el hielo forma vidrieras.

Melissani. Cefalonia, Grecia. Esta cueva está coronada por una gran apertura en su parte superior que produce un curioso juego de luces y sombras en sus aguas cristalinas. Se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la costa del mar Jónico.

Cueva de los Cristales. Naica, Chihuahua, México. Se encuentra a 300 metros de profundidad, en unas condiciones ambientales extremas: la humedad relativa supera el 90% y la temperatura alcanza 58 grados, valores que sólo se pueden aguantar durante 10 minutos sin un equipo de protección adecuado. Este lugar se ha hecho mundialmente famoso por haberse encontrado cristales de selenita de increíble tamaño: uno de ellos, de 12 metros de largo y cuatro de diámetro, pesó 55 toneladas.

Friouato. Taza, Marruecos. Estas cuevas están aún envueltas en el misterio, ya que no se conocen sus dimensiones reales, que podrían superar los 3,5 kilómetros. Las leyendas locales dicen que muchos exploradores que se adentran demasiado lejos en ellas nunca vuelven.

Catedral de Mármol. Lago General Carrera, Chile. Se trata de un islote en un lago al sur del país, junto a la frontera con la Argentina, a la altura de la región de Aysén. Es una formación de carbonato de calcio erosionada poco a poco por las aguas, que puede explorarse sin riesgo en pequeñas embarcaciones.

Devetashka. Lovech, Bulgaria. Es una formación de tipo kárstico conocida, aparte de sus bellos paisajes, por ser el hogar de una población de 30.000 murciélagos. Allí se rodaron algunas escenas de la película "Los Mercenarios 2", con Sylvester Stallone, Chuck Norris, Van Damme, Schwarzenegger y compañía.

Postoina. Carso, Eslovenia. Del nombre de esta región en alemán ("Karst") deriva la palabra "kárstico", que hace referencia a un tipo específico de relieve en el que abundan las cuevas. Esta en concreto es la más visitada de Europa. No sólo destaca por las intrincadas formas que describe la piedra, sino por su fauna: hasta 84 especies, alguna de ellas endémica, viven en su interior.

Cueva de la Flauta. Guangxi, China. El principal atractivo de este lugar, conocido desde hace 1200 años, está en la iluminación artificial que se le ha instalado, que produce muy vistosos efectos de color. Su peculiar nombre procede de las plantas que crecen en los alrededores de su entrada, cuya madera se usó durante mucho tiempo para fabricar instrumentos musicales.

Cueva Imperial de Jenolan. Nueva Gales del Sur, Australia. La imperial es la más destacada del conjunto de cuevas Jenolan, situado a un centenar de kilómetros de Sydney. Además de extrañas formaciones rocosas y de estalactitas y estalagmitas, pueden encontrarse numerosos restos fósiles en ella.

Fingal. Hébridas Interiores, Escocia. En el islote de Staffa se puede visitar esta gruta, cuyas paredes están formadas por columnas de basalto cuya forma perfectamente hexagonal ha surgido sin intervención humana alguna. Su techo de arcos naturales de roca le confiere una acústica impresionante, por la que los lugareños la comparan con una catedral.

S?n ?oòng. Qu?ng Bình, Vietnam. Está considerada la cueva más grande del mundo, con más de 5 kilómetros de largo, 150 de ancho y hasta 200 de altura en algunas zonas. Se han visto en ella estalagmitas de más de 70 metros de altura. Su descubrimiento reciente, en el año 2009, ha permitido que el entorno natural se conserve en un estado envidiable. El acceso es difícil, puesto que la entrada está cubierta por completo de vegetación.

Batu. Kuala Lumpur, Malasia. Muy cerca de la capital del país hay una colina enorme de piedra caliza en la que se ha aprovechado una oquedad natural para construir en su interior un templo hindú. Al estar tan próxima a la gran ciudad, se puede llegar incluso en metro, lo que ha multiplicado el flujo de visitantes. Tanto dentro de la cueva como en los alrededores abundan los monos salvajes.

Saeva Dupka. Lovech, Bulgaria. Sus cinco salas y sus 400 metros de pasillos forman uno de los complejos más interesantes del país. Hay constancia de que estuvo habitada en tiempos de los romanos. También se usó como refugio en las invasiones otomanas de la Edad Media. Hoy, sus excepcionales condiciones acústicas la han convertido en escenario habitual de conciertos de música coral.