Esta trama que se formó en nuestra ciudad hace diez años, hoy tiene un cronograma Minkero. Eso les permite ordenarse para construir colectivamente "las casitas bajo técnicas tradicionales antiguas que tienen que ver con volver a conectarnos con la tierra y hacerlo de una manera más saludable" explicó Eva Ormazabal, una de las que está casi desde los inicios.

Ruth y Nico contaron que "comenzamos a construir desde el momento en que nos creímos capaces de poder hacerlo nosotros mismos, con nuestras manos, con voluntad, con confianza y amor (…) Desde el 2014 empezamos a estudiar, interiorizárnos en diversas técnicas de construcción y de producción de nuestros alimentos, poniendo en práctica la intuición y saberes adquiridos, muchos de los cuales fueron compartidos por otros seres desde su experiencia vivida. La información está, se puede encontrar en libros, en internet, en cursos, hablando y preguntando. La memoria de cómo utilizar estos materiales la traemos impresa en nuestras células, saberes ancestrales, es cuestión de redescubrirlo y redescubrirnos". Y así también lo siente Yusuf Silva, "la bioconstrucción tiene realidad, tiene humanismo y tiene componentes idénticos a los que porta la humanidad. No es más que parte de esta creación, es la realidad de una parte de esta creación que se hermana con lo que tenemos los seres humanos. Estoy hablando del barro, entonces alrededor del barro se arma una gran trama como lo que está sucediendo acá en Olavarria. No es magia, no es hipismo, no es new age, es la misma naturaleza que va llevando a los grupos humanos a que se junten a trabajar en pos de las comunidades que ofrece el barro. Esto aporta salud, el barro es amistoso y a cada uno de los seres humanos que mete la mano en él, les aporta crecimiento".

"Hace 5, 6 años que me sume. Primero conocí la permacultura y después descubrí que había gente en la ciudad que resonaba con lo mismo. Es un grupo vivo que va mutando y lo que por ahí más nos unió fue crear este circuito de mink’as. Surge como acompañamiento también a las iniciativas individuales porque había tres familias que estaban construyendo y fue una necesidad. Y saber también que cuando nos juntamos, el avance es mucho más" susurra Cielo Eugui.

Construcciones amigables y eficientes

"Tal vez pueda ser una de las primeras casas de la nueva era, no sabemos si la primera; pero un refugio chico que pudimos habitar enseguida" dijo Ruth sobre su casita y ahora la ampliación para la llegada de Lilo. Porque todo se vive en amor y en comunidad. Lilo es prioridad y el cronograma es flexible. Volver a pensar en el otro, de verdad enfatizó Yusuf.

Por muchas razones son construcciones eficientes, porque se tiene en cuenta el recorrido del sol, la protección de vientos fríos, la ubicación de la huerta y de los frutales, y desde los materiales.

La Ley de Barro

Este movimiento vivo, permacultural y de bioconstrucción "lo primero que hace es activarnos el corazón. Por ahí los seres humanos hemos perdido la noción por donde sale el sol, que sale por el oriente; entonces estamos desorientados. Otra de las cosas que hace este sistema, es orientarnos" contó Yusuf, el mismo que con un puñado de amigos importó desde Bahía Blanca "la Ley de Barro" como le dice él. Habla de la ordenanza que desde el 2015 permite este tipo de construcciones en el Partido de Olavarría.

Para Matías y Lorena, "para nosotros no existía esa posibilidad de meternos en un crédito, tenía que ser cooperativo, comunitario. Habilita y posibilita a uno a construir con sus propias manos que es algo increíble. Familias y amigos nos fueron ayudando los fines de semana o en sus tiempos libres, construyendo y experimentando con mucho esfuerzo, hasta que se fue armando la red y se llega…", completó Lorena "hasta en lo que estamos hoy, el circuito de Mink’as armado, organizado y lo disfrutamos un montón".

