La importancia de la Coherencia en las políticas públicas
Por Ricardo Michel, economista e internacionalista
En los últimos años las políticas públicas, en muchos casos y lastimosamente, se han guiado por su impacto político más que en un verdadero impacto social u económico, lo cual ha generado a la larga, distorsiones en el mercado o en la sociedad y muchas veces, el fin de la política pública, en vez de beneficiar al conjunto de las personas a las que iba dirigida, termina siendo una trampa o un obstáculo.
La nueva administración, sea cual fuere, tiene que tomar en cuenta no solo el análisis técnico de los funcionarios públicos, sino también, dar su espacio a los grupos a los cual está dirigida la política o los posibles afectados para su análisis. Esto es importante, dado que, los funcionarios públicos, por más que tengan buenas intenciones e incluso la capacidad técnica, en muchos casos no tienen la perspectiva de otros actores que están envueltos en el objeto mismo en el cual está política se va a desenvolver.
Ejemplos hay muchos, desde plantas industriales que están en lugares que no deberían estar, por un tema político y que económicamente afectan negativamente al conjunto. Se beneficia a unos pocos y el resto es perjudicado, lo que al final puede ser en realidad la razón para la inviabilidad o la quiebra del proyecto. Sin embargo, muchas veces esos proyectos, por ser considerados de impacto social, terminan siendo subsidiados y en consecuencia una carga para el estado.
Pero más allá de este tipo de política, digamos que de impacto económico, existen las políticas públicas sociales que buscan tener un determinado impacto en la sociedado en un grupo determinado de ella, pero en el momento de su formulación no se incluyen a los actores fundamentales y terminan siendo todo lo contrario de lo que deberían ser.
Hablemos específicamente de una ley, la Ley N°1516 de 2023, que fue concebida para otorgar un beneficio a la mujer. La proclamaron el 8 de marzo, día de la mujer y en sí, su objetivo era noble, pero terminó siendo más bien una trampa.
Para entender esto, primero debemos entender una cosa muy simple, en la sociedad todos somos vendedores, algunos vendemos nuestro conocimiento y habilidades, otros venden servicios, otros venden productos. Al final, el capital humano es un insumo para producir algo más.
En ese contexto, todos, hombres y mujeres, competimos ofreciendo nuestros conocimientos habilidades y destrezas en un mercado laboral cada vez más competitivo y cada vez mas exigente y compacto. Dicho esto, en la ley mencionada líneas arriba, se da un beneficio a la mujer con la idea de equilibrar la balanza en una sociedad, que debemos aceptar que es machista. En ese sentido, se decide darle a la mujer un beneficio de carácter de protección en su etapa de embarazo, 90 días de licencia.
La medida en cuestión además tiene un fin de proteger el principal núcleo de la sociedad que es la familia, sin embargo, una política cuando se centra en un grupo otorgándole un trato diferenciado para bien o para mal,pone más peso de un lado que del otro, en otras palabras, lo que das a uno se lo quitas al otro. Es por esta razón, que, al otorgarle a la mujer, por ser madre, un beneficio especial de 90 días de permiso de maternidad, en comparación de 3 días que se le otorga al padre, que fue modificado recientemente a 10 días el año pasado. Este es un beneficio que al final es solo para las funcionarias públicas que tienen cuotas para garantizar equidad de género, pero en el mercado en realidad es un lastre que las perjudica, dado que las hace más caras para los empleadores que buscan capital humano en el mercado. El empleador considerará el tiempo al año que la mujer puede estar de permiso sin producir nada y lo compara con el mismo escenario para el hombre, que al final dará como resultado que el empleador prefiera al hombre, por ser este más barato, perjudicando las aspiraciones de las mujeres jóvenes.
¿Ahora bien, por qué se cae en este error? Porque no hay coordinación entre el funcionario público y el sector privado que tiene un rol fundamental en el mercado laboral, por lo cual no hay coherencia en la norma, que no considera a todos los actores que la norma puede afectar. Es por eso por lo que las próximas administraciones deben considerar todos los actores para tener claro el impacto de las políticas públicas, sean estas de orden económico o social, analizando todos los escenarios posibles, para evitar caer en más normas y proyectos perjudiciales.
Además, en honor a la verdad, no hay que inventar el agua tibia, hay muchos países que han avanzado mucho en este tipo de aspectos de los cuales podemos aprender mucho. En el tema de paternidad y maternidad, por ejemplo, otra vez tengo que poner el ejemplo de Suecia, quienes han colocado tanto al hombre como a la mujer una cantidad considerable de permiso con el fin de fortalecer el núcleo familiar, lo cual ha dado como resultado que en ciertas temporadas los hombres son los que colman los parques y sitios de recreación con sus hijos e hijas lo cual tiene un efecto muy positivo en el crecimiento de los niños y en su desarrollo intelectual y personalidad.
Además, el hecho que el hombre se involucre en la crianza y cuidado del niño lo hará valorar mucho más el rol de la mujer en la casa y el sacrificio que hace por sostener a la familia.
Ciertamente, la sociedad boliviana es distinta a la sueca, seguramente se tendrán que ajustar ciertas cosas para que sean compatibles con nuestra realidad, pero se tiene un buen ejemplo a seguir, y así, como en este caso, en varios otros también.