En comunión con el otro, con el mundo y con la naturaleza

"Es mucho más que construir un hogar, es algo que se hace en comunidad, es familia, algunos tenemos niños chiquitos que van palpando estas experiencias y se convierte en un estilo de vida. A partir de esto nacieron un montón de lazos y de afectos" dijo Matías. Resonando de la misma manera con Ruth y Nico, que los conocieron cuando llegaron de La Plata y quienes también estaban en el mismo proceso de tener su hogar. Ruth fue muy clara, "nos juntamos todo este grupo con fe en un cambio positivo, generoso, desinteresado y altruista, con sed de crear, generar y transitar hacia comunidades equitativas y justas. Cada jornada de trabajo juntos, es una expansión de energía creativa y ascendente en comunión con el otro, sintiéndonos familia y accionando con el corazón, nutriéndonos de lo que cada uno tiene para dar y compartir".

En primera persona

“Es habitual hablar con personas de no más de 40 años que te cuentan con nostalgia ´lo calentitas que son estas viviendas en invierno y lo fresquitas que son verano´.

Nosotros elegimos una casa, un hogar, un refugio que pueda ser independiente, que no requiera mucha energía extra en calefaccionarla o enfriarla, que no genere desperdicios, reutilizando las aguas grises, los desperdicios de la cocina, etc.

Concientizándonos que vivimos en un mundo que no solo está habitado por gente, sino que está lleno de seres vivos y no vivos de los cuales dependemos y que dependen de nosotros

Cada animal o planta es importante para el Todo, para la armonía y la paz. Ser un observador de la naturaleza, imitarla en sus procesos, en sus sistemas y alcanzar la abundancia que es capaz de producir.

Nuestra experiencia integra plantas, animales, construcciones, tecnologías y asentamientos humanos en sistemas armónicos y simbióticos, estableciendo una rica diversidad para lograr la estabilidad y resistencia de los sistemas naturales y un mayor potencial para la sostenibilidad a largo plazo” sintetizaron Nicolás Esteban Burgart Rizzo y Ruth Belen Angeletti Peralta, los hacedores de una de las primeras biocostrucciones en nuestra ciudad.

Construcción comunitaria y solidaria estufas rusas

“Hace años que queríamos llevar este saber a casas vulnerables, cómo construir una estufa rusa, que es algo de muy bajo costo y muy eficiente” contó Eva Ormazabal a “Mejor de Mañana”.

Las estufas rusas “se construyen con ladrillos, barro, paja, arena; tienen un principio de calentamiento por masa térmica o sea que tienen un diseño interior que lo que hace es calentar las paredes de barro de la estufa, entonces una vez que se apagan siguen calentando. Tardan un poquito en calentar pero una vez que la prendes, empiezan a dar calor y duran incluso apagadas. Se pueden calentar con ramitas no es necesario tener una provisión de leña muy cara, ni muy grande. Son estufas que funcionan incluso con los restos de poda que podamos ir recolectando por la ciudad” explicó Ormazabal.

“Las estufas solidarias fue una idea de uno de los integrantes del grupo, de Ale que tuvo una resonancia y una llegada a la comunidad más que satisfactoria” agregó Cielo.

Para mayor información o cómo acceder, comunicarse por Facebook con el grupo Permacultura Olavarría.

Que florezcan mil mink’as

"En un principio, estábamos medio desorganizados, nos costaba y nos dieron una mano la gente de Permacultura Olavarria" dijo Matías. "Estamos deseando que haya más casitas y ambientes por construirse". "Es muy lindo que venga gente a darte una mano, también es una responsabilidad porque estas planificando que no falte nada, que todos se sientan a gusto y va fluyendo" contó sobre cómo es ser anfitriones durante los calendarios. "Estamos muy contentos de construir nuestra casa y disfrutar este proceso, el de la construcción que no es fácil" resumió Lorena.

Fe de erratas

Por un error involutario en la entrevista a Sofía Blando, del número anterior de FINDE, se obvió que el autor de las fotos era Bernardo Carabajal. Salvado el error y con las disculpas del caso.